La compañía dejó en tierra a más de dos millones de pasajeros tras la cancelación de casi 17.000 vuelos por su incapacidad de responder a una ola de frío polar
Los operadores americanos del Boeing que ha tenido que ser retirado se ven obligados a sacar todo el provecho de su flota y a reducir algunos vuelos en los destinos con menor densidad de tráfico