“Lo único que nos ha puesto fácil el coronavirus es el desarrollo de la vacuna”
El médico José Antonio Lluch lleva 30 años trabajando en campañas de inmunización y es miembro de la ponencia que ha elaborado el plan del Gobierno para la vacunación de la covid-19
José Antonio Lluch trabaja en campañas de vacunación desde 1989. Médico especialista en Medicina Preventiva es miembro de la ponencia que ha participado en la elaboración del plan del Gobierno para la vacunación de la covid-19. Nacido en Requena hace 62 años, Lluch es un referente en su especialidad en la Comunidad Valenciana, donde ejerce de jefe de servicio de Promoción de Salud y Prevención en Etapas de la Vida de la Generalitat.
Pregunta. ¿Cuándo se empezó a trabajar en el plan del Gobierno?
Respuesta. El grupo de trabajo empezó a tener reuniones e intercambiar documentos hace un par de meses. Esto no se puede improvisar y aunque se tenga mucha experiencia en la vacunación en España, hay que planificar todas las acciones, evaluar los grupos destinatarios, conocer las características de la vacuna, en definitiva, analizar qué se puede hacer.
P. Sin embargo, hay voces que critican falta de concreción, tardanza....
R. Considerando que las vacunas aún no las tenemos, me parece un poco aventurado decir eso. Tenemos, además, todo el bagaje previo, que aportamos en esa planificación. Como con todos los planes habrá defensores y detractores, pero se ha hecho de forma meditada con profesionales de amplia experiencia en el campo de la vacunación, también de la sociología, la bioética, la comunicación....
P. ¿Se podrá empezar a vacunar en enero, como ha anunciado el Gobierno?
R. Habrá vacunas el día que las tengamos. Es cierto que algunos laboratorios están fabricando ya la vacuna, las fabrican a riesgo, es decir, si no las autorizan, no salen, pero la información de la que disponen les permiten pensar que las probabilidades de autorización son altísimas. Una vez las autoricen, el trasporte a España será casi un tema menor. En La Unión Europea ya hay varias vacunas en fase de evaluación para su autorización. Enero es una posibilidad real, siempre y cuando en este proceso muy riguroso no se encuentre ningún problema que nos obligue a frenar.
P. El ministerio ha avanzado los primeros grupos prioritarios que serán vacunados ¿Cuál ha sido el criterio?
R. Aquí se ha hecho un planteamiento de proteger a las personas más en riesgo y, por otro lado, más vulnerables. Lógicamente, los grupos posteriores deberían ser el resto de personas mayores, de personas con patologías, algunos grupos de profesionales que juegan un papel muy importante para el desarrollo normal de las actividades sociales... Todos esos grupos serán los que seguramente se irán priorizando.
P. ¿Los últimos serán los más jóvenes?
R. Ahora mismo lo que no sabemos es cómo funciona la vacuna en los menos de 18 años. Ningún laboratorio ha presentado datos importantes en menores de momento. Desde esa perspectiva es lógico pensar que ese grupo sea el que llega más tarde, sin que eso prejuzgue nada. Todos los días cambian la información y los datos. Pero cabe pensar que los menores de 18 años vayan a ser si no los últimos, de los últimos en ser vacunados.
P. Un estudio recomienda vacunar en primer lugar a las cajeras y cajeros.
R. Las estrategias de vacunación se han basado en dos tipos desde siempre: una estrategia es vacunar a quien más lo padece, quien más enferma, quien más se muere; y la otra es intentar vacunar a aquellos que son los que más contagian a terceros. La estrategia de las cajeras y de los jóvenes obedece a que son gente que se mueve, con vida social muy activa, y por tanto contagias más. En mi opinión, esta estrategia obvia algunos aspectos importantes: no podemos dejar desamparados a las personas que están en una residencia, por ejemplo, pensando que si conseguimos buenas coberturas de vacunación en la gente de 18 o 20 años dentro de unos meses van a estar protegidas. Sería poco ético.
