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Cómo pasar una semana en España como si fuera Moscú y hacer vida (casi) normal

Tras unas nevadas históricas, una ola de frío nos pone ahora a prueba. ¿Qué aconsejan quienes saben cómo combatir el frío?

Una mujer pasea a un perro por la nieve el fin de semana pasado.
Una mujer pasea a un perro por la nieve el fin de semana pasado.Juan Carlos Lucas (NurPhoto via Getty Images)
Andrés Masa Negreira

Los paseos y los muñecos de nieve fueron divertidos el sábado por la mañana, cuando la nieve todavía estaba virgen. Poco tardaron en perder atractivo. Cuando los bloques de hielo comenzaron a caer de las cornisas y las ramas cargadas de los árboles empezaron a desmoronarse, quedó patente el peligro del fenómeno meteorológico. Ahora, de la insólita estampa que el temporal Filomena pintó este fin de semana en España solo queda el hielo y una imperiosa necesidad de extremar la precaución; con el temporal fuera del radar, llega una ola de frío siberiano que afectará a buena parte de la península durante esta semana y promete batir récords de temperaturas mínimas, con una meseta que emulará el invierno de las estepas rusas. Las heladas serán severas las primeras noches de la semana, y “la nieve que no se haya podido limpiar anoche se quedará por lo menos hasta el miércoles o el jueves —en forma de hielo—, y hasta comienzos de la semana que viene donde la acumulación supere los 15 centímetros”, calcula Luz Cepeda, meteoróloga de Meteoplay. Si vas a despejar la acera, piensa bien donde haces el montón; si no quieres que tu vida se paralice por completo, presta atención a los consejos de quienes saben de frío.

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Cepeda avanza principalmente dos riesgos que hay que tener en cuenta: “Lo peligroso de las horas centrales del día, que van de 12.00 a 18.00, serán los desprendimientos —el sol calentará el hielo acumulado en cubiertas, alféizares, árboles, señales, aparatos de aire acondicionado… y podrá desprenderse hacia la calle—. Por la noche, el peligro está en las heladas”, que conllevan riesgo de congelación, de accidentes de tráfico y caídas que, en menor medida, permanecerá el resto del día. En las localidades en las que haya nevado durante el fin de semana, Cepeda recomienda no salir a la calle desde las 20.00 o las 22.00, y hasta las 10.00 del día siguiente, así como tener la máxima precaución hasta las 12.00 si hay que transitar superficies en las que no se haya echado sal. Los resbalones estarán a la orden del día.

Gran parte del peligro se debe a que la mayor parte de las autoridades y los ciudadanos españoles no sabe cómo actuar ante situaciones como la vivida el fin de semana pasado, la mayor nevada en 50 años. No estamos acostumbrados. Sin embargo, para Carmen Estevan, que trabaja en la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas desde 2014, en Helsinki, la situación es habitual. “Hace dos años cayó una nevada que me llegaba a la mitad del muslo y aun así conseguí hacer vida normal”, recuerda. Claro, que la vida normal al sur de Finlandia no tiene nada que ver con la española. Por una parte, porque el país sí está preparado para que la nieve no colapse su actividad: lo primero que llama la atención del turista que aterriza en Helsinki es la sensación de estar siempre pisando una arena que, en realidad, es sal, y que las calles centrales de la ciudad están climatizadas para evitar que se congelen. Por la otra, porque existe una cultura de protección ante el frío que Estevan ha aprendido durante los últimos siete años, y que ahora deberíamos abrazar si la semana que comienza queremos hacer una vida digna de ser llamada normal.

Necesitarás tres capas de ropa y un cargador para el móvil

Empecemos por la ropa. Todo lo que hay que saber sobre cómo vestir con un frío extremo está recogido en la estrategia de las tres capas. Estevan explica que ella viste una capa interior “pegada al cuerpo, más abrigada, una camiseta térmica, aunque también sirve de lana —señala la merina como una buena elección—”, una capa intermedia “más suelta, que puedes dejarte cuando estás en interiores”, y una tercera, exterior, que puede ser un plumas, que caliente pero, sobre todo, que corte el viento (una buena noticia: con el anticiclón que afecta a la península esta semana no habrá viento).

