Educación deja en manos de los colegios la renovación de los libros de texto
Familias, sindicatos y varias comunidades piden que se mantengan los manuales actuales
A partir del próximo curso se debería empezar a aplicar la nueva ley educativa en primero, tercero y quinto de primaria. Pero el desorden en la implantación de la norma —Andalucía, Cataluña y Canarias se niegan a fijar todos los cambios en septiembre— también se ha trasladado a los libros de texto. ¿Deben los alumnos cambiar de manuales? En un contexto de crisis y de reducción drástica de las ayudas públicas para comprar material, la respuesta a esta pregunta cambia según el colectivo que responda.
Algunas comunidades han recomendado a los colegios que no los cambien e incluso han paralizado sus programas de renovación de libros. La Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha pedido este miércoles “el mantenimiento de los libros de texto actuales”. Pero la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), que defiende los intereses de una treintena de editoriales, sostiene que deben actualizarse al nuevo desarrollo curricular. El Ministerio de Educación, que ha elaborado la reforma, no es tajante y deja en manos de cada colegio la elección de los manuales.
"El libro de texto no lo es todo", dicen en el ministerio
El departamento de José Ignacio Wert recuerda que la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), al igual la norma a la que sustituye —la LOE—, “establece que los centros educativos gozan de autonomía” sobre la elección de manuales. Educación, sin embargo, ha aprobado un nuevo desarrollo curricular en primaria, que implica la desaparición de asignaturas y la creación de nuevas materias a partir del próximo curso. “Si los centros de enseñanza consideran que es indispensable, lo propuesto en el real decreto de currículo de primaria y en la nueva organización curricular de áreas obligaría a repensar qué materiales se utilizan para conseguir los objetivos que proponen la LOE-LOMCE y su desarrollo”, responde el ministerio a la pregunta sobre si deben cambiar los libros.
Anele afirma que ocho comunidades, de todos los colores políticos, ya han comunicado a sus colegios que no es necesario el cambio. Andalucía (PSOE e IU) y País Vasco (PNV) ya lo han anunciado. En Castilla y León, gobernada por el PP, se ha trasladado a los colegios que “los libros de texto no se cambiarán”. Propone la elaboración de “materiales de apoyo”. Cantabria, también del PP, mantiene una postura similar: apuesta por “la vigencia de los materiales curriculares” ya que las novedades de la LOMCE se centran más en “el ámbito pedagógico o didáctico que en el de contenidos”.
Otras comunidades han optado por una vía intermedia. Madrid ha pedido a los centros que, en la medida de lo posible, mantengan los manuales en las asignaturas que sea factible. La antigua Conocimiento del Medio se divide en dos materias. “La Consejería de Educación nos ha mandado instrucciones para que sigamos con un único libro y para que sean los maestros los que complementen las lecciones si hay que añadir algún contenido”, explica Santiago Gómez, director de un centro público de Alcobendas. Este colegio madrileño acostumbra a mantener los manuales “durante todo el tiempo posible”, añade Gómez, para evitar gastos a las familias en tiempos de crisis. La consejería madrileña ha recomendado también que “no se obligue a comprar más libros de los necesarios”, según este director, que los descarta en asignaturas como Música o Religión.
Alguna comunidad ha optado por imprimir material complementario
La Plataforma Estatal por la Escuela Pública, en la que están representados alumnos, familias y sindicatos, pidió ayer el “mantenimiento de los libros”. Y exigió la “gratuidad” de los manuales. Solo Andalucía y Navarra conservan los programas de gratuidad para todo el alumnado.
El Consejo Escolar del Estado también reclamó hace dos semanas esa gratuidad. A través de un dictamen —aprobado con 15 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones— el consejo apuntó: “Pese a los cambios previstos en el currículo escolar, muchos libros de texto que se utilizan en la actualidad pueden seguir siendo útiles y es una obligación social mantenerlos vigentes el máximo tiempo posible, máxime en el contexto socioeconómico actual”.
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