P. ¿Entonces, no hay discusión sobre el orden de prioridad?
R. Tampoco quisiera fomentar una cierta polémica sobre si mi grupo va primero o va después. Tenemos que centrarnos en la realidad de hoy: no hay duda de que hay grupos muy prioritarios en una etapa en la que no sabemos muy bien cuántas vacunas vamos a tener, si las dosis nos llegarán poco a poco o de golpe. Centrémonos ahora en ese grupo y preparémonos para el resto con las mayores garantías.
P. ¿Se necesitarán mas recursos y contrataciones para la Atención Primaria para vacunar?
R. De recursos vamos a tener que disponer para la vacunación sí o sí. La contratación está condicionada por cuándo nos van a llegar las vacunas. Si nos llegan varios millones de dosis en un periodo muy corto, pues habrá que hacer el esfuerzo de dotarse de recursos adicionales. Su llegan poco a poco, pues el sistema es capaz de absorberlo.
P. Hay un gran temor hacia la nueva vacuna, ¿qué le diría a la gente?
R. Todo los desconocido da un cierto miedo. Pero el desconocimiento es más teórico que real. Lo único que nos ha puesto fácil el coronavirus es el desarrollo de la vacuna.
P. ¿Por qué?
R. Porque se identificó muy pronto el antígeno [sustancia capaz de interaccionar con el sistema inmunológico y susceptible de iniciar una respuesta] que teníamos que utilizar para la vacuna. Esto ha permitido ponerse a trabajar a una montón de centros y laboratorios para ir desarrollando distintos modelos de vacuna. En realidad se está haciendo lo mismo que con cualquier otra vacuna. La diferencia es que se ha invertido mucho más dinero y recursos. La Agencia Europea del Medicamento está haciendo una evaluación continuada. No va tener un perfil más bajo de seguridad que otras vacunas que estamos utilizando con niños y adultos.
P. ¿Por qué no se destinan tantos recursos para buscar un tratamiento, una cura?
R. Las herramientas para combatir los virus que conocemos mejor son las preventivas, las vacunas: del sarampión, la hepatitis, la rubeola, la varicela, el papiloma... Cuando se prescribe el tratamiento de la gripe siempre es sintomático, hay muy poca medicación que haya demostrado efectividad con los virus, con excepciones como el VIH o la hepatitis C. Además, el mundo de las vacunas ha experimentado un cambio espectacular con todos los sistemas de ingeniería genética. Hay vacunas que se desarrollan con software informático, lo que se denomina la vacunología inversa, que secuencia el genoma del virus y es capaz de identificar qué parte del genoma se encarga de codificar cada una de las estructuras del germen y buscar cuáles son de estas las que nos proporcionan una respuesta inmune que nos protege. Todo esto es muy atractivo también para los centros de investigación.
P. ¿Mantener la vacuna de Pfizer a menos 80 grados será muy problemático?
R. No, por tres razones. Primera, porque el volumen de almacenamiento es relativamente pequeño. En una nevera de 90 litros, casi como las de los hoteles, pero en ultracongelador, caben 30.000 dosis, un volumen importante. Las segunda es que los propios envases del laboratorio llevan hielo seco, que se se puede comprar en el mercado con facilidad y a precios como 5,8 euros los 10 kilos de hielos secos. Con 12 o 15 euros se podría mantener en esas cajas durante 15 días. Y luego en temperaturas estándar, entre 2 y 8 grados de nevera, hoy lo que se garantiza son cinco días de estabilidad de la vacuna. Y la última razón es que se ha estado hablando de las condiciones de almacenamiento que se han utilizado durante los ensayos clínicos, pero ahora se está trabajando en la realidad. Por ejemplo, Moderna, empezó diciendo que entre 2 y 5 grados su vacuna tenía una actividad de siete días. Ahora ya va por 30 días. Seguramente, también Pfizer irá ampliando los plazos.
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