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Muere en Bizkaia el hombre infectado por la rabia tras la mordedura de un gato en Marruecos

El paciente ha fallecido en el Hospital de Cruces de Barakaldo

Agencias El País
Bilbao / Madrid -
El Hospital de Cruces, en Barakaldo (Bizkaia).
El Hospital de Cruces, en Barakaldo (Bizkaia).SANTOS CIRILO

El hombre infectado por la enfermedad de la rabia que permanecía ingresado en el Hospital Universitario de Cruces, en Barakaldo (Bizkaia), ha muerto este viernes por la noche, según ha informado este sábado el Departamento de Salud del Gobierno vasco. Los resultados de las analíticas efectuadas por el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III confirmaron el pasado martes que el paciente, de nacionalidad marroquí y mediana edad, padecía rabia humana tras haber contraído la enfermedad el pasado agosto como consecuencia de la mordedura de un gato en Marruecos.

Desde el momento en que comenzaron las sospechas, el Departamento de Salud activó el protocolo de actuación y adoptó las medidas preventivas establecidas. Asimismo, se puso en conocimiento al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud. Los análisis confirmaron hace tres días el primer diagnóstico hecho por los médicos del centro sanitario el pasado viernes 6 de diciembre.

El paciente ingresó ese día en el Hospital de Cruces procedente de otro centro sanitario. Aunque el centro no ofreció entonces detalles sobre la evolución ni el tratamiento recibido por el enfermo, sí emitió un comunicado en el que señalaba que había aplicado “los protocolos establecidos en estos casos" e iniciado un estudio de contactos de las personas que en los últimos meses han convivido con el enfermo. Según la literatura científica sobre esta enfermedad, el contagio entre personas es muy poco frecuente.

En Euskadi no constaba ningún caso de rabia en humanos en los últimos 30 años. Esta es una enfermedad vírica que afecta al sistema nervioso central y que se transmite a las personas por la saliva a través de mordeduras o arañazos de animales domésticos o salvajes que están infectados. El periodo de incubación es muy variable y puede ir desde una semana a un año, con dos meses la media estimada. Afecta al sistema nervioso y es mortal en prácticamente el 100% de los casos cuando el enfermo ha empezado a desarrollar los síntomas, que son fiebre no muy alta, cambios en el estado de ánimo, náuseas y vómitos, fotofobia (intolerancia a la luz), babeo y convulsiones, entre otros.

Aunque no siempre funciona y los supervivientes suelen sufrir graves secuelas neurológicas, las únicas personas (una quincena en todo el mundo) que han superado la rabia tras iniciar el desarrollo de los síntomas lo han hecho gracias al llamado protocolo de Milwaukee. Este consiste en inducir un coma en el enfermo y aplicarle todas las medidas de soporte vital en la UCI para que el organismo pueda hacer frente a la infección reduciendo al máximo el riesgo de daños en los órganos vitales. Para ello, le es administrado un cóctel de sedantes, analgésicos y antivirales.

La rabia causa unas 60.000 muertes al año en el mundo, casi todas en países en desarrollo donde la enfermedad aún es endémica, como Marruecos. El último brote autóctono en España se produjo en Málaga en 1975 y causó la muerte de dos personas. Fue tras las campañas masivas de vacunación a perros y gatos de los años sesenta y setenta, el último golpe de la enfermedad. En 2014 una mujer de origen marroquí murió en Madrid tras haber contraído la enfermedad también en su país.

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