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Federico Kukso, autor de ‘Frutologías’: “Las frutas no son inocentes, están cargadas de cultura y de símbolos”

El periodista científico publica un ensayo en el que fresas, manzanas y plátanos protagonizan historias de espías, impulsan sangrientas dictaduras y simbolizan el poder económico

Federico Kukso, autor de ‘Frutologías’
El escritor y periodista Federico Kukso, este martes en su casa de Buenos Aires.Mariana Eliano
Miguel Ángel Medina

Esa humilde fresa que se acaba de comer protagonizó una historia de espías entre países. Ese tímido plátano simbolizó el poder de EEUU en toda Latinoamérica. Esa simpática manzana aparece en el teléfono móvil de 2.300 millones de personas. “Busco hacer pensar en estos alimentos que nos acompañan a lo largo de nuestra historia en la Tierra pero de los que, en general, sabemos poco”, explica Federico Kukso (Buenos Aires, 45 años), periodista científico que acaba de publicar Frutologías. Historia política y cultural de las frutas (Taurus), un ensayo que profundiza en la importancia histórica y cultural de estos alimentos. Atiende a EL PAÍS por videollamada desde su casa en Buenos Aires, donde nunca faltan las frutas.

Pregunta. ¿Qué le llevó a escribir este libro?

Respuesta. Siempre sentí una especie de envidia frutal respecto a países como Brasil o Colombia, con su diversidad de frutas. Estos cultivos en general están huérfanos, no hay muchos libros que los exploren. Y me pareció curioso que un alimento que es tan troncal en la historia de la humanidad se haya ignorado.

P. Dice que “las frutas nos definen y nos hicieron humanos”. ¿Por qué?

R. Hay muchos estudios antropológicos que hablan de cómo el color de la fruta determinó la evolución de los conos en los ojos para detectar las frutas rojas, cómo nuestros ancestros desarrollaron los pulgares para tomar los alimentos. Uno piensa en la fruta como eso natural que se consume, pero también es muy importante en nuestra historia como homínidos, insertada en nuestras historias, en la cultura, en el cine. Las frutas son más que alimentos, son artefactos culturales, históricos, narrativos. Hace dos años estuve en Sevilla y Granada y me sorprendió la cantidad de naranjos que hay. ¿Por qué? Los árabes pensaban que las naranjas purificaban el alma. Quería contar las historias detrás de la fruta.

'El hijo del hombre', autorretrato surrealista de 1964 realizado por el belga René Magritte donde una manzana ocupa el centro.
'El hijo del hombre', autorretrato surrealista de 1964 realizado por el belga René Magritte donde una manzana ocupa el centro. CC

P. Pienso El Padrino: cada vez que sale una naranja, alguien muere.

R. La naranja sirve como símbolo y recurso estilístico. En La habitación de al lado, de Almodóvar, las frutas tienen una presencia muy importante en oposición a la muerte. En la historia del arte, las frutas son grandes protagonistas. Los grandes artistas encontraron las frutas como medio para comunicarnos un sentido oculto: las vírgenes muestran frutillas [fresas] como símbolo de pureza, hay naranjas y manzanas… Son ricas simbólicamente, pero desde hace 150 años solo pensamos los alimentos desde la nutrición, hemos perdido esa conexión histórica y simbólica. Me gusta leer las crónicas de Indias e imaginar a esos españoles del siglo XV que llegaron a un lugar lleno de alimentos exóticos a los que tenían miedo. Cuando yo era chico, el kiwi llegó a la Argentina y era una fruta rara, peluda, que parecía un testículo, y no se sabía cómo comerla. Ciertas frutas son embajadoras de lo exótico.

P. ¿Qué simbología tiene que Dios expulsara el ser humano del paraíso por comerse una manzana?

R. Curiosamente, la manzana no está en los textos bíblicos. Pero sí tiene mucha polisemia: el fruto del conocimiento, de Newton, de Steve Jobs, de Nueva York, la manzana de Adán [como se conoce en inglés a la nuez masculina]. Es un alimento que es la máxima tentación. La fruta es la estrategia evolutiva desarrollada por la naturaleza para tentarnos. ¿Por qué existen las frutas? Es la herramienta que encontraron los árboles, que no se mueven, para dispersarse por el mundo. Las frutas nos usan como títeres, con nosotros salieron del planeta y han viajado hasta la Estación Espacial Internacional.

P. ¿Hay muchos mitos basados en las frutas?

R. Las frutas están ancladas en el folclore: uno de los grandes mitos es Blancanieves y la manzana envenenada, que viene de Alemania y llegó a Hollywood. En China, el durazno [melocotón] está asociado a la longevidad y a la inmortalidad, mientras en la cultura escandinava las frutas eran el alimento que comían los dioses para ser jóvenes. La sandía es símbolo de Palestina porque tiene los colores de su bandera, que Israel ha prohibido. La idea de que la naranja es buena para la salud viene de cuando los navegantes se morían por la enfermedad del mar [el escorbuto] y se descubrió que les faltaba vitamina C y les empezaron a dar naranjas y limones. Gracias a eso, imperios como el español, el portugués, o el británico lograron conquistar los mares. Qué loco que algo tan nimio como una fruta haya permitido la expansión marítima de grandes imperios.

