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Nestlé reconoce en un documento interno que más del 60% de sus productos no son saludables

La información, enviada a los directivos de la empresa suiza a principios de año y que excluye la alimentación infantil y otras ramas, ha sido publicada este lunes por el diario ‘Financial Times’

Nestle
Envases de varias marcas de helados de Nestlé.Nestlé
Miguel Ángel Medina

Nestlé, la compañía alimentaria más grande del mundo, reconoce en un documento interno que más del 60% de los productos que vende —desde chocolates y golosinas a cereales para el desayuno y helados— no cumplen con los criterios necesarios para ser saludables y que algunas de las categorías de bebidas y alimentos que produce “nunca serán saludables por mucho que se renueven”. La información, enviada a los directivos de la empresa suiza a principios de año, ha sido publicada este lunes por el diario Financial Times. Una portavoz de Nestlé España explica que la empresa “lleva años trabajando en la mejora constante de la composición nutricional de los productos para, entre otros, reducir significativamente las grasas saturadas, la sal y los azúcares”. Contactado por EL PAÍS, el Ministerio de Consumo no ha querido valorar por ahora la noticia.

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El análisis evalúa la mitad de los productos de Nestlé, dejando fuera los de nutrición infantil, comida para animales, café y nutrición médica. Así, el documento reconoce que tan solo el 37% de los alimentos y bebidas de la marca logran una calificación superior a 3,5 según el sistema de calificación de estrellas de Australia, un etiquetado nutricional que otorga a los alimentos más saludables cinco estrellas. La propia compañía considera que 3,5 supone “una definición reconocida de salud”, según dicho sistema, que utilizan organizaciones como la Fundación de Acceso a la Nutrición.

El 63% de los alimentos evaluados no alcanzan el nivel saludable, como tampoco lo hacen el 96% de las bebidas —sin contar el café― y el 99% de los productos de confitería y helados. Mientras, el 82% de las aguas y el 60% de los lácteos llegan a dicho nivel. “Hemos hecho mejoras importantes en nuestros productos, pero nuestra cartera todavía tiene carencias respecto a las definiciones de salud en un panorama donde la presión regulatoria y las demandas de los consumidores no dejan de crecer”, explica el documento, según el diario.

El nutricionista Juan Revenga considera que estos datos no son una sorpresa: “Esto demuestra que los directivos de la empresa ya saben que producen productos malsanos. No es ya que no alcancen niveles de salud excelentes, sino que no son sanos. Esto debería poner de relieve cómo se las gastan estas multinacionales. Llama la atención la mala nota de las bebidas y los productos de confitería y helados, que son por los que la marca es más conocida. Pero también sorprende que el 18% de las aguas tampoco sean saludables”.

Una portavoz de Nestlé España señala que la compañía “está trabajando para actualizar su estrategia de nutrición y salud” y revisando todo su catálogo para asegurar que “sus productos dan respuesta a las necesidades nutricionales y apoyan una dieta equilibrada”. De hecho, la compañía afirma que ha reducido entre el 14% y el 15% del azúcar y el sodio de sus productos en los últimos siete años para hacerlos más saludables. En cualquier caso, la portavoz puntualiza que “cuando hablamos de una alimentación saludable, nos referimos al conjunto de la alimentación de una persona y no solo de un alimento o producto en concreto. De forma ocasional y/o con raciones moderadas, un estilo de vida saludable puede incluir también productos de indulgencia”.

Fábrica de Nestlé en Konolfingen (Suiza) en septiembre de 2020.
Fábrica de Nestlé en Konolfingen (Suiza) en septiembre de 2020.ARND WIEGMANN (Reuters)

Nestlé vende productos muy conocidos en diferentes categorías: chocolates como Kit Kat, Milkybar o Nestlé, helados como Maxibon o La Lechera, bebidas como Nesquik, Nescafé y Bonka, cereales para el desayuno como Chocapic o Fitness, y preparados y congelados como Maggi, Buitoni, Litoral o La Cocinera. También produce alimentación para animales domésticos.

A la espera del nuevo etiquetado frontal

El Ministerio español de Consumo prepara un nuevo etiquetado frontal voluntario para este año, denominado Nutri-Score, que pretende calificar los alimentos de más a menos saludables y plasmarlo en un semáforo con letras y colores (de la A a la E y del verde al rojo). El sistema, que no sustituye a la etiqueta actual, ha generado un amplio debate: una parte de la industria lo critica y otra lo apoya, y lo mismo ocurre con los científicos, que han enviado sendas cartas abiertas a favor y en contra del etiquetado. Los médicos y nutricionistas contrarios y el sector del olivar denuncian la mala nota del aceite de oliva, fundamental en la dieta mediterránea.

A falta de su aprobación definitiva, algunas empresas han empezado a aplicarlo ya. Desde Nestlé apuntan que la compañía empezó a incorporar Nutri-Score en España en junio del año pasado y, desde entonces, lo está incluyendo de forma paulatina en las diferentes categorías de productos, como los cereales de desayuno y los productos alternativos a la carne. No obstante, los resultados del informe interno se basan en el sistema de puntuación impulsado por el Gobierno australiano, denominado Health Star Rating.

Por su parte, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha vuelto a reiterar este lunes su intención de prohibir la publicidad de alimentos insanos dirigidos a menores, sin entrar a valorar el informe de Nestlé. El responsable del departamento ha dicho que está en contra del patrocinio de Galletas Príncipe a la selección española de fútbol y ha añadido que “un caso de estas características lo que pone de relieve, una vez más, es la insuficiencia de la normativa actual” en materia de publicidad de alimentos dirigidos a menores. Por eso, ha apostado por prohibir anunciar los alimentos “perniciosos” para la salud de los menores, algo que está dispuesto a hacer por decreto si no hay un acuerdo con la industria.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad —es un apasionado de la bicicleta—, consumo y urbanismo, entre otros temas. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’. 

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