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“Influencer’ es una palabra maravillosa”

Influyen con sus intervenciones, con sus libros, circulan por la red y abundan en las librerías

Juan Cruz
Javier Ruescas, Andrea Compton (pelo naranja) e Inés Fernández.
Javier Ruescas, Andrea Compton (pelo naranja) e Inés Fernández.Claudio Álvarez

La vida los hizo influencers, dice Javier Ruescas, 32 años; a Inés Hernández (27), no le importaría presentarse diciendo: “Soy Inés, influencer”. Y Andrea Compton (28), que se apellida Rodríguez (“¡estaba enamorada del protagonista de True blood!”) piensa que “es una palabra maravillosa; los influencers son gente que influye. ¡A mí me influyó Harry Potter!”. Tienen medio millón de seguidores en redes (Andrea), 300.000 (Javier) e Inés cuenta con cien mil. Influyen con sus intervenciones, con sus libros, circulan por la red y abundan en las librerías.

Javier ha escrito Prohibido creer en historias de amor, Cuentos de Bereth, “todo tipo de novelas, ciencia ficción, fantasía, realismo, no ficción”, en España, Latinoamérica y en traducciones. “Soy un fiel defensor de los lectores juveniles y entré en los mundos de YouTube y redes sociales como influencer. ¡Internet ya viene en nuestro ADN!”. Andrea: “Soy youtuber, aunque utilizo todas las redes; empecé por la aplicación Vine, vídeos de humor de seis segundos; se hizo muy popular en España… Ahora hago humor, entretenimiento, hablo de series, de cine. Javier me llevó a los libros. Lo primero que publiqué fue Y luego ganas tú, una antología de relatos sobre el bullying. Después, No te calles, que reúne historias contra el odio”.

Con Inés Hernández (que firma Inés Hernand), Andrea publicó Que el fin del mundo te pille de risas, “una biografía muy divertida de los 15 años que nos conocemos”. ¿Y la propia Inés?: “Empecé a estudiar Historia del Arte. No funcionaba. Hice en Londres el Erasmus de pobre, o sea de camarera, y al volver estudié Derecho. Andrea me animó a dar el paso al mundo digital y a dejar el of line… Lo primero eran consejos jurídicos para la vida cotidiana. Era muy laborioso, deserté y me pasé a Instagram haciendo, ja ja, risa y humor”.

Hijos de la crisis, criaturas del 15M. Dice Javier: “Publiqué mi primer libro en 2009, desde los 11 quería ser escritor. De niño leía Manolito Gafotas, todo el Barco de Vapor, Harry Potter. Estudié Periodismo, trabajé en editoriales. Es verdad que crecimos en el momento de la crisis, del miedo a que se acabara el trabajo fijo. Me ofrecieron un trabajo fijo, pero yo quería escribir. Cuando dije que no, el miedo fue de mis padres. La crisis fue el miedo. ¡Ya mis padres no me preguntan por el trabajo fijo!... Este tiempo creo que es el de las redes sociales”.

Para él, “esa velocidad es un caos, cada vez es más difícil diferenciar unas voces de otras…” Andrea: “Estamos viviendo una época de Internet y eso es lo más destacable de mi generación. ¡Mi hermana, ocho años menor que yo, ya tenía un móvil con Internet! Una época de mucha información y falsa información sin sentido. Pero en sus aspectos positivos esta época me hace muy feliz”. La imagen de la época, dice Inés, “es el móvil. Tiene un montón de amenazas, pero también hay más cosas buenas que malas… Pero somos unos cachondos: desistimos de las cuestiones importantes para comentarlas en el bar”.

El 15M, dice Inés, “fue un momento bonito”. ¿Con qué sentimiento se ve desde ahora? Todos:>Melancolía de lo que fue el futuro”.

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