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Protesta ante el director del CSIC por los recortes de fondos

Unos cincuenta científicos irrumpen en el cóctel de inauguración de un nuevo animalario Los investigadores preguntan sobre extras de 600.000 euros a directivos del centro Lora-Tamayo explica que se trata de cuantías que no pueden financiar nuevos contratos

Laura Delle Femmine
Un grupo de investigadores protesta ante el presidente del CSIC.
Un grupo de investigadores protesta ante el presidente del CSIC.nuño domínguez (esmateria.com)

El nuevo animalario del Centro de Investigación Biológica (CIB) de Madrid, adscrito al CSIC, ha sido inaugurado hoy entre las protestas. Una cincuentena de científicos, tras haber esperado en vano la llegada de la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela – quien finalmente no se presentó -, se ha colado en las instalaciones del nuevo centro donde el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, presenciaba un cóctel a puertas cerradas con otros directivos del CIB. Allí han exigido explicaciones acerca de los supuestos 600.000 euros que habrían sido repartidos entre los mayores cargos de la entidad a título de gratificaciones, y han preguntado por qué esa cuantía no fue asignada a la financiación de nuevos contratos.

Acorralado por los investigadores, algunos de ellos provistos de batas blancas y pancartas, Lora-Tamayo ha explicado que la información filtrada la semana pasada por Comisiones Obreras (CC OO) a los científicos era errónea, ya que se trataría de “500.000 euros repartidos entre 129 personas por prolongamiento de la jornada, tanto en la central como en otros centros”. Estas cuantías, ha añadido con nerviosismo creciente, “las financia directamente Hacienda”, y por esto no se pueden reasignar a ningún otro contrato: “CC OO tiene información puntual acerca de ellas”.

Los investigadores, por su parte, se han quejado del plan de ahorro que les ha sido impuesto por la central y que incluye la racionalización de luz y aire acondicionado. Han remarcado que "los gestores no producen", y que el "corralito" impuesto a los trabajadores supone una "situación muy grave". Daniel Rozas, científico del CIB, ha recordado a Lora-Tamayo que se trata de un “ahorro pírrico”, ya que se traduciría en eliminar un gasto de tan solo 30.000 euros, una nimiedad en comparación con el agujero que el CSIC tiene que colmar para seguir adelante. Preguntado por la remuneración de trabajadores y becarios del centro, el presidente del CSIC ha contestado violentamente: “Estoy harto de decir que los sueldos están asegurados”.

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Sin soltar su pancarta de las manos, donde se leía No hay para aire acondicionado ¿¿pero sí para gratificaciones en la central?? (como se ve en la imagen de Nuño Domínguez publicada en esmateria.com), Rozas ha preguntado también cómo es posible que en una situación de crisis se haya llegado a abrir un nuevo animalario, que triplica en dimensiones el anterior y que ha costado dos millones de euros, según fuentes del CSIC. Lora-Tamayo ha asegurado que parar las obras hubiera supuesto “un coste mayor” que acabarlas, como también han confirmado los investigadores de CIB Eduardo Rial y Manuel Carmona. Rial ha explicado que las nuevas instalaciones son necesarias para cumplir con las directivas impuestas por la UE, y que había que poner en marcha las maquinarías ya adquiridas para averiguar que funcionaran y evitar perder así más dinero. Sin embargo, ha añadido que “no deja de ser una paradoja, [...] porque no hay dinero para financiar nuevos proyectos”.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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