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La rehabilitación de la Necrópolis de Tarraco empieza la próxima semana

La Generalitat destina 225.000 euros al complejo, clausurado desde hace 20 años

Necrópolis romana de Tarragona.
Necrópolis romana de Tarragona. JOSEP LLUÍS SELLART

Las obras de rehabilitación de la Necrópolis Paleocristiana de Tarragona se iniciarán la semana próxima. La Generalitat destinará una partida de 225.000 euros para recomponer el espacio fúnebre y adecuarlo a las visitas. Los trabajos se prolongarán durante 14 semanas, anuncia la portavoz del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Tarragona, Victòria Forns. Si se cumple el calendario previsto, la Necrópolis reabrirá a mediados de abril, tras dos décadas clausurada al público. A lo largo de estos años el espacio se ha mantenido cerrado por deficiencias en su seguridad a pesar de que en el año 2000 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Los diferentes gobiernos de la Generalitat habían prometido en diversas ocasiones inversiones en el complejo, pero nunca se llegaron a materializar. El actual consejero de Cultura del ejecutivo catalán, Ferran Mascarell, anunció en julio del año pasado una partida presupuestaria para acicalar el espacio. La Necrópolis, según afirmó Mascarell, debía abrirse este mes de enero. Sin embargo, las restricciones presupuestarias de la Generalitat impidieron cumplir los plazos. Tras las quejas del Ayuntamiento, el Gobierno catalán finalmente ha licitado las obras esta semana.

La Necrópolis de Tarragona está considerada uno de los monumentos a cielo abierto más importantes del imperio romano de occidente. Fue descubierta en 1923 y está ubicada en la orilla del río Francolí. El espacio contiene restos desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo VII después de Cristo. Las 2.051 tumbas que descansan en el espacio fúnebre abarcan desde el siglo III después de Cristo hasta el periodo visigodo, y pertenecen a todos los estamentos sociales. La reapertura de la Necrópolis es una de las grandes reivindicaciones culturales de Tarragona. Los expertos lo consideran un lugar clave para descubrir nuevos detalles acerca del proceso de cristianización de la urbe romana. Los restos se encuentran orientados a partir de basílica donde se ha querido identificar una tumba con inscripciones alusivas a tres mártires, quemados vivos en la arena del anfiteatro.

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