Decenas de temporeros en Albacete protestan contra el aislamiento por un brote de covid
El Ayuntamiento castellanomanchego anuncia el cierre del asentamiento irregular donde residían cerca de 500 inmigrantes en condiciones precarias
La mesa estaba servida para el descontento: 500 personas, confinadas, en una fábrica abandonada, en malas condiciones y con un termómetro que llegaba a los 34 grados. Cerca de un centenar de temporeros que residen en un asentamiento irregular a las afueras de Albacete, con restricciones de movilidad desde el viernes por un brote de covid-19 con 21 contagios, se saltaron este domingo el confinamiento para protagonizar una protesta. Los manifestantes cortaron la circulación de una de las principales arterias de la localidad castellanomanchega. La Policía Nacional, que pidió refuerzos de otras provincias cuando los ánimos estuvieron al máximo, vigila la zona para que se cumplan las medidas de aislamiento. El Ayuntamiento anunció el cierre de la nave industrial y buscará un lugar distinto para aislar a los inmigrantes.
El confinamiento se inició el pasado viernes, después de que un día antes un menor de edad pidiese ayuda en una comisaría de la Policía Nacional. Después de hacerle la prueba del coronavirus, se confirmó que este se encontraba contagiado. El joven vivía en la antigua fábrica de cereales, donde, según fuentes de la Consejería de Sanidad, residen entre 300 y 500 personas. Desde entonces, se han practicado cerca de 370 pruebas PCR. Hasta el momento, solo se registran 21 positivos. Las personas contagiadas están aisladas en un pabellón municipal.
El motivo del descontento, que provocó que los temporeros rompiesen el aislamiento, es desconocido. Sin embargo, tanto la ONG Médicos del Mundo —que brinda asistencia a los inmigrantes— así como fuentes de la Sanidad castellanomanchega admiten que las condiciones dentro de la nave industrial son “precarias”. En Médicos del Mundo censuran la situación de este y otros tres asentamientos irregulares en Albacete: “No hay electricidad y solo hay un punto de agua potable”, denuncia Idoia Ugarte, miembro de la Junta Directiva de la asociación en Castilla-La Mancha. Las malas condiciones de estos sitios han sido señalados en los últimos años por varias asociaciones que brindan apoyo a los inmigrantes en la localidad.
Tras la manifestación, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Albacete, Manuel Serrano, exigió al alcalde, Vicente Casañ (de Ciudadanos), la presencia del Ejército: “Intolerable que pudieran salir de donde debían guardar cuarentena por la falta de medios para controlar un asentamiento de 500 personas”, señaló a través de la red social Twitter. Horas más tarde, en el pleno del Consistorio, el regidor señaló que se cerrará la fábrica: “No podemos seguir consintiendo que centenares de personas, temporeros en su mayoría, vivan así mientras trabajan en los campos de Castilla-La Mancha”.
Distintos vídeos en redes sociales, muchos de ellos con evidente tono xenófobo, denunciaron lo ocurrido. Danilo Campos, responsable de Accem en Albacete —otra de las ONG que colabora con los inmigrantes aislados en la localidad— dice que “se ha mangnificado” la protesta: “Varios de ellos salieron porque no se les dejaba trabajar. Hay que comprender que es gente que vive al día. Y en esos vídeos se puede ver cómo muchos compañeros intentaron calmar los ánimos”.
En el Ayuntamiento rechazaron algunas de las expresiones racistas que se han difundido en Internet. La protesta de este domingo motivó a una reunión de urgencia entre la subdelegación del Gobierno, el Ayuntamiento, la delegación de la Junta en Albacete y Salud Publica de Castilla-La Mancha para dar solución a la situación de los cientos de temporeros que trabajan en la ciudad manchega.
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