El escritor y periodista científico Federico Kukso, en su casa de Buenos Aires.
El escritor y periodista científico Federico Kukso, en su casa de Buenos Aires. Mariana Eliano

P. Explica que han alimentado guerras y dictaduras. Dígame algún ejemplo.

R. La banana es central en la historia de América Latina. A inicios del siglo XX, en EE UU la fruta deja de ser un alimento de negros y esclavos para convertirse, gracias al marketing, en un alimento de la creciente clase media. Las compañías norteamericanas tenían que encontrar un lugar donde cultivar bananas y lo hicieron en Centroamérica. Estas compañías tenían tanto poder que lograron derrocar gobiernos, de ahí viene la expresión “país bananero” para significar un gobierno débil, intervenido. Está pasando lo mismo en México y Centroamérica con la palta [el aguacate], que para satisfacer el hambre de los consumidores norteamericanos se produce una especie de apocalipsis ambiental en Centroamérica porque se desplazan otros cultivos y porque requiere mucha agua. Las frutas no son inocentes, están cargadas de cultura y de símbolos.

'Vertumnus' (1590-91) de Giuseppe Arcimboldo. Retrato del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Rodolfo II a partir de frutas y verduras.
'Vertumnus' (1590-91) de Giuseppe Arcimboldo. Retrato del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Rodolfo II a partir de frutas y verduras.Erik Lernestål (CC)

P. ¿Hay casos de espionaje frutal?

R. En distintas épocas, los cultivos han sido botines: Estados Unidos, España, Inglaterra, mandaban a espías en búsqueda de alimentos para sus poblaciones. Amédée-François Frézier, un espía francés, fue a las costas de Chile para saber qué estaban haciendo los españoles y volvió con cinco plantas de fresas, cultivadas durante siglos por mapuches. En Europa había fresas pequeñas, con poco sabor, se cruzaron con las chilenas y empezaron a despegar. EE UU en el siglo XX mandó espías a China para encontrar frutas que resistieran la sequía. El kiwi procede de China, pero una maestra se llevó semillas y se empezó a cultivar en Nueva Zelanda y se convirtió en su fruta nacional, parte de su identidad. Ahora hay biocolonialismo de grandes empresas que mandan a sus prospectores a la selva de Brasil en busca de una fruta que cure la calvicie; el guaraná es elemento central de bebidas energéticas, pero no retribuyen a los indígenas.

P. ¿Cómo les influye el cambio climático?

R. Tener cultivos resistentes a sequías va a ser el gran motor de muchas economías. En Argentina está pasando con la industria del vino, se está cultivando a más altura en la zona de Mendoza. El kiwi se está cultivando en toda la parte central de Italia y alterando los paisajes, porque hay un mayor rendimiento económico. También están desapareciendo muchas variedades de frutas porque al final los productores se quedan con un solo tipo de naranja, de manzana o de pera. En Italia hay museos de frutas de cerámica, y se pueden ver frutas que ya no existen. El cambio climático implica también la desaparición de alimentos.

P. ¿Qué relación tiene la fruta con el sexo?

R. La fruta es la máxima tentación, el símbolo de la lujuria: el logo de Pachá son las cerezas. En inglés, “pop up the cherry” es quitarle la virginidad a una mujer, y los egipcios tenían jeroglíficos asociados a eso. En los emojis, el durazno (melocotón) simboliza el culo, y en Cuba la guayaba es símbolo vaginal. Hay una relación muy fuerte entre lo dulce y lo sensual: históricamente, las frutas son objetos eróticos, porque estamos programados para desearlas.

Un cartel de Pacha, en una imagen extraída de Creative Commons.
Un cartel de Pacha, en una imagen extraída de Creative Commons.CC

P. ¿Y con el lenguaje?

R. Las frutas se han insertado en nuestro deseo y nuestro lenguaje. En Argentina se dice “si te gusta el durazno, bancate la pelusa”, que viene a ser, si te gusta alguien soporta sus defectos; y un banana es un pijo o creído, que en México es un fresa. Muchos países centroamericanos tienen una gran variedad de expresiones asociadas a las frutas porque tienen mayor diversidad. Y luego cambian mucho las palabras: nosotros decimos durazno y ustedes melocotón, porque la esencia de las frutas es viajar, son inmigrantes, pero son adaptadas por cada país como propias, y cada país les asigna una expresión.

P. ¿Qué simbología hay tras fiestas como la Tomatina de Buñol?

R. Si se habla de patrimonio, uno piensa en arquitectura, pintura, canciones, pero pocas veces se piensa en fruta. Cualquier fruta tiene encapsuladas historias, culturas, tradiciones y conocimientos. Muchos inmigrantes españoles llegaron a Argentina con semillas, las cultivaron y eso los conectaba simbólicamente con España.

P. La económica del occidente es la Gran Manzana y una de las mayores empresas es Apple (manzana). ¿La fruta está en el centro de la civilización?

R. La fruta está en el centro de nuestras historias míticas, de nuestra evolución, del poder económico. Uno no pensaría la asociación de lo natural con lo tecnológico, pero sí son la máxima tentación, son el máximo deseo, la máxima sensualidad, están en nuestro lenguaje, en nuestro celular…

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Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad —es un apasionado de la bicicleta—, consumo y urbanismo, entre otros temas. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’. 
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