No hace falta más. “Creo que más de tres capas sería demasiado, sobre todo porque cuando entras en los sitios te asas”, dice. Y sudas, lo que también es un buen motivo para huir del algodón, un tejido poco adecuado para hacerle frente al frío. El problema es que absorbe la humedad y no se seca fácilmente, por lo que decantarte por él puede hacer que acabes pasando el día empapado, con todo lo que eso conlleva. Estevan, aficionada al running aunque haga frío, añade que este tejido es totalmente incompatible con el deporte, aunque advierte de que, a pesar de que ella puede hacerlo en la ciudad finlandesa hasta más o menos los -10ºC (los lugareños no se pierden una tirada ni con -15ºC), para correr necesita zapatillas de invierno equipadas con tacos...

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Para proporcionarles el mejor abrigo posible, las manos también se visten por capas. En este caso, dos son suficientes: unos guantes cubiertos con manoplas crean una especie de microclima interior de lo más agradable. Además, la estrategia ayuda a tener una superficie seca para manipular objetos como el teléfono móvil. Esta operación solo requiere quitarse la manopla, pero los guantes deben contar con un tejido específicamente desarrollado para interactuar con las pantallas táctiles. E, incluso si tienes este tipo de ropa, deberías plantearte restringir el uso del dispositivo en los momentos de frío intenso: Estevan advierte de que conviene guardarlos en los bolsillos interiores porque un ambiente gélido hace que la batería se descargue rápidamente (media hora quitando la nieve acumulada sobre el coche, con el móvil en un bolsillo exterior, puede llegar a pagarse con el 30% de batería cuando no lo sacas ni un momento). “En Helsinki es habitual llevar un cargador y hay personas que incluso tienen baterías extra”, dice.

Pero si hay una prenda en la que conviene pensar detenidamente es el calzado, el elemento de vestimenta más importante a juicio de la española. Obviamente, lo ideal es que sea impermeable y que su suela no sea lisa. En Helsinki, según relata la española, se llevan mucho las botas de montaña y hay personas que le ponen tacos a las suelas de los zapatos. En la ciudad canadiense de Montreal, por poner otro ejemplo, se venden crampones en las farmacias para superar las placas de hielo que se forman con la nieve derretida, según ha relatado a EL PAÍS la periodista Irene Serrano.

En España, el acceso a este tipo de vestimenta exige acudir a una tienda de deportes (solo los aficionados al montañismo están familiarizados con esta pieza de metal con púas que se sujeta a la suela de la bota), pero hay una costumbre que sí podemos copiar de los finlandeses aunque solo sea esta semana: “Al principio me parecía raro, pero está bien porque te evita ir cargado con zapatos de recambio, lo que, aparte de incómodo, puede provocar caídas”. Estevan se refiere a la costumbre de dejar el calzado y algunos calcetines (también de lana merina, si es posible) en el trabajo u otros lugares a los que uno deba acudir con frecuencia, y usar botas de montaña o calzado similar para los desplazamientos. Esta estrategia ayuda a llevar siempre el calzado adecuado y ahorra caídas, sobre todo si interiorizas que los trayectos sobre superficies resbaladizas, en las que la española recomienda dar pasos muy cortos, duran alrededor del doble de lo habitual con condiciones de hielo como las que nos esperan.

El frío es normal, el acolchamiento y la falta de sensibilidad no

Hay cosas que no llaman la atención hasta que las ves con una perspectiva nueva. Para Estevan, un ejemplo claro es vestir un gorro dejando las orejas al aire. Puede que quien no haya salido de España (a excepción de algunas regiones montañosas) lo vea como algo tolerable, pero en Helsinki es una invitación a la congelación, un riesgo que no hay que desdeñar. Sobre todo será posible las primeras noches de esta semana (el riesgo es bajo con 1ºC o 2ºC, pero a partir de -4ºC es considerable, y se prevé que las mínimas alcancen hasta -10ºC esta semana…).

