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China exigirá prueba negativa de coronavirus a quienes quieran volar a su territorio

El test deberá efectuarse en los cinco días previos al viaje en un centro reconocido por la embajada china en el país de origen

Aviones de la compañía de bandera china, Air China, en el aeropuerto Capital, en Pekín
Aviones de la compañía de bandera china, Air China, en el aeropuerto Capital, en PekínGREG BAKER (AFP)
Macarena Vidal Liy

China exigirá a los pasajeros que quieran volar a este país que presenten antes de embarcar una prueba de covid-19 con resultados negativos. La prueba deberá efectuarse en los cinco días previos a la fecha del vuelo, y siempre en un centro designado o reconocido por las embajadas chinas en el país en el que comience el viaje. El Gobierno chino no ha especificado cuándo entrará en vigor la medida.

La nueva medida busca evitar el riesgo de casos importados que puedan desatar nuevos brotes de la enfermedad en el país asiático, una vez que comienzan a aumentar, muy poco a poco, los vuelos internacionales. China, donde se detectó el primer foco de la pandemia -en su ciudad de Wuhan, en el centro del país-, considera que ha logrado poner bajo control casi por completo el coronavirus en su territorio, salvo brotes esporádicos, el último de ellos en la región de Xinjiang.

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Mientras que los ciudadanos chinos podrán subir sus pruebas a una aplicación de móvil para informar del resultado, los extranjeros deberán obtener una certificación de la embajada china en el país donde se encuentren. Las compañías aéreas serán responsables de comprobar los códigos de salud en la aplicación china y las certificaciones de los extranjeros, según explica un comunicado conjunto de la Administración China de Aviación Civil, el Ministerio de Exteriores y la Administración de Aduanas. Los pasajeros que no tengan esa documentación en regla no podrán volar.

La decisión se toma, según el comunicado, “para garantizar la salud y la seguridad en los viajes internacionales y reducir el riesgo de que la epidemia se expanda cruzando fronteras”. Cada embajada china evaluará cuidadosamente la capacidad de hacer pruebas de los países anfitriones y formulará los procedimientos exactos para viajar cuando se cumplan las condiciones para efectuar las pruebas.

China cerró sus fronteras para la inmensa mayoría de los extranjeros el 28 de marzo y limitó los vuelos a una sola ciudad por país una vez por semana, en un intento de controlar los casos importados. Desde entonces, ha comenzado a reabrir muy lentamente su tráfico aéreo internacional. Desde hace un mes empieza a permitir los vuelos de más líneas extranjeras a China. Aunque por lo general estos trayectos están limitados a un solo destino dentro de China por semana, la alemana Lufthansa y el grupo Air France KLM han recibido autorización para añadir más vuelos.

Viajeros en el aeropuerto de Pekín.
Viajeros en el aeropuerto de Pekín.Kamil Zihnioglu (AP)

Las fronteras, no obstante, continúan cerradas para la mayoría de los ciudadanos extranjeros, incluso si residen habitualmente en China. Los permisos de residencia emitidos antes del 28 de marzo perdieron su validez para quienes se encontraban en ese momento fuera del país, y desde entonces Pekín ha autorizado con cuentagotas el regreso de personal considerado imprescindible. Bien sea por falta de visado para volver -la mayoría de los casos-, bien por escasez de vuelos, cerca de 600 españoles se encuentran impedidos de regresar. Varias líneas aéreas han visto suspendidas sus rutas a China después de que a la llegada se detectaran cinco o más casos de covid entre sus pasajeros.

En total, las autoridades sanitarias chinas han detectado desde el comienzo de la pandemia y hasta ahora 2.015 casos importados de covid, de un total de más de 83.000 casos en todo el país. Este martes informaron de tres nuevos casos originados en el exterior. Además ha detectado ocho contagios confirmados locales, todos ellos en Xinjiang.

Esta región, hogar de la minoría uigur, de religión musulmana, acumula ya 55 casos desde que se detectó el primero de su nuevo brote, el jueves. Su capital, Urumqi, ha quedado bloqueada y las autoridades chinas planean efectuar pruebas de coronavirus a sus 3,5 millones de habitantes.

Las pruebas de coronavirus masivas se consideran una de las claves para que Pekín pudiera controlar rápidamente el brote que surgió a mediados de junio en Xinfadi, su principal mercado de abastos, y que arrojó más de 350 infecciones. Este lunes, después de catorce días sin nuevos casos, la capital china ha rebajado al 3 su nivel de alerta, en una escala de cuatro.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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