Madrid impulsa un laboratorio de datos pionero para entender mejor el comportamiento ciudadano
El Gobierno autonómico colabora con varias empresas para crear el CitizenLab
El Gobierno de la Comunidad de Madrid cofinancia desde 2019 el Citizen Lab, un proyecto que aspira a reunir datos, buscar patrones y ofrecer predicciones para mejorar la vida de los madrileños. Sus principales objetivos serán mejorar la automoción y la movilidad, la atención sanitaria, el turismo y las infraestructuras. El proyecto es de 8 millones de euros durante cuatro años y ha sido presentado este jueves en la sede de la consultora Grant Thornton, principal impulsor privado. "No se está haciendo nada parecido en España de esta dimensión", ha dicho Antonio García Lozano, socio director de Innovación de la compañía.
Nunca antes los humanos habíamos producido tanta información almacenable. La propiedad, gestión y uso de esos datos es uno de los grandes debates de la década. Tras la reciente polémica por el proyecto del INE de capturar los datos de telefonía móvil de los españoles durante ocho días para analizar su movilidad, los impulsores de CitizenLab han sido extremadamente cautos sobre el origen de los datos que usarán: "Solo datos de fuentes abiertas y anonimizados", ha dicho Carlos González Luis, socio de consultoría de sector público. No habrá de momento nada procedente de telefonía.
La cautela de autoridades y empresas ante este panorama espinoso es admisible, más cuando es aún un sector por explorar. En el mundo de los datos, hay montones de información agregada y anonimizada que debería ser pública pero no lo es por falta de recursos para organizarla o por falta de esmero a la hora de presentarla en una web.
A menudo encontrar los datos es bucear en absurdas páginas de varios gobiernos locales u hospitales. CitizenLab puede facilitar este proceso gracias a su capacidad para entrar en despachos de organismos públicos y pedir los datos que necesiten para completar un análisis. CitizenLab luego modelará esos datos para buscar sus conclusions, pero con esa sencilla gstión, más datos irán pasando a ser públicos.
El contexto inicial de este proyecto no permite el uso de datos aún no públicos, pero es evidente que habrá proyectos paralelos o posteriores donde se vaya avanzando discreta pero inexorablemente hacia un modelo más comprensible y abierto. Hoy hay enormes bases de datos pendientes de organizar y pulir para que estén disponibles para investigadores, empresas o políticos.
Una vez ordenadas, hay que saber qué puede hacerse con datos para aplicar a la mejora de la vida de los ciudadanos. Esto puede parecer obvio, pero no lo es: qué variables pesan más para saber por qué unas urgencias pediátricas se bloqueen en determinadas horas de la semana es algo que las autoridades deberían saber. Hoy es poco probable que lo sepan con certeza. Lo mismo puede decirse para construir estaciones de metro, carriles bici u organizar billetes múltiples de museos para turistas. Todo está por mejorar.
Algunos ejemplos de casos de uso hipotéticos para Madrid son, según González Luis, cómo mejorar las listas de espera en hospitales, los servicios de urgencia o si el car sharing funciona y cómo. En poco más de un mes, CitizenLab presentará en público sus primeras investigaciones.
Además de la Dirección General de Innovación y Grant Thornton, en Citizen Lab participan los socios empresariales Piperlab, Tinámica y NEO Soluciones de Movilidad y las universidades de Alcalá de Henares y Rey Juan Carlos.
Los impulsores prevén que la plataforma pública de datos esté disponible en 2021. Además de mejorar la gestión de la vida de los madrileños, Citizen Lab espera poner en manos de start ups sus proyectos para que generen beneficios para todos.
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