Botella resucita la reforma del Prado para quitar la gasolinera de Atocha
El Ayuntamiento convertirá en zona verde un área de 13.000 metros cuadrados frente a la estación de ferrocarril en 2015
El Ayuntamiento de Madrid (PP) ha rescatado del cajón de sus guerras perdidas el proyecto de reforma del paseo del Prado y de Recoletos. En 2015 caducará la concesión de la gasolinera frente a la estación de Atocha, y el Gobierno municipal no la renovará. En su lugar, rehabilitará la zona según el proyecto original de los arquitectos Álvaro Siza, Juan Miguel Hernández León, Fernando de Terán, José Miguel Rueda y Carlos de Riaño para el plan urbanístico del eje Prado-Recoletos.
Según ha relatado De Riaño a EL PAÍS, la actuación no se limitará a desmantelar la gasolinera sino que rehabilitará el área de 13.000 metros cuadrados encajonada entre el paseo de la Reina Cristina y la avenida de la Ciudad de Barcelona. Se aumentarán un 45% las zonas verdes, empleando “el lenguaje de diseño” del plan original en mobiliario urbano.
Todavía no existe un plan de ejecución, pero el arquitecto estima que el coste oscilará entre dos y tres millones. La reforma forma parte de un plan mayor, aún por concretar, que prevé una actuación emblemática en cada uno de los distritos de aquí a final de legislatura. Esta sería la correspondiente a Retiro. Su concejal, Ana Román, ha negociado con la empresa para que la extinción de la concesión, tras 50 años, “no sea traumática” para los empleados. “Se podría haber sacado de nuevo a concurso para asegurar unos ingresos, pero hay otras dos gasolineras en la avenida de Barcelona y en Santa María de la Cabeza, así que no se deja desabastecida la zona. Y es necesario recuperar ese escaparate para los viajeros que llegan a Atocha”, añade.
La reforma, que se incluirá previsiblemente en el presupuesto de 2014, debe lidiar con la austeridad del plan de ajuste aprobado el año pasado, que limita las inversiones entre 2013 y 2017 a la conclusión de obras en marcha. Para 2014 plantea un presupuesto de 124 millones, el menor de la historia reciente del Ayuntamiento. Es la mitad del dinero para obras de 1998 y casi una décima parte del de 2006 (1.068), año álgido de los proyectos del exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón.
El proyecto arquitectónico prevé tirar abajo la gasolinera, eliminar las dos isletas independientes y preservar el arbolado y la estatua de Vara del Rey. La zona verde se dividirá en dos partes para permitir el paso de vehículos de la avenida de Barcelona al paseo de la Infanta Isabel. Se colocarán bancos de granito y de madera, similares de los de Recoletos, y se plantará césped natural.
La actuación está incluida dentro del plan original del eje Prado-Recoletos, que data de 2002 y ha sido ejecutado ya en un 60%. La parte fundamental, la que atañe al paseo de la Castellana (ese tramo fue declarado bien de interés cultural por Gallardón en 1998), quedó trabado en el contencioso perenne entre el exalcalde y la expresidenta regional Esperanza Aguirre.
La Comunidad dejó pasar el plazo para elaborar la declaración de impacto ambiental preceptiva para la obra, y el Ayuntamiento, en lugar de tomar nota de la denegación por silencio administrativo, sigue esperando. Botella ha aplazado sin fecha el proyecto, no porque políticamente sea imposible (su relación política con la Comunidad es razonable), sino porque ahora carece de dinero.
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