Inés Hernand : “Gen Playz’ no es una secta progresista donde se lava el tarro a los chavales”
La cómica presenta el programa para jóvenes de TVE en el que especialistas y afectados debaten sobre temas como la salud mental, la menstruación, la política o el colectivo LGTBI+
Cuando Inés Hernand habla de la precariedad juvenil lo hace de carrerilla y con ímpetu porque la conoce de primera mano. A los 18 años salió de casa y compaginó un trabajo y sus estudios de Historia del Arte, que dejó al tercer curso para meterse en Derecho. “Gracias a las becas y a mis currillos de 30 horas a la semana me fui sacando la carrera con unos resultados mediocres, pero suficientes”, recuerda la madrileña, de 28 años. Después vino el máster y el mundo laboral. “Pensé que aquello sería el ágora, que aparecerían Platón y Sócrates, y yo iba a ser Safo de Lesbos”. Acabó en un despacho por 900 euros al mes, donde pasaba 13 horas al día. Solo el piso le costaba 500 euros. Adelgazó, engordó y se enfrentó en un entorno gris. “Mi jefa me dijo que no podía pagarme más y yo pensé: ‘Pues esto será la vida, qué le vamos a hacer”. Comenzó a ver la luz gracias a pasarse a una entidad financiera. No por las condiciones, sino porque empezó a contar miserias laborales en Instagram. Y ahora continúa: hace vídeos espontáneos y cómicos donde resume las noticias del día.
Esa manera de comunicar le ha supuesto unos 285.000 seguidores en esa red y un puesto de presentadora, junto a Darío Eme Hache, en el programa Gen Playz. Enfocado para los jóvenes, es una apuesta de TVE en la que especialistas y afectados debaten sobre un tema alrededor de una mesa de pimpón. “Tratamos cuestiones LGTB, la regla, la salud mental, cómo afectan los porros a tu cabeza o las leyes que se están aprobando y cómo impactan a los jóvenes, como la trans. Hay 110 programas”, enumera en una entrevista realizada hace una semana en el plató, en Madrid.
Uno de los más polémicos fue el de las políticas identitarias, en el que debatieron personas de distintas etnias e ideologías. Algunos espectadores llegaron a pedir que se cancelara el programa. “Gen Playz no es una secta progresista donde se está lavando el tarro a los chavales. No, cariño, participan distintos perfiles. Es imposible que pienses que eso es la otredad, todo te afecta”, defiende Hernand, y señala la importancia de crear un espacio con diferentes voces: “Siendo cis, hetero, blanco, privilegiado, habiendo salido de tu carrera universitaria financiada por tus padres y metiéndote en un curro normal ¿Tú qué te vas a plantear? Pues, en paralelo, mientras estabas tranquilamente, había una persona en una transición hormonal de cojones o en busca de su identidad sexual”.
El monocromo de su despegue profesional dista mucho de su situación actual: lleva un traje morado, una camiseta rosa con motivos blancos, algunos mechones de color fucsia, y un maquillaje explosivo que le ha hecho Miguel Bling. Acaba de terminar de grabar y, aunque es mediodía y solo le ha dado tiempo a comer una galleta, se toma su tiempo para responder. Cuando sus compañeros interactúan con ella les trata con cercanía, les llama “cariño”, y lo mismo ocurre cuando habla de ellos. “Trabajamos prácticamente 30 personas para hacer este proyecto y la selección de temas la hacen en función del interés social”, define. Una de esas guionistas de la casa es Ana Iris Simón, autora de Feria, el libro que ha despertado controversia por hablar del trabajo y la familia para los jóvenes, entre otras cosas, y que ha generado alabanzas y críticas en ambos lados del espectro ideológico.
La humorista se considera comunicadora, no periodista, y entiende que en su puesto no debe opinar. “Obviamente, de forma natural puedo tener una reacción rollo: ‘Santo Cristo, qué se está diciendo aquí”, apunta. “Si alguien dice: ‘Me cago en Pablo Iglesias, le voy a cortar el cuello’, que hubo una intervención de ese estilo, se corta y ya está”. Abogan por el respeto y por transmitir el pensamiento y el color que sea: “Ahora mismo tenemos una representación en el Congreso que ha herido bastante a los derechos humanos, pero si eres demócrata tienes respetar la libertad de expresión”.
Tienen a una Sandra Sabatés, que tiene mucho criterio, al lado de un Wyoming, que mola mucho, pero es una persona decrépita, en descomposición continua
Durante estos días, la noticia de que a la Chocita del Loro no van cómicas a actuar ha provocado un revuelo que ha afectado a las trabajadoras del sector, como ella. También lo aplica a la televisión: “Hay medios que siempre han apostado por las mujeres; la casa en la que estoy trabajando o Vodafone yu. Lo que pasa es que las referencias son las televisiones. El perfil de mujer que acompaña está muy estereotipado, incluso en los que podemos considerar progresistas, como El Intermedio. Al final tienen a una Sandra Sabatés, que tiene mucho criterio, al lado de un Wyoming, que mola mucho, pero es una persona decrépita, en descomposición continua”.
Hernand percibe ese problema en los Late Night (programas nocturnos), donde muchas veces ellas se ven implicadas como parte de una cuota: “Es lamentable que se pierda lo genuino de la aportación femenina en todos los ámbitos y no solamente por dar una perspectiva de género, sino porque es nutritivo y es realista plantear hacia un medio universal realidades universales”.
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