Los Scouts de América reconsideran su política antigay, pero solo para los jóvenes
La agrupación juvenil de EE UU mantiene la discriminación a los líderes adultos homosexuales
Los Boy Scouts de América (BSA) han presentado este viernes una iniciativa que propone “que a ningún joven de la organización se le niegue la admisión basándose en su orientación sexual”, aunque seguirán prohibiendo que los líderes adultos gais participen en su organización porque su comportamiento "podría ser una distracción para la misión”, según han explicado en un comunicado. La medida todavía tiene que ser aprobada por los 1.400 miembros de la junta directiva de la organización. La votación se celebrará el próximo 20 de mayo en Dallas. En su propuesta, los BSA hacen hincapié en que discriminar por su orientación sexual a los jóvenes es ir en contra de "las virtudes" que promueven y que la decisión ha sido tomada tras meses de investigación.
Los BSA cuentan en la actualidad con 2,7 millones de jóvenes y un millón de líderes adultos afiliados a su organización. El 70% está manejado por organizaciones religiosas, en su mayoría de fe mormona. Desde que la organización anunciara en enero que “iban a considerar la prohibición de los gais en su organización”, tanto los defensores como los detractores han debatido energéticamente la posición que debía tomar la agrupación juvenil.
Los más conservadores con esta medida, en su mayoría grupos religiosos, han declarado en más de una ocasión que “permitir la afiliación de gais en los Scouts podría significar una gran perdida de miembros”. Mientras que entre los que apoyan acabar con esta discriminación de los gais se han sucedido muchas quejas. Por ejemplo, en Ohio, una madre, Jennifer Tyrrel, denunció a la organización por no permitir que su hijo entrara alegando como razón que ella era lesbiana. La mujer promovió distintas campañas en Internet reclamando un trato igualitario, con eslóganes del tipo: "No permitan que la política antigay existente en los Scouts deje que mi hijo no reciba su premio".
"Un año después de lanzar la petición, ahora no me dejan ser líder de mi hijo. Los Scouts son una vez más los que me obligan a mirarle a los ojos y decirle que nuestra familia no es lo suficientemente buena", ha dicho vía correo electrónico Tyrrell. "Mi corazón está con los jóvenes Scouts porque si se aprueba la iniciativa podrán continuar siendo exploradores para luego, cuando lleguen a la edad de convertirse en líderes, ser desechados", ha añadido esta mujer.
Los Scouts han explicado que "a pesar de que estas opiniones son muy extremas, la mayoría de padres, líderes adultos y adolescentes coinciden en que a los jóvenes no se les debe negar querer ser exploradores". "Exactamente, la mayoría de los líderes de tropa está de acuerdo con continuar con la prohibición. Algo que no ocurre con los menores que creen que el final de la discriminación debe llegar", explica el comunicado. Los padres, por su parte, son los más divididos, "con algo menos de la mitad que apoyan la prohibición de los homosexuales en la agrupación juvenil".
Para la realización de este informe, la organización ha llegado a consultar a expertos en protección juvenil y de prevención de abuso sexual infantil. Estos han explicado a los Scouts que “la homosexualidad no es un factor de riesgo para el abuso de menores y que los líderes adultos gais no causan un efecto negativo sobre ellos”, informa The New York Times. En enero de este año, los Scouts consideraron otra alternativa que proponía que fueran las tropas locales quienes tuvieran el derecho de admisión. La propuesta resultó ser muy impopular dentro de la organización y tuvo como consecuencia que los 1.400 miembros de la directiva retrasaran la votación hasta el próximo 20 de mayo. Ese mismo día es en el que se votara la medida anunciada este viernes.
Hace tan sólo diez meses que los Scouts, una organización con más de 103 años de historia, reafirmó públicamente su posición "de prohibir la admisión de miembros y líderes gais en sus filas", una conclusión a la que se llegó tras una investigación de dos años, llevada a cabo por un comité de voluntarios. "Es la mejor política para la organización, es lo que debemos hacer", sentenció la organización el pasado mes de julio.
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