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SALUD
Tribuna
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Al cumplir 75 años, la OMS receta ciencia, soluciones y solidaridad para que sigamos sanos en el futuro

La covid hizo retroceder los avances en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la salud y causó pérdidas incalculables. Por ello, debemos recuperar el terreno perdido

Profesionales sanitarias en Chennai (sureste de India) el 1 de abril de 2023.
Profesionales sanitarias en Chennai (sureste de India) el 1 de abril de 2023.R.SATISH BABU (AFP)

En 1948, los países se unieron para sanar un mundo ensangrentado y pasar la página de la historia de su conflicto más mortífero. Tras años de guerra, desconfianza y dolor, las naciones elevaron el bienestar físico y mental de las personas a un nuevo nivel y establecieron un pacto y un objetivo mundiales para salvaguardar y promover la salud para todos.

Este noble sentimiento se hizo realidad a efectos prácticos hace 75 años con la entrada en vigor de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud y la fundación de la OMS como el organismo especializado de Naciones Unidas dedicado a promover la salud humana. La organización recibió el mandato específico de impulsar el bienestar de todas las personas y la capacidad propia de reunir a todos sus asociados y a todos los gobiernos en torno a la misma mesa.

Ahora que la OMS celebra su 75º aniversario el 7 de abril, Día Mundial de la Salud, este mandato y esta capacidad de convocatoria conservan todo su vigor. Al mismo tiempo, el mundo necesita una renovación del compromiso para hacer de la salud de todos, desde nuestros abuelos hasta nuestros hijos presentes y futuros, la máxima prioridad.

La covid 19, los conflictos, el cambio climático y los intereses comerciales causantes de la mala salud, como los alimentos perjudiciales y el tabaco, son recordatorios efectivos de lo frágil que es nuestra vida y de cómo, sin el compromiso constante de mejorar el bienestar colectivo, la suerte de las comunidades vulnerables de todo el mundo seguirá en peligro.

Una frase esencial de la Constitución de la OMS declara que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”.

Este principio ha guiado la labor de la OMS, dirigida a fomentar, proporcionar y proteger la salud de todos y para todos. Los logros alcanzados han sido muchos.

Entre los más conocidos figura la erradicación de la antigua plaga de la viruela. Hoy en día, el mundo está a punto de erradicar también la poliomielitis, cuyos casos se han reducido en un 99,9% desde la década de 1980. Otros éxitos incluyen la eliminación casi completa de cinco enfermedades tropicales, la vacunación infantil prácticamente universal y el establecimiento de criterios mundiales para la salubridad del agua potable.

Además, la Organización Mundial de la Salud ha ayudado a los países a adoptar un tratado histórico sobre el control del tabaco, regular la publicidad agresiva de las leches de sustitución e informar sobre emergencias sanitarias con capacidad de propagación mundial. Asimismo, ha desempeñado un papel catalizador en el desarrollo y la administración de las primeras vacunas contra el ébola y la malaria, que actualmente salvan vidas en toda África. Su labor en contextos humanitarios ha proporcionado asistencia vital a millones de personas.

La lista es aún más larga. En su 75º aniversario, la organización y los países que la crearon tienen mucho de lo que enorgullecerse.

Pero todavía quedan grandes retos.

La covid ha demostrado que, como comunidad mundial, estamos tan a salvo de la amenaza de una pandemia como el país menos preparado. Un número enorme de personas no tiene acceso a servicios sanitarios asequibles y de calidad, y padece problemas de salud que podrían prevenirse o tratarse.

Los problemas del mundo contemporáneo agravan esta situación. Es el caso de los efectos de la crisis climática, que ponen en peligro a millones de personas a causa de las inundaciones y la sequía, la contaminación acelerada del aire y la desinformación sin fundamento que interfiere en las decisiones de la gente en materia de salud.

Otras amenazas al bienestar de la población son consecuencia de factores no estrictamente sanitarios, como los conflictos económicos y comerciales.

Para hacer frente a estos retos, la OMS ha ido cambiando y adaptándose a fin de cumplir mejor su misión hoy y en los próximos 75 años.

Nuestra labor se centra en cinco áreas: mejorar el nivel de salud de todas las personas; garantizar el acceso universal e igualitario a unos servicios de salud asequibles y de calidad; proteger al mundo de los patógenos nuevos y conocidos; potenciar la ciencia y la información científica en pro de la salud y fortalecer a la OMS para que pueda responder a las demandas actuales y futuras.

A raíz de la covid estamos prestando apoyo a los países en la negociación de un acuerdo histórico sobre pandemias, basado en la Constitución de la OMS, para prevenir y reaccionar ante futuras crisis sanitarias mundiales. Los países también han empezado a modificar el Reglamento Sanitario Internacional para adaptarlo a un mundo poscovid, y a reforzar la base financiera, operativa y de gobernanza de la organización con vistas a un mundo seguro y saludable.

Las razones para adoptar estas medidas están claras.

La covid hizo retroceder los avances en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la salud y causó pérdidas humanas, sociales y económicas incalculables. Por ello, debemos recuperar el terreno perdido redoblando los esfuerzos para que la cobertura sanitaria universal sea una realidad para todos, con la atención primaria a la cabeza, y reforzando los sistemas nacionales y mundiales, desde la vigilancia más avanzada hasta la inversión en la preparación de los países, con el fin de lograr un mundo más seguro.

La labor de la OMS se sustenta en la ciencia y en las pruebas. La planificación basada en los datos sigue constituyendo una parte fundamental del trabajo de la organización que la ayuda a ella misma y a los países a invertir recursos allí donde las necesidades sanitarias son mayores.

El acceso a un asesoramiento fundado en pruebas contribuye a que las personas tomen decisiones sanitarias sensatas. Este es un aspecto fundamental hoy en día, ya que, como ha demostrado la covid, la desinformación ha dificultado la toma de decisiones, en casos extremos con consecuencias mortales.

La OMS ha modificado sus procedimientos para llevar a cabo con eficacia su labor en todos estos frentes, y en otros más, con la clara prioridad de tener un efecto positivo a escala comunitaria.

Hoy, transcurridos 75 años y después de que un nuevo virus demostrara lo vulnerable que sigue siendo el mundo, la OMS es tan vital como siempre. Si no se hubiera creado hace tantos años, tendríamos que crearla hoy. Así pues, en su aniversario, agradezco a todos los países y asociados su compromiso de sentar las bases de la Organización Mundial de la Salud en 1948 y de seguir fortaleciéndolas en pro de un futuro más sano, seguro y justo para todos.


Tedros Adhanom Ghebreyesus es director general de la Organización Mundial de la Salud.

Traducción de News Clips.


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