Expediente contra Greenpeace por poner en riesgo un pesquero

Capitanía Marítima de Tarragona ha abierto este jueves un expediente informativo sancionador contra Greenpeace España por una posible infracción en la legislación marítima. Los hechos sucedieron el pasado 17 octubre cuando varios miembros de Greenpeace, en una protesta contra la pesca de arrastre, obligaron al pesquero Xarinola a que regresara a puerto. Según el informe de capitanía, la ONG ecologista inició una aproximación “peligrosa”. La maniobra puso en riesgo “la navegación y la seguridad del Xarinola y su tripulación, "así como del mismo barco denunciado”.

El subdelegado del Gobierno en Tarragona, Jordi Sierra, ha manifestado que aunque respeta las acciones de protesta de Greenpeace “la pesca de arrastre está sometida a estrictos controles de los inspectores de la Dependencia de Agricultura, Alimentación y Pesca”. Además, ha dicho, los pescadores tarranonenses realizan “esfuerzos muy considerables” para cumplir la normativa europea que regula este tipo de capturas. Celia Ojeda, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace, ha asegurado que "siempre hacemos acciones pacificas y no violentas, los activistas simplemente se interpusieron entre el océano y el arrastrero. Los que protegemos el medioambiente somos demandados mientras que los que perjudican los mares no. Las administraciones están defendiendo a grandes buques industriales”

La Generalitat también condenó la acción de Greenpeace en Tarragona. Los activistas, en una movilización que calificaron de pacífica, rodearon el buque en lanchas neumáticas. A la vez, algunos se zambulleron en el agua para impedir el avance del pesquero. En la operación, que duró dos horas, mostraron pancartas con lemas como “El arrastre no es sostenible” o “Arrastre = Destrucción”. La embarcación Xarinola optó por regresar al puerto de Tarragona.

Según Greepeace, el arrastre costero catalán solo representa el 27,72% del sector, pero ocasiona graves impactos al medio marino. Un barco puede capturar más de 50 especies diferentes aunque muchas no son su objetivo, y puede llegar devolver al mar más de la mitad muertas o moribundas, especifica la organización medioambiental. Greenpeace denuncia la presión ejercida por la pesca de arrastre sobre especies “sobreexplotadas” como la merluza o la sardina. "Existen indicios que apuntan a que muchos motores de estos barcos tienen una potencia mayor a la permitida, lo que unido a la inexistencia de un control efectivo de las profundidades a las que operan supone una combinación letal para nuestros mares", según Ojeda. Como solución, demandan el apoyo de Europa, el Gobierno y la Generalitat a la pesca artesanal. “Pedimos a la Cofradía de Tarragona que en lugar de verter acusaciones falsas contra las organizaciones ecologistas haga todo lo posible para que el sector deje de esquilmar los océanos y destruir los ecosistemas marinos”.