Francia exige a los fabricantes de pañales que supriman diversas sustancias químicas relacionadas con el cáncer
La industria, que en España no está obligada a informar de los componentes, asegura que "son seguros"
La convocatoria a primera hora de la mañana daba cuenta de la seriedad que se le concedía al encuentro: a las 8.00 en punto los ministros de Economía, Bruno Le Maire; de Salud, Agnès Buzyn, y de Transición Ecológica, François de Rugy, querían ver a los principales fabricantes de pañales en Francia. La orden que recibieron fue contundente. “En pocos meses”, todos deberán haber eliminado o al menos reducido las sustancias químicas detectadas en los pañales desechables para bebés y que, según un estudio de la Agencia de Seguridad Sanitaria (Anses), pueden conllevar “riesgos” a largo plazo para los pequeños; desde alergias a, en los casos más extremos, cáncer.
No se han revelado los nombres para evitar una lista negra de marcas. La asociación de fabricantes de pañales más importante de Europa, EDANA, se ha apresurado a asegurar que “los pañales siguen siendo seguros para su uso”. Sin embargo, la ministra de Salud tranquilizó a los padres: “Quiero asegurar que la Anses deja claro que no hay riesgo inmediato para la salud de los bebés”.
Lo recomendable, según el organismo, —y que ya ha exigido el Gobierno francés— es “eliminar o reducir al máximo la presencia” de los productos potencialmente nocivos. En España, “la Dirección General de Consumo no tiene información sobre este tema”, según el Ministerio de Sanidad. El problema, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es que “a diferencia de lo que ocurre con otros productos como los cosméticos, los fabricantes de pañales no están obligados a facilitar una lista con los componentes”.
“Hay un cierto número de sustancias que superan los límites sanitarios y que por tanto es urgente eliminarlas o reducirlas al máximo, algo que es absolutamente posible de hacer hoy en día”, ha explicado el director delegado de Anses, Gérard Lasfargues, en la emisora Franceinfo. Durante sus primeros tres años de vida, un bebé llega a portar 4.000 pañales. Algunos de los componentes del pañal pueden “migrar a través de la orina del bebé” hasta “ser absorbidos por la piel”, lo que puede dar lugar desde “alergias cutáneas por sustancias perfumantes hasta, quizás, riesgos cancerígenos por los PCB o las dioxinas”, agregó.
La OCU realizó un estudio, publicado en 2015, en el que analizó 13 pañales desechables a la venta en España para bebés de 9 a 24 meses. Y, aunque las cantidades estaban por debajo de los límites legales, confirmó la presencia en cuatro marcas de antraceno y naftaleno, dos tipos de hidrocarburos aromáticos. En dos de ellas se registraron los niveles más altos, aunque por debajo del límite establecido, que es de un miligramo por kilo. En otro realizado en 2018, y que publicará próximamente, no ha encontrado hidrocarburos en ninguno de los 14 tipos de las ocho marcas analizadas. Aunque, precisa, solo se han buscado hidrocarburos, "por ser el elemento tóxico recurrente en su fabricación".
La industria asegura que "los pañales cumplen"
EDANA sostiene, sin embargo, que el estudio de la autoridad gala "merece una investigación y un análisis adicional, y que no demuestra que ningún producto haya superado los umbrales de seguridad existentes". Por ello, advierte de que "los pañales cumplen y superan todas las normativas nacionales y europeas". Además, se reafirma en "su confianza en los rigurosos controles de la cadena de suministro y la fabricación". Según esta organización, cada año se suministra al mercado europeo 21 millones de pañales.
En total, la agencia francesa ha identificado 60 sustancias, entre las que se incluye el glifosato, un herbicida cancerígeno que se popularizó por el uso que hizo de él la empresa estadounidense Monsanto. También se han hallado otros pesticidas que, destaca la Anses, “en su mayoría están hoy en día prohibidos en la Unión Europea”, como el lindano, el quintoceno o el hexaclorobenceno.
Entre los productos identificados hay también otras sustancias aromáticas, como el alcohol bencílico o el butilfenilo, y bifenilos policlorados (PCB). El organismo francés ha advertido asimismo de la presencia de dioxinas, consideradas por la ONU en 2004 como las sustancias "más sucias", y demás compuestos orgánicos volátiles (naftaleno, estireno, tolueno, etc.). Incluso hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que generalmente se encuentran en los motores de humo de cigarrillos o diésel.
La Anses recomienda “suprimir la utilización de todas las sustancias de perfume”, especialmente aquellas “susceptibles” de provocar reacciones cutáneas. También pide un mejor control de las materias primas naturales utilizadas para confeccionar pañales, para que no sean contaminadas antes de la fabricación, y “mejorar los procesos” de elaboración de los mismos. El Gobierno las ha hecho suyas y ha exigido a fabricantes y distribuidores que "asuman antes de 15 días" compromisos para eliminar esas sustancias de los pañales para bebés.
Según la Agencia France Presse, también trabajará en la elaboración de umbrales de toxicidad para estos productos —que no existen para los pañales— y pedirá a Bruselas reglas europeas más “protectoras”. La OCU aconseja que si se observa cualquier tipo de reacción en la piel, se cambie de marca. Y que se procure dejar la piel de su bebé al aire todo el tiempo que sea posible.
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