Sanidad prohíbe los llamamientos para donar órganos o médula para un receptor concreto
El BOE publica la orden que otorga al director de la ONT la potestad de autorizar las campañas
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha ido un paso más allá en su control de todo lo que tiene que ver con las donaciones de órganos y tejidos. Si ya había cerrado la puerta a la entrada de otras organizaciones que buscaran donantes (sobre todo de médula), hoy el Ministerio de Sanidad ha publicado en el BOE una orden en la que se prohíben las campañas de captación con el reclamo de que hay un paciente concreto que necesita ese material biológico.
En concreto, establece que “la promoción y publicidad de la donación u obtención de tejidos se realizará en todo caso de forma general, sin buscar beneficio para personas concretas, debiendo evitar los llamamientos colectivos para la donación en favor de un paciente concreto”. Con ello se quieren evitar campañas en las que una familia moviliza a las redes sociales para conseguir un trasplante para sanar a uno de sus miembros, generalmente un niño. La idea de la ONT es que esas campañas no sirven para lo que se busca, y que el aparente incremento del número de donantes que se consigue no lo es en verdad. Cuando se trata de la médula, apuntarse a la lista es fácil, pero el proceso de obtención del material biológico es complicado y molesto, así que quienes se inscribieron al reclamo del sufrimiento de una persona concreta muchas veces se echan para atrás cuando llega el momento y saben que el esfuerzo que se les pide no es para el niño en cuestión, sino para otro desconocido.
Además, la donación dirigida está expresamente prohibida por el sistema español (no se puede decir: “Doy un riñón para fulano”), sino que uno dona el órgano sin saber quién va a ser el beneficiario. Se intenta así evitar situaciones como la de que haya una compraventa u otro tipo de presión por parte de los receptores sobre los potenciales donantes. Hay, sin embargo, una excepción, que es el caso de los donantes de vivo, o los cruzados, en los que se sabe de quién es el órgano (riñón o porción de hígado) y para quién va. En este caso los controles implican que prácticamente solo se pueda hacer con parientes muy cercanos, porque se entiende que en este caso el altruismo es razón suficiente.
En la orden se refuerza el control de la ONT sobre estos procesos. Será su director –en la actualidad, Rafael Matesanz- quien deberá autorizar las campañas propuestas (también sirve el silencio administrativo). Su resolución “pone fin a la vía administrativa”, dice la orden, por lo que si una organización quiere realizar una campaña, deberá acudir al “orden jurisdiccional contencioso-administrativo”.
En verdad, esta orden, junto a una disposición del real decreto de recortes sanitarios de abril de 2012, quiere evitar intentos como el que hizo la alemana DKMS de captar donantes de médula en España. También entonces el primer acto de la organización fue una campaña con un destinatario concreto, un hombre que había vivido en Avilés. La ONT reaccionó en contra al entender que la competencia en España era suya (y, en este caso, estaba transferida a la Fundación Carreras) y que la organización, que se anuncia como una fundación, es en verdad una empresa con ánimo de lucro, algo que los alemanes niegan.
También va dirigida a evitar publicidad engañosa, por ejemplo en las campañas de los bancos de cordón umbilical privados, insiste Matesanz.
La orden y sus consecuencias afecta más a las donaciones de médula. En los órganos España es líder mundial, y ayer mismo Matesanz adelantó que el año pasado se han batido los récords. Eso no sucede con las médulas. España apostó por la sangre de cordón umbilical (otra alternativa), y solo en los últimos dos años ha potenciado las donaciones de médula. 2012 acabó con 107.000 donantes, pero, pese a ello, España era el octavo país de Europa en donantes. El objetivo era duplicar los donantes en cuatro años. Los números de 2013 que adelantó la ONT después de verano apuntaban a que se iba en la buena dirección (19.000 nuevos donantes en ocho meses), pero la ONT descartó que se debiera a las campañas de los particulares y simplemente afirmó que se trataba a que se había puesto “más dinero” en la captación.
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