“Tenemos beca y media de libros para 200 alumnos”

"No son recortes radicales. Es un gota a gota que no termina nunca". Quien habla es Lorenzo Latorre, jefe de estudios de colegio público Vicente Ferrer Ramos de Valderrobres, una localidad de Teruel con 2.500 vecinos. Hasta el año pasado en Aragón los libros de texto eran gratis. "Eran propiedad del colegio y se usaban durante cuatro años", recuerda. Este año no ha habido "y no sería un problema si hubiese becas para las familias sin recursos pero solo hemos recibido beca y media", recuerda Latorre, uno de los 16 profesores de este centro de 200 alumnos. "Antes éramos uno más y se nota siendo tan pocos. No puede haber un plan de acogida para un estudiante nuevo o la profesora de música, que daba refuerzo, es tutora y no le quedan horas".

El jefe de estudios lamenta que hayan cerrado casi todos los centros de formación al profesorado de Aragón. "Han dejado uno por provincia y dos en Zaragoza". Así que los de Valderrobres ya no pueden reciclarse en docencia en Alcañiz, a 35 kilómetros, sino que tendrían que acercarse a Teruel capital, a hora y media de coche. "Nosotros no tenemos medios para montar potencias. Estamos preparando material didáctico de matemáticas, pero como nos parece a nosotros. Es un yo me lo guiso, yo me lo como".

El Vicente Ferrer Ramos no va sobrado de material escolar -"el armario ahora tiene llave porque bajaba demasiado rápido"- y, por suerte su ayuntamiento nunca ha dejado de pagar su calefacción. Latorre se felicita por ello pues tiene en mente el instituto Bajo Aragón de Alcañiz, gélido porque tuvo que reducir el consumo de combustible al no recibir su asignación presupuestaria. En el comedor la ausencia de becas también ha pasado factura. "Se dio solo una a comienzo de curso. Y pasamos de 80 comensales a 50. Luego han dado medias pero hay quien las ha rechazado porque no tenía para pagar el resto". El menú íntegro cuesta 96 euros.

Hasta este curso había suficientes tabletas digitales para todos los niños de quinto y sexto de primaria aunque las usaban desde tercero. "Los niños se las llevaban a casa y eso fomentaba la igualdad. Porque aquí hay gente que no tiene ordenador o que no puede permitirse tener conexión a Internet". Pero no llegará una más y no hay dinero extra para mandarlas a reparar. "Ahora se quedan en el centro y las guardamos como un tesoro. Intentamos arreglarlas nosotros y hemos cableado las aulas porque las baterías están muy usadas y necesitan estar las tabletas siempre enchufadas".

El colegio se ha hecho famoso en las últimas semanas después de que lanzaran un vídeo Un corto recortado, de 20 minutos, en el que imaginan cómo será la vida en el centro en el 2015. "Hay efectos de los recortes que ya se están notando y otros que parodiamos pero que podrían suceder. Como la falta de papel higiénico". Todas las familias del centro menos tres han participado. Latorre escribió el guion, ensayaron durante dos meses y a principios del año lo grabaron.  Ni Angela Merkel, cuyo trato aparece encima de la pizarra como el Rey Juan Carlos en los colegios españoles, se libra del escarnio.