Uganda declara el final de su epidemia de ébola
El brote de la cepa sudanesa, para la que no existen vacunas, se declaró el pasado 20 de septiembre y provocó 55 muertes
El Gobierno de Uganda y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han declarado este miércoles el final de la epidemia de ébola que ha golpeado a este país africano desde el pasado 20 de septiembre y que ha provocado 55 muertes y 142 casos. “Hemos controlado con éxito la epidemia”, ha asegurado Jane Ruth Aceng, ministra de Sanidad ugandesa, durante un acto celebrado en el distrito de Mubende, epicentro del brote. El último paciente portador del virus fue dado de alta el pasado 30 de noviembre y en los últimos 42 días no se ha producido ningún nuevo contagio.
Esta epidemia de ébola ha supuesto un auténtico desafío para las autoridades sanitarias, dado que se trataba de la cepa sudanesa del virus, para la que no existen vacunas aprobadas. Desde el mes de diciembre se están probando en Uganda hasta tres inmunizaciones experimentales, desarrolladas por la Universidad de Oxford y el Instituto Jenner británicos, el Instituto Sabin Vaccine estadounidense y la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida. La OMS ha anunciado este miércoles que se han distribuido hasta 5.000 dosis de estas vacunas. “Uganda ha puesto fin a esta epidemia de ébola reforzando medidas claves como la vigilancia, la búsqueda de contactos, la prevención y el control”, ha añadido Aceng.
Por su parte, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha felicitado a las autoridades ugandesas por “su robusta y completa respuesta que ha conducido hoy a esta victoria contra el ébola”, según ha manifestado mediante un comunicado. “Uganda ha demostrado que el ébola puede ser derrotado si la totalidad del sistema funciona de manera coordinada”, ha añadido. Asimismo, la directora de este organismo para África, la doctora Matshidiso Moeti, ha puesto el acento en la complejidad del brote. “A falta de vacunas y tratamientos, se trataba de una de las epidemias de ébola más difíciles de los cinco últimos años, pero Uganda se ha mantenido firme y ha actualizado constantemente su respuesta”, ha asegurado.
El brote fue declarado el 20 de septiembre después de que dieran positivo las pruebas realizadas a un hombre de 24 años que falleció con síntomas compatibles con el ébola en el distrito de Mubende, a unos 150 kilómetros al oeste de Kampala, capital del país. Previamente, otras seis personas, entre ellas tres niños, habían fallecido a consecuencia de fiebres hemorrágicas que no fueron identificadas. En las semanas posteriores el brote se extendió prácticamente a todo el país y penetró en Kampala, elevando la alerta al nivel máximo. Uganda ha vivido siete epidemias de ébola, cinco de las cuales eran de la cepa sudanesa.
Cierre de colegios en el país
Ante la llegada del virus a la capital y dados los contagios entre niños de cinco colegios, el Gobierno decidió cerrar las aulas el 25 de noviembre, adelantando así en dos semanas las vacaciones de Navidad en el sector educativo. De igual modo, los distritos de Mubende y Kasanda permanecieron confinados durante prácticamente tres meses, medidas que demostraron su eficacia. “Hace dos meses, cuando el brote había llegada a ciudades como Kampala y Jinja, podíamos temer que el ébola iba a arrojar una sombra negra sobre el país hasta 2023, pero esta victoria hace que comencemos el año con gran esperanza para África”, ha señalado la doctora Moeti.
Pese al fin oficial del brote, las autoridades sanitarias continúan con el ensayo de vacunas y la vigilancia activa, llevando a cabo pruebas ante la aparición de los primeros síntomas, que en ocasiones se confunden con otras enfermedades. Países vecinos, como República Democrática del Congo, Kenia, Sudán del Sur, Ruanda y Tanzania, también mantienen la alerta en sus fronteras. Desde la terrible epidemia de ébola de África occidental en 2014-2016, los científicos han aprendido mucho sobre la resistencia del virus a permanecer en los fluidos de pacientes ya curados y, por tanto, del riesgo de que se produzcan rebrotes incluso varios años después.
El ébola es una fiebre hemorrágica de origen vírico con una alta letalidad si el paciente no recibe un rápido tratamiento. El desarrollo de vacunas para la cepa Zaire en la última década y la mejora de los sistemas de detección y control ha permitido notables avances en el manejo de la enfermedad, pero sigue siendo una seria amenaza, sobre todo en África central. Diversos estudios científicos han relacionado la pérdida de masa forestal con la emergencia de epidemias en los últimos años, dado que el virus está presente en la naturaleza y salta al ser humano desde algún animal. Se cree que el reservorio principal son varias especies de murciélagos comedores de frutas.
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