El experto en vacunas que denuncia haber sido represaliado por Trump: “Nos enfrentamos al invierno más oscuro”
Rick Bright asegura en el Congreso que la Administración estadounidense “ignoró las señales tempranas” de la pandemia y advierte contra la esperanza de tener un vacuna en menos de 18 meses.
Estados Unidos se enfrenta al “invierno más oscuro de la historia moderna” si sus líderes no son capaces de coordinar una respuesta nacional ante un esperado rebrote del coronavirus hacia el final del año. Esa es la advertencia que ha lanzado, en una comparecencia en el Congreso, Rick Bright, experto en enfermedades infecciosas del Gobierno, que fue apartado de su puesto el pasado 20 de abril, en medio de la pandemia. Bright presentó la semana pasada una extensa queja formal ante el Departamento de Salud, en la que denuncia que la Administración ignoró sus advertencias sobre la gravedad del coronavirus y que el motivo de que se le relegara a un cargo inferior fue su resistencia a bendecir el uso de fármacos experimentales contra la covid promovidos con entusiasmo por el presidente Trump. Una agencia federal encargada de procesar las quejas ha encontrado que las alegaciones de Bright tienen una “base razonable”.
“Nuestra ventana de oportunidad se está cerrando”, ha comentado Bright, en una intervención que ha leído este jueves ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes. “Si fracasamos a la hora de desarrollar una respuesta nacional coordinada, basada en la ciencia, temo que la pandemia se pondrá mucho peor y se prolongará, causando fatalidades y enfermedades sin precedentes. Es terrorífico reconocer la magnitud del desafío al que nos enfrentamos en la actualidad, pero la verdad innegable es que habrá un resurgimiento de la covid-19 este otoño y, mezclado en gran medida con los desafíos de la gripe estacional, colocará una presión sin precedentes en nuestro sistema de salud. Sin una planificación clara y la implementación de los pasos que yo y otros expertos hemos esbozado, 2020 será el invierno más oscuro de la historia moderna”.
Los pasos del plan esbozado por Bright incluyen el establecimiento de una estrategia nacional de pruebas de diagnóstico, reforzar la educación al público sobre medidas cotidianas de prevención, y la aceleración de la producción de equipamiento esencial. La prioridad, ha explicado el doctor a los congresistas, es “ser sincero con el pueblo estadounidense”. “Quieren la verdad”, ha defendido. “Pueden soportar la verdad”.
“Seguimos sin un plan coordinado y centralizado”, ha señalado Bright, a preguntas de los legisladores. Y ha defendido que “con un liderazgo adecuado, comandado por la mejor ciencia, se puede diseñar ese plan para guiar el camino por esta pandemia”. “El tiempo se acaba porque el virus sigue expandiéndose”, ha advertido.
El experto ha advertido contra la esperanza de que haya una vacuna disponible en menos de un año y medio. “Mucho optimismo se arremolina alrededor de un plazo de tiempo de entre 12 y 18 meses, si todo va perfectamente”, ha dicho Bright a los congresistas. “Nunca hemos visto nada que vaya perfectamente. Mi preocupación es que si nos damos demasiada prisa, y recortamos pasos críticos, puede que no tengamos una evaluación correcta de la seguridad de la vacuna”. Ha explicado, además, que Estados Unidos carece de un plan para producir y distribuir adecuadamente una vacuna cuando esta esté disponible. “Todavía no tenemos un plan, y eso es una preocupación significativa”, ha dicho.
También se ha referido Bright a la queja que tramitó tras verse apartado de la dirección de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (BARDA), cargo que ocupó durante casi cuatro años, y relegado a un puesto menor dentro de los Institutos Nacionales de Salud. En la queja, asegura que se sintió presionado por el Departamento de Salud para “hacer que estén disponibles de manera generalizada fármacos potencialmente perjudiciales”, como la cloroquina o la hidroxicloroquina, medicamentos antimaláricos que han mostrado resultados prometedores pero no concluyentes para luchar contra la covid. Bright ha defendido, ante los congresistas, que su traslado fue en respuesta a su insistencia en que los fondos aprobados por el Congreso para la BARDA se destinaran a “soluciones seguras y científicamente aprobadas y no a drogas, vacunas y otras tecnologías que carecen del mérito científico”.
El de Bright completa una semana de testimonios relevantes en el Capitolio. El martes, el doctor Anthony Fauci, máximo experto del Gobierno en enfermedades infecciosas, y otras autoridades científicas previnieron contra el levantamiento precipitado de las medidas de limitación de movimientos, mientras buena parte del país empieza a reabrir, animado por el propio presidente. El coronavirus se ha cobrado hasta la fecha en Estados Unidos más de 83.000 muertes, más de una cuarta parte de los fallecimientos causados por el patógeno en todo el mundo.
“Está dolorosamente claro que no estábamos tan preparados como debimos haberlo estado”, ha dicho Bright. “Ignoramos las señales tempranas, y olvidamos páginas importantes de nuestro manual de pandemias”. Ahora, ha añadido Bright, es necesario escuchar a los expertos: “Hablemos sin miedo a las represalias”.
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