Elvira Lindo

Para mí que Hillary Clinton sonríe y piensa, tú sigue, que me vas a hacer presidenta

Señora Manuela, ¿no puede hacer usted algo para que la barra de el Café Comercial no nos desaparezca?

Un local, según un estudio fantasma, triplica su éxito con un sonido que arañe los tímpanos

Si me gustaba Krahe era por la elegancia y esa forma de ser radical sin perder los modales

Hay dos o tres programas que recuperan las entrevistas pausadas, pero suelen elegir a personajes que ya se expresan de sobra en televisión

Tanta energía perdemos en el pasado que no llegamos a saber qué es lo que están haciendo los nuevos representantes de la política

Toda mi vida ha contenido un componente de picaresca: estudiar al filo de lo imposible, redactar trabajos con gran dosis de ingenio, y hasta hoy, hasta este inmediato presente en el que agoto cada semana eso que llaman el deadline

No seré yo quien diga que los políticos han de ser intelectuales, pero sí me tranquilizaría que mostraran de vez en cuando algunas aficiones culturales

Parece que no se puede hablar de lo puramente físico porque denigra la condición de la mujer. Pero qué hacer, señores del jurado, si se muere un monumento

Porque uno es tonto a veces, en el sentido de no advertir que mofarse del dolor ajeno es un síntoma de inmadurez, y el hacerse adulto consiste en reconocer, no sin algo de vergüenza, esos momentos en los que se fue rematadamente tonto

Ceder continuamente el uso de la palabra, esa empecinada costumbre nos perjudica a todas. Y a ellos, aunque no lo sepan

Siento que mi libertad se amplía ahora que ya no tengo que mentir ante unos niños salvajes

Pedro Zerolo demostró entereza y sabiduría para vivir y para morir La suya era una personalidad alegre que no se ha apagado hasta el último suspiro

La imagen de la escritora que Céline ha elegido no es la de la mujer juvenil, sino la de la octogenaria que es hoy

Los becarios eternos de la Feria del Libro no sé qué piensan cuando los periodistas, los autores y libreros hablamos sólo del amor a la literatura. Me lo puedo imaginar

Se repite que el cambio tiene nombre de mujer. Manuela, Mónica, Ada. Y yo me pregunto a qué género pertenecían Esperanza, Rita o María Dolores

Me indigna esa tendencia a juzgar los alimentos borrando cualquier aspecto hedonista o social

La fotógrafa Sally Mann desafió a aquellos que piensan que un niño desnudo invita inevitablemente a la pedofilia

Siempre me gustaron las películas contadas. Una mezcla de curiosidad e impaciencia me llevaban a interrumpir una y otra vez

La hoy primera dama de EE UU siempre aspiró a que el color de su piel no influyera en la consideración de los demás sobre su trabajo

No sólo los selfies acabarán con las musas. También andan trabajando en ello los diseñadores que las visten como si fueran asistentes de un mago o patinadoras