La policía sueca da un importante golpe a la piratería de música y cine en Internet
Los proveedores de acceso de Reino Unido tendrán que identificar a quienes distribuyen contenidos pirateados en un plazo de dos semanas
Tres importantes acontecimientos han marcado la lucha por la protección de los derechos de autor en estos días. La policía sueca logró el jueves poner cierre a cuatro de las más importantes servidores pirata en Europa, y en Reino Unido las compañías musicales han logrado el derecho legal a ser informados sobre la identidad de quienes intercambian ficheros protegidos por los derechos de autor. Mientras, en Francia un acusado de disponer de 488 películas ha sido absuelto tras argumentar que no pueden prohibirse las copias o reproducciones estrictamente reservadas al uso privado.
El primero y más importante de estos casos tuvo lugar el jueves en Suecia, donde la policía llevó a cabo una redada en las oficinas de Estocolmo de Bahhnof -el mayor y más antiguo proveedor sueco de Internet- en lo que los expertos estadounidenses en protección de los derechos de autor han considerado un refugio para los piratas de alto nivel durante años.
La operación se saldó con la confiscación de cuatro servidores de Internet que contenían 1.800 películas, 5.000 programas y 450.000 archivos de música.
El golpe ha sido de tal relevancia que incluso la industria cinematográfica estadounidense ha congratulado a las autoridades suecas. "Ha sido una gran redada" dijo John Malcolm, director de operaciones antipiratería en Internet de la Motion Picture Asosociation of America (MPAA), que representa a los grandes estudios de Hollywood. "El material que fue incautado deja entrever que no sólo únicamente hay una organización pirata operando en Suecia, sino que las organizaciones piratas de Internet operan a través de todo Europa".
La MPAA, que aún no dispone de cifras sobre las pérdidas ocasionadas por culpa de la piratería en Internet, estima, por otra parte, que la industria cinematográfica pierde unos 3.500 millones de euros (2.650 millones de euros) al año por culpa de las cintas y DVDs que se venden en el mercado negro.
Logros en Gran Bretaña
Por otra parte, en Reino Unido las discográficas confirmaron el viernes que han obtenido el derecho a forzar a los proveedores de servicios en Internet a desvelar los nombres y direcciones de individuos acusados de poner grandes cantidades de canciones en redes de intercambio de archivos. El grupo dijo que la orden concede a los proveedores de Internet catorce días para proveer la información. Una vez que tenga los nombres, la Industria Fonográfica Británica (BPI) dijo que contactaría con los individuos y les ofrecería una oportunidad para retirar los cargos en su contra.
"El resultado de hoy es un golpe para los que suben archivos para compartirlos que creen que la ley simplemente no se aplica a ellos. Comprobamos en nuestra primera ronda de casos que personas de todos los ámbitos están involucradas en esta actividad", dijo el abogado del BPI, Geoff Taylor. El BPI ya tiene una lista de seis proveedores de Internet que deberán revelar los datos de 31 personas.
La industria suele obtener la dirección del protocolo de Internet de los ordenadores de los usuarios al vigilar redes como Kazaa, eDonkey y Soulseek, y después acude a los tribunales en busca de sus identidades.
Nuevos argumentos
Mientras tanto, en Francia, un internauta francés acaba de ser absuelto por un tribunal de apelación francés, que confirmó la sentencia dictada en octubre pasado por otra sala de menor rango.
La acusación provenía de 17 gigantes de la industria cinematográfica (entre ellos Columbia Pictures Industries, Disney Enterprise, Dreamworks, Gaumont Columbia, MGM Entertainment, Paramount y Warner Bros), que acusaban al estudiante de informática de disponer de 488 películas, unas copiadas de DVDs y otras descargadas desde Internet.
La sentencia -que crea jurisprudencia en el país galo- afirma literalmente que "una vez que una obra ha sido difundida, el autor no puede prohibir las copias o reproducciones estrictamente reservadas al uso privado del copista y no destinadas a un uso colectivo". Durante el juicio de apelación, el abogado defensor manifestó que un internauta, al comprar un ordenador o incluso un CDROM, ya pagaba una tasa para poder hacer una copia privada, antes de afirmar: "los internautas no son pues piratas, sino meros usuarios-consumidores".
Por su parte, los representantes de la industria del cine no lograron hacer valer ante el tribunal su tesis: "la descarga no es forzosamente ilegal. Lo ilegal es descargar de fuentes ilícitas. Y la primera copia de películas que aparece en los sitios de descarga es forzosamente ilegal".
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