¿Dieta ejemplar?
La información nutricional no ha sido la única fórmula que han adoptado los países para disuadir de determinados consumos
Los hábitos de consumo han cambiado bastante en España. Un país que ha visto cómo la dieta mediterránea era declarada patrimonio cultural inmaterial por la Unesco empieza a plantear medidas para promoverla, como reforzar la información nutricional —el distribuidor Eroski ha implantado un sistema híbrido que también pasa por clasificar por colores— o introducir impuestos a ciertos productos menos sanos para reducir su consumo.
La información nutricional, no obstante, no ha sido la única fórmula que han adoptado los países para disuadir de determinados consumos. Hasta ahora se hacía sobre el tabaco y el alcohol, pero algunos Estados de EE UU, primero, y varios países de la Unión Europea, como Francia o Italia, han decidido introducir una tasa sobre las bebidas azucaradas. Las empresas han respondido de la misma manera que en el caso de los semáforos: los problemas de salud no se deben al consumo de un producto, sino a la frecuencia con la que se consumen, a la dieta global y al estilo de vida.
Esa posibilidad también se planteó en Cataluña, pero la presión de la industria y de Estados Unidos ha acabado por disuadir al Gobierno de Artur Mas de implantar la tasa. En Andalucía, Izquierda Unida, el socio de gobierno del PSOE, también ha estudiado implantar ese impuesto. Rubén Sánchez, de la organización de consumidores Facua, no está de acuerdo con la tasa; considera que su fin es recaudatorio: “La solución pasa por la regulación, y por que las Administraciones pongan límite al nivel de azúcar que pueda tener una bebida”, asegura Sánchez.
Otro problema puede ser el precio de los alimentos más saludables. Lo pone de manifiesto la profesora de la Universidad del País Vasco Leire Escajedo: “Los productos frescos siguen encareciéndose y las familias tienen menos recursos para comprarlos. La dieta mediterránea consta de muchos productos que ahora son prohibitivos. A mucha gente se le recomienda tomar más frescos, y debe pensar "¡más quisiera yo!”.
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