La OMS desmiente a Díaz Ayuso: “La contaminación mata y la evidencia es abrumadora”
La directora de medio ambiente de la OMS sostiene que no hay universidad o institución científica que niegue la afección de la polución sobre la salud
"Nadie ha muerto tampoco de esto [contaminación atmosférica]. No quiero que se genere una alarma de salud pública, porque no la hay. Madrid es una de las ciudades con mayor longevidad del mundo y con uno de los mejores sistemas de transporte y cada vez se están renovando más calderas y vehículos". Estas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), el miércoles en la cadena SER, han dejado estupefactos a científicos, ecologistas y responsables políticos. María Neira (La Felguera, Asturias, 1962) es la directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde hace 15 años. Y tampoco entiende a la presidenta madrileña. "Desde el punto de vista científico no tengo ningún tipo de explicación. Ni desde el punto de vista social y económico", dice en una entrevista telefónica. Y zanja: "La contaminación mata".
Pregunta. ¿La contaminación mata?
Respuesta. La contaminación mata. La evidencia es abrumadora desde hace más de 30 años y hay más de 70.000 publicaciones científicas que lo indican. Y no hay ninguna discrepancia o desacuerdo en la comunidad científica. Al revés, cada día añadimos más evidencias y más conocimiento sobre los efectos que la contaminación tiene sobre nuestra salud. Creo que también el sentido común nos dice que hace 100 años se vivía en Europa con mucha contaminación que afectaba a la salud y que hemos ido luchando contra esa situación. Hoy sabemos que el desarrollo económico se puede conseguir también sin afectar a la salud de las personas.
P. ¿Desde cuándo existe esa certeza científica de que la contaminación mata y afecta a la salud?
R. La evidencia se ha acumulado desde antes, pero con el rigor con el que lo sabemos ahora, con los estudios que demuestran clarísimamente esos efectos, hablamos de hace más de 30 años. Además, creo que es también una cuestión de intuición. Cualquier asmático sabe que si respira un aire contaminado se siente peor. No hacen falta tampoco muchísimos estudios científicos para saber que si vives en Nueva Delhi, Shanghái o Pekín respiras con muchas dificultades. Y se conoce que la contaminación tiene un efecto muy negativo a medio, corto y largo plazo.
P. ¿Qué enfermedades causa la contaminación del aire?
R. Lo primero que se ve más afectado son las vías respiratorias, nuestros pulmones. Surgen problemas crónicos, como el asma, o neumonías agudas. Pero es que esas partículas contaminantes pasan también al sistema circulatorio y de ahí pueden alcanzar cualquier órgano. Por eso sabemos, por ejemplo, que una parte de los infartos tiene que ver con esa exposición al aire contaminado. Ahora ya sabemos también que las partículas atraviesan la barrera placentaria con lo que puede afectar al desarrollo neurológico de los fetos que todavía ni siquiera han respirado aire contaminado. Cada día tenemos más evidencia y más pruebas del daño que esas partículas tóxicas causan a nuestro organismo.
P. Siempre se habla de las muertes prematuras causadas por la contaminación. ¿Qué significa este término?
R. El término muertes prematuras se refiere a que se reduce la esperanza de vida. Hablamos de que aumenta la mortalidad a partir de una cierta edad y se reduce la esperanza de vida. Pero, además, hablamos también de las enfermedades crónicas que produce la contaminación del aire. Y esas enfermedades le cuestan mucho a nuestros sistemas sanitarios.
P. ¿Existe un consenso científico sobre las muertes prematuras que causa la contaminación del aire en el mundo?
R. No hay absolutamente ninguna discrepancia ni debate sobre esta cuestión. La OMS da una cifra de siete millones de muertes prematuras al año, que se basa en nuestra metodología. Otras metodologías lo elevan a casi ocho millones. Y luego, respecto a las enfermedades, no hay discrepancias tampoco. No conozco ninguna universidad ni ninguna academia científica que haya estudiado la contaminación del aire y que plantee discrepancias en cuanto a los efectos en la salud. El debate puede ser sobre cuánto más afecta a la salud. Por ejemplo, en el caso del alzhéimer todavía estamos estudiando su relación contra la contaminación.
P. Desde el punto de vista de la ciencia las evidencias son mayores cada vez. Pero, ¿desde el punto de vista de la política considera que hay más escepticismo en los últimos años?
R. No cabe ese debate. No es aceptable porque no se basa en la ciencia. Al revés. He participado en las reuniones del C40, una asociación de las ciudades más grandes del mundo contra la contaminación, y he visto con satisfacción cómo los alcaldes se comprometen a alcanzar las recomendaciones de la OMS en 10 o 15 años. Los he visto comprometerse, entender que es una cuestión de salud pública. Pero también es social. ¿Qué alcalde quiere presumir de tener aire contaminado? Ninguno. Quieren presumir de que su ciudad es limpia y de que se respira aire limpio. Creo que se ha avanzado y hay una competición positiva entre alcaldes, por eso sorprenden otro tipo de declaraciones.
P. ¿A qué achaca las declaraciones de Díaz Ayuso?
R. No tengo explicación. No lo sé. Desde el punto de vista científico no tengo ningún tipo de explicación. Ni desde el punto de vista social y económico. Los alcaldes, los gobernadores regionales y los primeros ministros cada vez se comprometen más. Que luego lo hagan o no, es otra cosa.
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