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Cuando estoy triste miro un meme: el poder analgésico para la mente de compartir imágenes virales

En momentos de tristeza, incertidumbre y apatía, el humor es clave para liberar la tensión. ¿Por qué no aprovecharlo en plan ‘terapia de grupo’?

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Francesco Carta fotografo / getty
Mariana Gálvez

Has tenido un mal día y crees que el mundo conspira en tu contra. Ya es de noche, estás en tu cama y te pones a revisar las redes sociales en el móvil. Solo quieres ver algo que te anime. No parece el mejor lugar, teniendo en cuenta las noticias, pero de repente te aparece un meme que, curiosamente, describe tu situación actual. Te sientes identificado, te da la risa, lo compartes con tus amigos y duermes... como si hubieras hecho terapia. En cierto sentido, así es.

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“Los memes son una terapia grupal, miles de personas se sienten identificadas con una imagen o con un discurso, ven que no están solas. Si se hace viral una foto que describe con humor una situación trágica y cotidiana es porque muchos se ven reflejados ahí”, comenta el mexicano Eduardo Granja, de 29 años, creador de MemelasDeOrizaba, una cuenta de Instagram en la que los memes han atraído a más de 1,5 millones de seguidores. La mayoría de los que él mismo crea y comparte incluyen mensajes que hablan sobre la salud mental, las relaciones amorosas fallidas, el feminismo, la violencia machista y hasta la política, un tema que puede generar temor e incertidumbre a un país entero.

Un ejemplo de esto es el meme que hace alusión a lo prolongada que ha sido la pandemia con esta leyenda: “42 días para el 2021... y yo con mi mente aún en marzo de 2020″. Este post acumula cerca de 60.000 me gusta y cientos de comentarios. “Lo que vino después ya no contó”, resume uno de ellos. La gente trata de tomar con humor esta situación tan complicada para todos. O el meme de los gatos tiernos que hablan de la infidelidad del padre de la familia. En esa publicación, que tiene 25.000 me gusta, la gente hace comentarios como: “Nooo! cuanta maldad en este meme, pero igual me voy a reír”, o “mira, parece chiste pero es anécdota”, o “jajaja, estoy gritando porque es real”. O el meme del pez deshidratado que habla de la indiferencia en las relaciones amorosas. Este post cuenta con 87.000 reacciones y comentarios como: “Este soy yo cuando solo me contestan ‘sí”, o “yo ubico esa deshidratación claramente”, o “¿a ustedes les contestan? A mí no”. Todos nos podemos reír de nuestras desgracias.

“Todos los días me llegan cartas de agradecimiento, y la gran mayoría de ellas me dicen: ‘me has ayudado muchísimo, no tienes idea’. Me alivia leer los comentarios y ver que otras personas pasan y sufren lo mismo que yo, y que se lo toman con humor. Mucha gente que sigue la cuenta me habla del suicidio, de sus relaciones tóxicas, de sus frustraciones en el trabajo o con su familia. Ahí me di cuenta que los memes también se pueden utilizar como un alivio”, explica Granja. En sus 4 años de vida, MemelasDeOrizaba ha sumado más de 1,5 millones de seguidores, entre quienes figuran artistas de talla internacional como Thalia, JBalvin, Alejandro Fernández y Diego Luna, pero también políticos y expresidentes de México y Latinoamérica. “Parte de la gracia de los memes es que reflejan la realidad de cualquier persona sin importar su nivel socioeconómico, cultural o nacionalidad. Desde la persona más normal hasta el mandatario de un país se pueden ver reflejados ahí”.

Los memes son parte de nuestra vida en internet y ”normalmente surgen como una forma de interacción social, como referencias culturales o como una forma de describir situaciones de la vida real de las personas”, explica una investigación sobre este tipo de mensaje y sus usos sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Además, un estudio de Nielsen, empresa pionera en la medición de audiencias, asegura que en España el poder de los anuncios humorísticos es decisivo, hasta el punto de que más de la mitad de los encuestados los recuerda. La mayoría de estos anuncios también incluye memes.

Bastan solo unos pocos segundos en Facebook, Twitter o Instagram para encontrar una ocurrencia de este tipo que haga reír… y para nuestra fortuna, está comprobado que el humor es un arte que puede convertirse en un fuerte analgésico contra la tristeza, la depresión y el dolor. Numerosos estudios han demostrado que el humor y la risa fortalecen el sistema inmunológico y sirven como bálsamo para los efectos dañinos del estrés. Por supuesto, mejoran el estado de ánimo.

“Toda la información que recibimos tiene un impacto en nuestro estado de ánimo. En momentos de tristeza, incertidumbre y apatía, como en esta época de pandemia, la gente ya está cansada y desmotivada, y por eso la mayoría recurre al humor… para liberar la tensión que nos trae la cotidianeidad, la rutina. Es muy beneficioso tener esas pequeñas dosis de alegría”, argumenta Gabriela Paoli, psicóloga y autora del libro Salud Digital. Eso explicaría el masivo éxito de los memes, un divertido analgésico momentáneo fácil de encontrar en las redes sociales. Están por todos lados; en tu página principal de Facebook, en el mensaje de WhatsApp que te envía tu madre... Cualquiera puede crear o mandar uno.

En esta época, en la que estamos hiperconectados las 24 horas del día, podemos apoyarnos en estas pequeñas porciones de humor que nos suministra la red, y que nos ayudan, de manera momentánea, a aliviar un malestar cotidiano. Pero Paoli advierte de que también en esto puede uno caer en el exceso: “No debemos pasar gran parte del día viendo memes, vídeos y todo tipo de contenido gracioso, ya que podemos caer en utilizar esto como un recurso para llenar un vacío existencial real. No hay que quedarse atrapado en la red; cuando hay un problema de salud emocional siempre hay que acudir con un profesional”. Y hay nueve preguntas que uno debe hacerse antes de elegir a qué psicólogo acudir.

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