Un cambio en el método estadístico añade 1.326 muertes por coronavirus al recuento oficial

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Una tasa de 528,75 casos por 100.000 habitantes en 14 días es un desastre sanitario, pero este indicador lleva días disminuyendo su ritmo de escalada, y el 0,15% de aumento entre el martes y este miércoles es prácticamente una estabilización. La primera de la serie durante esta segunda oleada. Esto podría indicar que la curva se acerca a un máximo, aunque Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología, cree que hay que tomarse la mejoría de los datos “con paciencia”. “Es importante pasar los picos, pero ahí no se puede bajar la guardia porque si hay un repunte partimos de niveles altos”, insiste. Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid y Navarra han bajado su tasa este miércoles. Son ocho, dos más que este martes. Y en Baleares, Cataluña y La Rioja la subida es tan pequeña que se puede considerar que este parámetro está estabilizado.

En total, el sistema tiene registrados 1.284.408 positivos, 25.042 más que el martes, pero en este número están incluidos 5.105 casos antiguos que se han incorporado a la serie con un cambio en el método estadístico de Sanidad, así que el incremento de las últimas 24 horas es de 19.937 casos; muchos, pero lejos del récord de 25.595 del 30 de octubre. La actualización de los datos afecta también al número de fallecidos, donde los datos son malos. Sanidad suma 1.623 muertes al recuento oficial, 297 en el último día, un récord de la segunda ola. Ahora el recuento oficial asciende a 38.118 decesos desde el inicio de la pandemia, una cifra alejada de la real, ya que miles de personas murieron por covid-19 sin que su diagnóstico fuera confirmado por una prueba de laboratorio. Aunque los nuevos casos empiecen a bajar, el dato de los fallecimientos puede tardar en hacerlo, ya que está reflejando ahora el incremento acelerado de casos de las últimas tres semanas.

Los cambios en los datos obedecen a que las comunidades han revisado las cifras que facilitaron al Ministerio de Sanidad, sobre todo cuando los sistemas estaban más saturados, y han depurado los casos que o se dieron como de covid sin serlo (muchos ingresos en hospitales o UCI) o no se atribuyeron al coronavirus cuando lo eran.

“Aún es pronto para sacar conclusiones”, insiste Gullón. El tiempo desde la medida hasta ver sus resultados es importante, pero no existe un plazo fijo. “Hay que dar tiempo, de dos a tres semanas”, ha dicho este miércoles el ministro de Sanidad. Salvador Illa, quien ha afirmado que se está empezando “a ver estabilizaciones y, con toda prudencia, descensos de la incidencia acumulada”, pero no ha querido insistir en el mensaje positivo hasta tener más tiempo. En ese plazo de 14 o 21 días entran medidas como el cierre de la hostelería en Cataluña del 15 de octubre, el cierre perimetral de Navarra (el 19) o la vuelta de Asturias a una fase 2 (el 14 de octubre). El toque de queda general es más reciente (25 de octubre). También lo son las medidas tomadas con el estado de alarma para evitar contagios el fin de semana pasado.

“Viendo el aumento exponencial de casos que se registró la semana anterior, vemos ahora un par de días de contención, pero hay que esperar al menos una semana más para ver si las medidas aplicadas serán efectivas”, dice Guadalupe Fontán, enfermera especialista en salud pública.

El caso más claro de una bajada es Madrid, que a finales de septiembre tenía una incidencia superior a 700. Gullón lo resalta, aunque indica que la caída de este indicador empezó muy pronto, cuando apenas había dado tiempo a que hicieran efectos los primeros confinamientos perimetrales de áreas de salud que decretó la comunidad el 21 de septiembre. Y pone otro ejemplo de respuesta tardía a las medidas: “En marzo y abril, con el confinamiento domiciliario, a la dos semanas seguíamos subiendo, aunque a menor ritmo”.

Los ajustes en los datos, que el Ministerio de Sanidad espera que sean los últimos, hacen que el número total de personas que han estado en un hospital por covid pierda 15.056 pacientes. El total se sitúa en 164.452. El porcentaje de ocupación de camas hospitalarias pasa en un día del 16,24% al 16,40%, con lo que también se frena esta curva. En este momento hay 20.325 personas ingresadas, 382 más que el martes. Pese al aumento de la media española, este indicador cae en 12 de los 19 territorios (las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas). En prácticamente todas son descensos mínimos, de menos de un punto, pero el estrés de los hospitales es un factor clave para el manejo de la pandemia.

Respecto a las personas que han necesitado una cama de cuidados intensivos, el total también baja por los ajustes, ya que se han sacado 2.185 casos de la lista. El informe lo deja en 15.898. La ocupación actual de estas unidades también sube un poco (pasa del 29,11% al 29,17%), y ya hay 2.754 personas en este servicio. En ocho comunidades esta proporción sube, incluida Aragón, que ya roza el 50%. Por encima del 35% están también Asturias, Castilla y León, Madrid, Melilla, Navarra y La Rioja. Si en los contagios hay señales esperanzadoras, estas no han llegado a este parámetro, que nota la evolución de la pandemia con retraso.

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