La Iglesia de Portugal pide perdón por los abusos sexuales a menores
El presidente de la Conferencia Episcopal lusa lamenta “los traumas” que las víctimas “arrastran toda la vida”. La comisión que investiga la pederastia en el país ha recibido 326 testimonios desde enero
La Iglesia de Portugal ha pedido perdón por los abusos sexuales a menores. Lo hizo en la tarde de este martes en un foro científico organizado en Lisboa por la comisión independiente que investiga la pederastia a través de las palabras del obispo de Leiría-Fátima, José Ornelas, que preside la Conferencia Episcopal lusa. “A las víctimas quiero reiterarles el pedido de perdón por el sufrimiento y transmitir mi gratitud a quienes se atrevieron a denunciar. La situación trágica de la guerra actual muestra que el ser humano es capaz de las mayores barbaridades”, afirmó.
Ante una audiencia en la que también se encontraban Hans Zollner, uno de los especialistas nombrados por el papa Francisco para abordar la pederastia en la Iglesia, y los presidentes de las auditorías de España y Alemania, los abogados Javier Cremades y Martin Pusch, el obispo reflexionó sobre el impacto de los abusos en menores y los objetivos de la Conferencia Episcopal portuguesa con la creación de la comisión de investigación: “Estos atentados son particularmente graves, afectan a todo el sistema de afectos y valores, y causan traumas que se arrastran toda la vida. Nuestro proyecto es hacer luz y clarificar”.
En paralelo a la investigación independiente, Ornelas defendió la labor de las comisiones diocesanas para desarrollar estrategias de prevención y formación con el objetivo de evitar que se repitan casos. Aunque añadió: “Nos dimos cuenta de que no funcionaron para las víctimas, por eso era importante la independencia de la investigación”. El obispo quiso dejar claro que “la creación de esta comisión nace de la consciencia de la Iglesia católica de la gravedad de este fenómeno, del que la humanidad ha tomado más conciencia en las últimas décadas”.
La punta del iceberg
El psiquiatra Pedro Strecht, que preside la comisión portuguesa, elogió el “coraje” de la Iglesia lusa por poner en marcha la comisión independiente y abrir los archivos de las diócesis. Strecht informó de que han recibido 326 testimonios de víctimas desde que comenzaron a trabajar a comienzos de este año y que en ellas todavía prevalecen “el miedo, la vergüenza y la culpa”. “En más de la mitad de los casos, las personas apuntan hacia la existencia de más víctimas. Esto es siempre la punta de un iceberg, vemos una realidad que está emergiendo sobre otra de la que comenzamos a tener datos probables”, indicó.
El foro científico organizado por la comisión portuguesa permitió visibilizar el rotundo respaldo institucional con el que cuenta. En el programa estaba prevista la presencia del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que finalmente se suspendió por una urgencia personal, aunque envió un mensaje de apoyo. Su respaldo resulta especialmente simbólico en un jefe del Estado que es católico y que en el pasado ha tomado decisiones polémicas como el veto, en dos ocasiones, de la legislación sobre la eutanasia en la que algunos políticos han visto la influencia de sus creencias religiosas.
Organizada en Lisboa bajo el lema “Abuso sexual de menores: conocer el pasado, cuidar del futuro”, la jornada contó con la intervención de Hans Zollner, psicólogo jesuita y miembro del equipo creado por el papa Francisco para abordar la pederastia en la Iglesia. En una rueda de prensa, Zollner defendió un cambio en la cultura que ha alentado el encubrimiento de los abusos en lugar del reconocimiento de los errores. “Esto es así para todas las instituciones y también para la Iglesia católica. En todos los países se repiten los mismos mecanismos para defender las instituciones a costa del sufrimiento de la gente, la negación de la realidad o la negligencia a la hora de enfrentar los fallos. Este es el punto que me entristece más y que me cuesta entender racionalmente, por qué tenemos dificultades en aceptar la verdad”, explicó en la Fundación Calouste Gulbenkian, donde se celebró la jornada. “Cualquier líder comete errores, el problema es que la gente puede perdonar si reconoces el error, pero si no lo reconoces, la gente no confiará más en ti. Si creemos en el perdón para las personas, ¿por qué no podemos creer en el perdón para las instituciones?”, agregó.
Además de esclarecer lo ocurrido, reparar a las víctimas y exigir responsabilidades, Zollner hizo hincapié en la necesidad de cambiar el contexto que ha permitido casos de pederastia –y otras formas de abuso de poder– en el seno de instituciones de la Iglesia como los seminarios, los colegios o las diócesis. “El sistema es el mismo en Malaui, México, Portugal o Myanmar”, subrayó. “No solo se trata de hacer la investigación, si no también de hacer un cambio de cultura”, añadió.
En su intervención, el presidente de la comisión española, Javier Cremades, explicó que trabajaban “en un mar de desconfianza” después de años de silencio. “Es una tarea que toca la fibra de la sociedad, y que no se va acabar aquí porque el abuso de poder y el abuso sexual no acabará, pero pienso que tal vez otras instituciones puedan hacer lo mismo y aprender de la Iglesia católica cuando acaben este trabajo”, explicó. El abogado contó que habían descubierto que algunas órdenes religiosas habían llegado a acuerdos extrajudiciales con víctimas, una vía que desaconsejó porque contribuye a “revictimizar” al abusado.
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