El equipo de ‘Intimidad’ convertirá en serie de ficción el crimen de la Guardia Urbana para Netflix

En mayo de 2017, los Mossos d’Esquadra encontraron el cadáver calcinado de un guardia urbano en el maletero de un coche. Pocos días después, su pareja y otro hombre, los dos agentes de la Policía Local de Barcelona, fueron detenidos como sospechosos del crimen. El caso de la Guardia Urbana tuvo un enorme seguimiento mediático. Su intrincado y rocambolesco desarrollo se ha contado también en forma de documental: el programa sobre crímenes reales Crims, de TV3 (Crímenes en Movistar Plus+) le dedicó un despliegue emitido en cuatro partes. Ahora el caso será el centro de una serie de ficción que estrenará Netflix de la mano de los responsables de Intimidad, uno de sus últimos éxitos nacionales.

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Tráiler de 'El crimen de la Guardia Urbana'

El director Jorge Torregrossa siguió en su momento las noticias sobre el crimen y la detención de Rosa Peral y Albert López. “Me fascinaron los personajes. Más allá de la truculencia de lo que había ocurrido, me llamaron la atención poderosamente los personajes y la psicología de los tres implicados, cómo tres personas aparentemente normales, con unos rasgos físicos y de personalidad muy marcados, con los que yo podría identificarme, llegan a una situación tan extrema”, cuenta en una charla por videollamada. Por otro lado, la productora Arcadia quería desarrollar un proyecto sobre este crimen. Mientras Torregrossa y Laura Sarmiento, director y guionista respectivamente de Intimidad, estaban a punto de terminar su primera serie para Netflix, les llegó la propuesta de colaborar en esta nueva creación. Sarmiento se encargará del guion de la serie, que todavía se encuentra en las primeras fases de desarrollo y no tiene título ni reparto de actores.

A pesar de tratarse de dos historias muy diferentes, Torregrossa encuentra similitudes entre lo narrado en Intimidad —que muestra cómo la filtración de dos vídeos íntimos afectan a las vidas personales y profesionales de dos mujeres, una política y una trabajadora de una empresa— y el caso de la Guardia Urbana. “Hay algo del machismo sistémico que estábamos criticando y analizando en Intimidad que, de una forma mucho más extrema, pervive en esta historia de una mujer en un mundo hostil de hombres, en este caso una mujer que es víctima del machismo sistémico, víctima de relaciones tóxicas, pero que también perpetúa esos roles y ese machismo”, reflexiona el realizador. “Creo que, mediáticamente, los personajes de esta historia han sido tratados de una manera muy sesgada e incluso muchas veces teñida de ese machismo sistémico también”, añade.

Este thriller estará dirigido por el propio Torregrossa (capítulos uno, dos, tres, siete y ocho) y Laura Mañá (episodios cuatro, cinco y seis). El director de Fotografía será Ricardo de Gracia, con el que Torregrossa trabajó en Fariña, y la banda sonora correrá a cargo de Aitor Etxebarria, también responsable de la música de Intimidad. En cuanto al argumento, la trama seguirá la verdad judicial, los hechos que recogen la sentencia. Pero sus responsables quieren profundizar en el retrato psicológico de los personajes, y citan como ejemplo la serie de ficción The Staircase de HBO, sobre un caso real que también se narró en una muy célebre serie documental.

“Esta historia se resiste a la simplificación narrativa. De repente, irrumpe el caos y la violencia en una vida aparentemente normal porque parece que es la única respuesta para el personaje. Estamos intentando comprender a los personajes, mostrar sus vulnerabilidades, que creo que es algo que el tratamiento mediático del caso no ha hecho o no ha podido hacer. ¿Qué tengo en común con ellos? ¿Qué haría yo en esa situación? ¿Cómo empatizo con esta persona? Queremos mostrar matices y capas”, añade Torregrossa. Ibon Cormenzana, responsable de la productora Arcadia, incide en esto: “Nos hemos fundamentado en el juicio y la sentencia para crear la historia, y a partir de ahí hemos entrado más en la psicología de los personajes, en lo que nos imaginamos, que no está en la documentación que hay en el juicio o en la sentencia”.

Los guiones se permitirán algunas licencias. Por ejemplo, los tres personajes principales mantendrán su nombre real, pero los secundarios tendrán otros nombres. En el caso de las localizaciones, también podrían sufrir alguna alteración respecto a la realidad. El equipo cuenta con asesores y personas cercanas al caso para orientarles. “Pero nuestros personajes principales siguen la verdad judicial, pero son creaciones. Es decir, estamos recreando una psicología que nosotros nos inventamos, la que nosotros creemos que forma la personalidad de Rosa Peral. Tenemos que tomar decisiones que son creativas, narrativas y esencialmente de ficción”, explica Torregrossa.

La experiencia de Intimidad ha servido a sus responsables para aplicar cosas en este proyecto. “Por ejemplo, una forma de trabajar donde todo está muy trabajado desde los cimientos. Tenemos reuniones larguísimas sobre cada guion donde se analiza cada elemento. Yo pongo muchas veces el peso en la plausibilidad, el realismo, que te creas esos mundos”, dice Torregrossa. También, como director, pone el foco en la potencia visual de la historia, “que no esté todo en los diálogos”, y en la depuración del estilo: “en Intimidad decidí apostar por que se viera mucho a los personajes en el espacio, que no estuviera todo contado en primer plano. Queremos seguir por ese camino e intentar ir más lejos”, resume el director.

Los crímenes reales parecen una fuente inagotable de historias para la ficción y es una de las tendencias más persistentes de los últimos años. ¿Qué tienen para atraer tanto al audiovisual y a los espectadores? “Al final, ¿por qué vemos ficción?”, devuelve la pregunta Torregrossa. Responde él mismo: “Para sentir cosas, para emocionarnos, para vivir otras realidades. Y el true crime te hace sentir cosas muy extremas y te pone en situaciones en las que no te ves en tu vida real, pero seguramente te identificas con algo”. “Estás cerca y lejos de esa situación. Piensas, ‘bueno, me queda muy lejos’ y al mismo tiempo, ‘¿me podría llegar a haber pasado eso y habría actuado de la misma manera?”, remata Ibon Cormenzana.

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