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La misión de la OMS a Wuhan, en el limbo mientras suben los nuevos casos de covid en China

La provincia de Hebei, en torno a Pekín, está en alerta tras detectar 63 casos en un día

Un grupo de personas guarda cola frente a un hospital en Pekín para someterse a pruebas de coronavirus
Un grupo de personas guarda cola frente a un hospital en Pekín para someterse a pruebas de coronavirusWU HONG (EFE)
Macarena Vidal Liy

La misión de la OMS que debe investigar el origen de la covid en China ha vuelto a complicarse, mientras la segunda potencia del mundo intenta atajar un nuevo repunte de casos que ha desatado la alarma en la populosa provincia de Hebei, que rodea a Pekín. El grupo de científicos internacionales debía haber llegado a este país esta semana para tratar de rastrear los escenarios originales de la pandemia en la ciudad de Wuhan; este miércoles, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelara que no se habían extendido los visados necesarios, el Gobierno chino ha asegurado que “continúan las negociaciones”.

Según ha asegurado la portavoz del Ministerio de Exteriores en Pekín Hua Chunying, en la rueda de prensa diaria de su departamento, el problema para la llegada de la misión internacional “no es solo una cuestión de visados”.

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(FILES) This file photo taken on September 24, 2020 shows a staff member checking vaccines during a media tour of a new factory built to produce a COVID-19 coronavirus vaccine at Sinovac, one of 11 Chinese companies approved to carry out clinical trials of potential coronavirus vaccines, in Beijing. - China has launched a global charm offensive promising poorer nations priority access to its coronavirus vaccines in a bid to repair an international image tarnished by the pandemic. (Photo by WANG Zhao / AFP)
China acelera su carrera por la vacuna

“La pandemia es aún muy grave y China hace todo lo posible por prevenir y controlarla”, ha sostenido, al indicar que parte de los expertos chinos que deberían participar en la investigación están ahora centrados en el control del brote de casos dentro del país. “Rastrear el origen es una cuestión complicada. Para garantizar que el trabajo del equipo internacional progresa sin problemas, tienen que pasar por todos los procedimientos necesarios”.

Preguntada acerca de las fechas que se habían acordado, insistió en que se trataba de un “malentendido” y ambas partes continúan las conversaciones para acordar el momento preciso del viaje y otros detalles. “No hace falta sacar demasiadas conclusiones de todo esto”, insistió. Aunque el tiempo apremia: a la necesidad de cumplir la cuarentena obligatoria de al menos catorce días una vez que llegue la misión, se suma la cercanía del Año Nuevo lunar, el 12 de febrero, que paraliza la actividad laboral en China al menos durante otras dos semanas.

El martes, en un ejemplo poco común de choque entre la OMS y Pekín, el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, se había declarado “muy decepcionado” porque a última hora China no hubiera autorizado la llegada del equipo, que la organización considera una prioridad absoluta. “Dos miembros del equipo ya habían emprendido sus viajes y otros no han podido viajar en el último momento”.

El responsable del programa de emergencias sanitarias, Mike Ryan, precisó que varios miembros de la misión no habían recibido aún los visados. Dos integrantes ya se encontraban de viaje a China pero uno de ellos emprendió camino de vuelta y el segundo permanecía en tránsito a la espera de que se resolviera la situación.

En busca del origen

La misión busca esclarecer el origen de la pandemia, aún desconocido después de que se detectaran los primeros casos en Wuhan, el primer foco de la enfermedad, hace trece meses. En esa ciudad industrial del centro de China tienen previsto visitar el mercado de marisco de Huanan, del que en su día se consideró que pudo ser escenario de la transmisión del coronavirus de alguna especie animal al ser humano: más de dos terceras partes de los primeros casos tuvieron algún tipo de conexión con esas instalaciones. Los expertos también quieren entrevistar a los primeros pacientes y a los vendedores de los puestos del mercado, y examinar las muestras que se tomaron en aquellos primeros días.

Las investigaciones han adquirido un cariz especialmente sensible dado el rechazo de China a las críticas que le acusan de opacidad y de no haber hecho lo suficiente durante las primeras semanas de la crisis para evitar que el virus se expandiera por el resto del mundo. Pekín también ha puesto en duda que la enfermedad pudiera saltar al ser humano en su territorio, y ha subrayado que pudo surgir en el extranjero y llegar a China bien a través de alimentos congelados —desde verano asegura haber encontrado numerosos casos de presencia del patógeno en envoltorios de productos importados— o bien traído por soldados que participaron en los Juegos Militares que Wuhan celebró en octubre de 2019. Otros países, como Estados Unidos o Australia, le han reprochado los lentos progresos en la investigación y han exigido transparencia.

La misión conjunta con la OMS correrá a cargo de 10 expertos chinos y otros 10 internacionales (epidemiólogos, virólogos, expertos en salud pública, zoólogos) procedentes de Estados Unidos, Japón, Rusia, el Reino Unido, los Países Bajos, Dinamarca, Australia, Vietnam, Alemania y Qatar. Algunos están ligados a esa agencia con sede en Ginebra, otros a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y otros a la Organización Mundial de Sanidad Animal.

Al tiempo que continúa la incertidumbre sobre esa investigación, las autoridades sanitarias chinas se encuentran cada vez más preocupadas por el aumento de casos, en vísperas de que comiencen los festejos del Año Nuevo lunar el mes próximo. Este miércoles, Hebei anunció 63 nuevas infecciones, la mayoría asintomáticas, que elevan a 117 los contagios en la provincia detectados desde el sábado, la mayoría en su capital, Shijiazhuang. Con estos nuevos casos, China cuenta en la actualidad 443 pacientes de coronavirus en todo su territorio, más de los que declaraba por estas fechas el año pasado.

Agentes de policía con trajes protectores inspeccionan vehículos en Gaocheng este martes.
Agentes de policía con trajes protectores inspeccionan vehículos en Gaocheng este martes.CHINA DAILY (Reuters)

Las rutas de autobuses interurbanos de Shijiazhuang han quedado suspendidas, así como una tercera parte de los vuelos de acceso a la ciudad. También se han instalado puestos de control en las autopistas de acceso. Esta urbe, donde se han ordenado confinamientos en los barrios más afectados, y su vecina Xingtai, donde también se han detectado casos, someterán a su población a pruebas masivas de coronavirus.

“Hebei encara una situación grave para poner la pandemia bajo control, nuestra respuesta debe ser contundente”, ha declarado el director de la Comisión Nacional de Salud, Ma Xiaowei, que se ha desplazado a la provincia para coordinar los trabajos. Hasta el momento no se ha determinado el origen del brote, pero las autoridades de Xingtai se han apresurado a indicar que el coronavirus en el caso detectado en esta ciudad parece tener origen extranjero, posiblemente europeo.

Ante la escalada de casos en Occidente, y el temor a que puedan llegar más casos importados que solo se detecten una vez completada la cuarentena obligatoria de catorce días que ha establecido Pekín para quienes quieren entrar en el país, el Gobierno asiático ha optado también por endurecer las condiciones de confinamiento a los viajeros que lleguen del extranjero. A las dos semanas necesarias hasta ahora, que deben guardarse en un hotel o algún otro centro designado por el Gobierno, y que el usuario debe costear de su bolsillo, se sumará una semana adicional si se detectara algún caso de infección en el vuelo. Además, las autoridades chinas han recomendado no viajar durante las fiestas de Año Nuevo chino que se celebrará a mediados de febrero y tienen previsto vacunar a 50 millones de personas pertenecientes a grupos de riesgo ante de esas fechas.

Información sobre el coronavirus

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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