El exinspector jefe tilda de “desastrosa” la gestión de la catástrofe del Prestige

“Espere que haga memoria… fue Lora-Tabayo”. Apremiado por el presidente del tribunal, esta mañana en el juicio del ‘Prestige’ el exinspector jefe del puerto coruñés Fernando Balbás atribuyó al actual presidente del CSIC el haber asegurado, pocas horas después del accidente del petrolero frente a Fisterra, que el fuel que transportaba no presentaría mucho problema por, de hundirse el barco, el combustible se solidificaría. No obstante, el ingeniero naval reconoció que no oyó directamente al científico avanzar tal teoría que llevaría a las autoridades a minimizar el siniestro en las primeras y primordiales horas.

Pero lo que sí fue tajante este funcionario de Fomento ahora jubilado es en calificar de “desastrosa la gestión de la crisis” por parte del Gobierno de Aznar. “Los hilillos de plastilina, el confundir un meridiano con un paralelo, o no saber que era el modulo de resistencia de un petrolero, todo eso es un cóctel que hace que la gestión fuese desastrosa”, afirmó. Y Balbás, durante su interrogatorio esta mañana como testigo ya que también estaba en primera línea cuando se accidentó hace más de una década el viejo petrolero, no dejó bien parados la capacidad técnica y profesional de sus superiores en el Ministerio de Fomento para decidir qué hacer con el barco siniestrado y perdiendo fuel. Reiteró este ingeniero naval varias veces que la gestión fue más política que técnica. “Ya me dijo López-Sors que él ya no era un técnico, que era un político”, dijo este funcionario en referencia al exdirector general de Marina Mercante, hoy sentado en el banquillo de los acusados.

Poco después, a instancias del presidente del tribunal, que tuvo que recordarle su obligación de testigo a declarar sin omitir nada, tuvo que dar un nombre que se negó reiteradamente, a preguntas de los abogados, a relevar. “La primera persona a quien le oí decir que el fuel se solidificaría fue al entonces delegado del Gobierno en Galicia” y hoy director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Y acto seguido, tras hacer “memoria”, el ingeniero naval lanzó el nombre del actual presidente del CSIC, un cargo que ya ocupó durante el último mandato de José María Aznar, durante y después de la catástrofe del ‘Prestige’ (2003-2004).

El entonces exinspector jefe del puerto de A Coruña, testigo en primera línea, consideró que en las primeras horas la falta de documentación sobre el barco y también sobre su carga, “cuya inercia y reacción ante los cambios de temperatura no sabe nadie”, creó interferencias entre las autoridades para adoptar las medidas necesarias.