Los militares de Canadá se abren a un código más inclusivo: tatuajes en el rostro y uniformes sin distinción de género
Las Fuerzas Armadas flexibilizarán desde septiembre la vestimenta de los soldados: cortes y tintes de cabello o las uñas largas tampoco supondrán un problema en nombre del respeto y la diversidad
Las Fuerzas Armadas de Canadá han hecho público un conjunto de modificaciones a su código de vestimenta. Dichos cambios obedecen a la necesidad de adaptar este código - que data de hace unos 50 años- en favor del respeto, la diversidad y la inclusión. “La apariencia de los militares canadienses no ha seguido el ritmo de la sociedad a la que sirven”, indica el aviso oficial difundido el cinco de julio. Las nuevas reglas, que entrarán en vigor en septiembre, permiten que los uniformes sean mixtos, por lo que el personal castrense puede optar por cualquiera de las prendas previamente divididas por género. También abren la puerta al uso de varios aditamentos y distintivos anteriormente vetados.
La extensión capilar y los tintes no representarán problema alguno, a condición de atarse el cabello cuando sobrepase los hombros y dejar la cara descubierta. El corte y el color no podrán, en cualquier caso, afectar tareas operativas como los ejercicios de combate con camuflaje. El documento señala que en esas circunstancias deberá encontrase una “medida simple de adaptación”. Por ejemplo, una pañoleta para ocultar el cabello. Los nuevos reclutas no tendrán tampoco la obligación de afeitarse la cabeza durante su formación básica. “La uniformidad no equivale a la disciplina, ni a la eficacia operativa, como tampoco el color o el largo del cabello definen el compromiso o la competencia profesional”, expresó el general Wayne Eyre, jefe del Estado Mayor de la Defensa de Canadá, en un video difundido a través de Twitter.
Patillas, barba y bigote estarán permitidos sin importar su volumen, siempre y cuando estén bien recortados y sean simétricos. Lo mismo ocurrirá con las uñas largas y su color, pero a condición de que no afecten tareas operativas. Respecto a los tatuajes en el rostro, el nuevo reglamento indica que tienen cabida en las filas militares, salvo que estén vinculados con grupos criminales o que promuevan el odio o la discriminación en cualquiera de sus formas, según lo estipulado en la Ley de Derechos Humanos de Canadá.
Los pendientes de aro también estarán permitidos, pero deben respetar una dimensión máxima. De igual forma, los militares podrán llevar la mochila sobre un solo hombro, siempre que sea el izquierdo para que el brazo derecho quede libre para saludar. El general Eyre expresó lo siguiente respecto a este conjunto de modificaciones: “Algunos lo considerarán un progreso, mientras que otros lo verán como algo injustificado. Debemos desconfiar de la falsa dicotomía de que debemos elegir entre cambiar nuestra vestimenta y apariencia o ser fuertes”. En noviembre, miembros de la cúpula castrense habían anunciado la próxima aplicación de estas modificaciones al código de vestimenta. A finales de marzo, Lise Bourgon, jefa de Personal Militar en funciones, adelantó a The Canadian Press que los cambios al código incluirían la neutralidad en cuanto al género.
Las Fuerzas Armadas canadienses tienen dificultades de retención y reclutamiento. De acuerdo con un informe publicado en febrero, sufren un déficit de unos 7.600 miembros. La pandemia ha sido un factor considerable, al igual que señalamientos sobre la falta de diversidad en sus filas, especialmente respecto a mujeres, indígenas y otras comunidades. A su vez, una larga lista de escándalos relacionados con acoso y agresiones sexuales ha provocado deserciones y un debilitamiento de la confianza a la institución. Anita Anand, ministra de Defensa desde octubre de 2021, ha prometido combatir este problema con vigor.
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