Cubrirse las orejas es fundamental porque es una parte del cuerpo que se congela fácilmente, pero no es la única. Las regiones corporales especialmente sensibles al frío se conocen como zonas acrales, y son la nariz, las orejas, el mentón, las mejillas, las manos y los pies, según ha publicado en Instagram este fin de semana la dermatóloga Ana Molina. “Hoy he visto gente muy ‘mona’ pero algun@s muy poco preparad@s para el frío. Con la que se nos viene encima tenemos que abrigarnos bien para evitar dañar la piel”, ha avisado.

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La dermatóloga también ha compartido las señales que permiten distinguir una situación de congelación y la forma de afrontarla: “Al principio sentiremos mucho frío, con hormigueo o acolchamiento, luego bajará la sensibilidad de esa zona y se pondrá blanca o azulada, como si fuera de ‘goma’. Cuando esto pase, es importante no empezar a frotar la zona afectada contra la ropa u otros materiales, tampoco acercarla directamente a una fuente de calor intenso, ya que como no sentimos esa piel, podemos dañarla aún más sin darnos cuenta. Para recuperar la temperatura lo ideal es la inmersión en agua tibia, no caliente, entre 38º y 40º. Y si no podemos hacerlo, abrigarla mucho con prendas secas y acudir a casa cuanto antes. Si a pesar de esto la piel no mejora o aparecen ampollas y otros signos de gravedad, deberás consultar con un profesional sanitario, al fin y al cabo, una congelación es una quemadura por frío y es importante tratarla”.

¿Que tú te quedas en casa? Pues también tienes tarea

Teniendo en cuenta el contexto en el que recibimos la ola de frío, puede que estés pensando que nada de esto va contigo porque tienes víveres, ánimo y permiso de tu empresa para teletrabajar desde casa toda la semana... Te equivocas, también hay cosas que puedes poner en práctica. Empieza por no quedarte siete días encerrado sin abrir las ventanas. Aparte de la sensación de estar pisando arena continuamente y las calzadas calefactadas de las calles centrales, una de las cosas que llama la atención de Helsinki en la primera visita es que parece que, comprensiblemente, sus habitantes no suelen abrir las ventanas para limpiarlas. La realidad es que no las abren para casi nada, ya que, como explica Estevan, tienen una rejilla en el marco que permite que el aire entre del exterior poco a poco pero continuamente. De esta manera las viviendas, perfectamente selladas, tienen un aire limpio y renovado sin renunciar a una calefacción vital.

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Es una técnica de ventilación (tan importante mientras dure la pandemia de coronavirus) que, según indica Mercedes Jiménez, arquitecta del estudio JYM Arquitectos, ya se contempla en el Código Técnico de la Edificación español para las viviendas de nueva construcción. Como, obviamente, estos edificios son una minoría, Jiménez no descarta sustituir esta semana el clásico sistema español de abrir las ventanas de par en par durante unos minutos por otro en el que solo se abra un poco, pero durante un tiempo más prolongado. La arquitecta también hace hincapié en retirar toda la nieve o hielo que pueda quedar en cubiertas, terrazas y otras superficies para evitar que las viviendas se enfríen y aparezcan humedades. Por no hablar del peligro de colapso que implica mantener grosores de nieve por encima de los que están preparadas para soportar gran parte de las estructuras de ciudades como Madrid.

“Descubrir los radiadores de sofás, cortinas y otros elementos es una buena idea, ya que permite que el aire circule alrededor del radiador, lo que mejora la temperatura ambiente”, añade. “También es importante limpiar las placas solares para que no se estropeen”. Ten en cuenta que funcionarán perfectamente, ya que, una vez ha desaparecido Filomena, lo que toca ahora es una anticiclón con mucho frío, pero también con sol. Y con agua caliente, el frío se lleva mejor. “Una sauna un día de frío le da mil vueltas a una ducha, te quedas relajado y sales como nuevo”, dice Estevan, pero no se puede tener todo...

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