Miles de niños británicos no usan la beca de comedor por el estigma
Muchos padres ignoran las ayudas oficiales para evitar la marca de la pobreza en sus hijos
Para evitar el estigma de la pobreza, miles de padres ignoran las becas de comedor de los colegios en algunas zonas de Reino Unido, con la esperanza de que su complicada situación económica no sea descubierta por los compañeros de sus hijos. Sentados a comer aparte en una cafetería en la que no hacen cola para pagar como el resto de alumnos, estos becados sufren las consecuencias del sistema británico de ayudas, poco discreto y muy propenso a exhibir las desigualdades.
Un informe elaborado por el Instituto de Investigación Social y Económica de la Universidad de Essex reveló que solo en Escocia, unos 300.000 niños que podían pedir esta ayuda la ignoraron por motivos sociales.
El miedo al qué dirán es una tendencia que se repite en otras zonas del país, como Gales e Irlanda del Norte, aunque no se ha registrado en Inglaterra, donde vive el 80% de la población. Un 21,2% de los niños de Irlanda del Norte que podían pedir esta ayuda se abstuvieron durante el último curso, una tendencia que en Gales subió hasta el 23%. Pese a ceñir su estudio a los centros escoceses, Angus Holford, autor de la polémica investigación, explica que la organización de los comedores es idéntica en todo el país. “La búsqueda del pragmatismo en el sistema hace que las diferencias entre alumnos sean tan notorias, aunque obviamente no se busca la humillación de los niños”, señala.
La ayuda al comedor en Reino Unido se compone de los menús gratis que cada región otorga a las familias sin recursos para garantizar que los pequeños reciben el aporte nutritivo necesario para su rendimiento académico diario. Sin embargo, como demuestra Holford en su informe, muchos padres prefieren que los pequeños solo almuercen un sandwich a cambio de que no sean señalados en la cafetería y no sufran la presión social de otros alumnos.
Los que reciben esta ayuda son sentados en mesas separadas del resto de sus compañeros “por razones prácticas”, señala Holford, ya que así el personal de cafetería tiene localizados a todos en el mismo grupo y pueden ser servidos de una vez.
En la mayoría de Reino Unido, la comida escolar está subcontratada con empresas privadas, lo que hace “inevitable que destaquen su prioridad por reducir costes”, afirma.
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