El sexo y la risa: alcanzar el orgasmo entre carcajadas, un placer olvidado
Por qué las parejas que son capaces de reírse el uno del otro, incluso durante el acto sexual, tienen una vida íntima más satisfactoria
Nos tomamos el sexo demasiado en serio, y no es para tanto. Sí, es una actividad vital, y no hay que tomarla a la ligera... pero se nos ha olvidado que la importancia de echar unas buenas carcajadas con nuestra pareja también incluye los momentos que compartimos en la cama. Y eso que, según la ciencia, las risas podrían funcionar tan bien como el mejor de los afrodisíacos, tal y como ha mostrado un estudio publicado recientemente en la revista Journal of Research in Personality.
Los científicos explican en el trabajo que uno de los factores que influye en la satisfacción sexual de las parejas es que sean capaces de reírse juntos, incluso reírse de sí mismos y del otro. Los investigadores observaron en una muestra de 154 parejas heterosexuales que provocar que los demás se rían de uno tiene efectos positivos, sobre todo en las mujeres. Ellas decían sentirse no solo más satisfechas con la relación, sino también más atraídas sexualmente por sus parejas, aunque ellos también afirmaron estar más satisfechos con su vida sexual. Debe de ser que como decía la escritora francesa Françoise Sagan, "la capacidad de reír juntos es el amor".
Reírse de los problemas... con más sexo real
A raíz de estos datos, la psicóloga Susana Ivorra, autora del libro Felicidad, reflexiona que "no es casualidad que uno de los pilares de la felicidad sea el sentido del humor y la risa, puesto que permiten tomar una distancia emocional momentánea de ciertas situaciones que pueden ser desagradables". La clave está en que ayuda a no tomar tan en serio situaciones como aquellas que hacen que la relación sexual no culmine o no salga como habíamos pensando. Esto ayuda a que no se genere frustración y ansiedad ante el siguiente encuentro, y convertir un problema de una mera anécdota (hasta que tenga entidad para dejar de serlo).
Analizando las conclusiones de este estudio, y de por qué la risa parece ser un factor asociado al buen sexo -un concepto que varía según quién lo evalúa-, la experta aclara que "nos hemos acostumbrado, quizá por lo que vemos en el cine, televisión, o las novelas que leemos, que la pasión lleva a dos personas a tener una relación sexual que fluye como si fuera una coreografía". Sin embargo, esto poco o nada tiene que ver con el sexo en la vida real, en el que más que una luz tenue y música suave de fondo, que armoniza movimientos coordinados, nos solemos sentir identificados con "dar un codazo sin querer a nuestra pareja mientras nos deshacemos del jersey, choque de dientes en momentos inoportunos, algún ruido poco erótico fruto del sudor o del aire..."
"Tomar cierta distancia emocional de algunas cosas a veces nos reporta el saber reírnos de todo. Nos tomamos como personal algo que seguramente no lo es. Y eso lo llevamos a diferentes terrenos, el sexo incluido", continúa Ivorra. Hay momentos que pueden ser desastrosos o, si los vivimos con humor, muy cómicos y que no tienen por qué restar a un encuentro erótico. De hecho, pueden hacernos sentir mucho más conectados a esa persona y más cómodos con nuestro cuerpo.
Risas y sexo, doble ración de hormonas del placer
Teniendo claro por qué la risa parece ser una de las claves de la satisfacción en pareja, queda plantearse si puede ser una herramienta a utilizar para mejorar nuestra sexualidad. Algo así como aplicar la risoterapia a las dificultades que puedan surgir entre las sábanas. "No olvidemos que reírse ayuda a aliviar la tensión, y que la tensión es uno de los principales enemigos del buen desempeño sexual", aclara la sexóloga Eugenia Cames. El sentido del humor, de esta forma, "es un buen recurso para desdramatizar y quitarle importancia a las cosas, lo que es vital para vivir una sexualidad desenfadada".
Por otra parte, "hay una serie de habilidades importantes para la satisfacción sexual que podrían trabajarse a través de la risoterapia", que Cames recuerda que es una herramienta, no una terapia en sí misma. Algunas de ellas podrían ser "el poder rendirse a la pérdida de control sin miedo, o disfrutar y abandonarse a las sensaciones placenteras sin bloquearse, pensando en cómo sonamos o lucimos".
Susana Ivorra agrega que "la risa genera endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina, todas ellas son hormonas responsables de la sensación de bienestar. Y muchas de ellas también se generan durante las relaciones sexuales, así que conjugar ambas sería como tener doble ración de bienestar emocional".
Además, incluso se puede llegar al orgasmo en mitad de un ataque de risa. "A menudo, los orgasmos tienen relación con la estimulación genital, pero para nada quedan limitados a ella. Hay gente que tiene orgasmos con la estimulación de los pezones, de los pies… ¡incluso durmiendo y sin ningún tipo de estimulación física! No olvidemos que el gran motor de los orgasmos es el cerebro", concluye Cames. "Aunque sean más habituales los casos de personas que tienen ataques de risa durante o después del orgasmo, también hay casos de personas que tienen un orgasmo desencadenado a raíz de un ataque de risa". Todo es cuestión de dejarse llevar.
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