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Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de Madrid

“No hay negociación posible”

El responsable sanitario se aferra a sus planes privatizadores para el sistema de salud.

Elena G. Sevillano
Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de Madrid.
Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de Madrid.Samuel Sánchez

El consejero de Sanidad madrileño, Javier Fernández-Lasquetty (Madrid, 1966), ha conseguido algo inaudito: poner de acuerdo a buena parte de la comunidad sanitaria madrileña en contra de su reforma, que incluye privatizar la gestión de seis hospitales y de 27 centros de salud. Asegura que no dará marcha atrás, por más huelgas o protestas que hagan los médicos. Y defiende que la gestión privada es más eficiente.

Pregunta. ¿Realmente cree que los profesionales sanitarios mienten a la población cuando explican por qué están en huelga?

Respuesta. Cualquiera que en este momento le diga a la población que la sanidad se vende, se privatiza, que va a dejar de ser gratuita y se va a cobrar está mintiendo a sabiendas.

P. Pero sí se privatiza la gestión de los hospitales.

R. No, privatizar consistiría en vender los hospitales y darlos al sector privado para que los administrara como le pareciera conveniente. Nosotros lo que hacemos es externalizar la gestión, es decir, de un hospital público de titularidad pública.

P. En el diccionario de la RAE externalizar no existe y privatizar significa exactamente lo mismo de lo que estamos hablando. ¿Por qué no le gusta ese verbo?

R. Porque induce a confusión, a pensar que van a pasar a ser hospitales privados. Van a seguir siendo hospitales públicos.

P. Eso la gente lo sabe, ¿no?

“No es privatizar. Lo que hacemos es externalizar la gestión”

R. En estos momentos se está queriendo que la gente piense que la sanidad va a ser privada. Basta ver los eslóganes de las manifestaciones o las pancartas. No va a pasar a ser sanidad privada. Es pública, eso sí, encomendada para su gestión a una sociedad concesionaria.

P. Eso es lo que le critica la comunidad sanitaria. La tiene a toda en contra, empezando por el Colegio de Médicos, las sociedades científicas... ¿Sigue creyendo que todos están equivocados y ustedes tienen razón?

R. No voy a juzgar las motivaciones ni las razones que les llevan a adoptar esa actitud. Sí digo que el ámbito sanitario, como cualquier organización grande, es muy inercial. Hay un componente de resistencia o de inercia frente al cambio. Yo lo que sé es cuál es mi responsabilidad y la del Gobierno. Si para el año que viene tenemos 530 millones de euros menos en el presupuesto, queremos seguir teniendo asistencia sanitaria de la máxima calidad, evidentemente con las reglas de universalidad, gratuidad, equidad, tenemos que trabajar de una manera distinta.

P. Parte de la base de que la sanidad pública y sus funcionarios son ineficientes. Pero usted es su jefe. ¿No es eso admitir su fracaso como gestor?

R. Las nóminas de cualquier empleado público están llenas de complementos que nacieron para incentivar o premiar el trabajo de excelencia y que se convirtieron muy inmediatamente en complementos lineales e iguales para todos. Y eso ha pasado durante décadas y en un partido y otro. La gestión pública tiene una rigidez que tiene que ver con la necesaria reforma de la función pública en España, pero eso es otra cuestión.

P. Hace un mes que oposición y prensa le piden estudios independientes o datos económicos que justifiquen que el modelo que ha elegido es más eficiente y de mayor calidad. ¿Los tiene? ¿Por qué no los hace públicos?

“En el ámbito sanitario hay inercia o resistencia al cambio”

R. Sí, sí, sí, y los tenemos que hacer públicos. Hoy mismo se ha presentado un estudio de una consultora [Iasist] que compara resultados de los hospitales de gestión directa e indirecta, y da unos resultados muy similares a los que nosotros hemos obtenido. Que los indicadores de calidad asistencial son muy similares, o idénticos. Y el coste presupuestario es sensiblemente inferior.

P. ¿Por qué ha puesto en marcha una reforma de este calado sin consultar a los profesionales?

R. Sobre muchas de las cuestiones incluidas en el plan habíamos ido hablando a lo largo de los últimos dos años. Luego llega un momento, en verano, en que se comunica a la Comunidad de Madrid que tiene 1.000 millones de euros menos y que el límite de déficit es del 0,8%, lo que obliga a hacer un ajuste de 2.700 millones. Y eso tiene consecuencias.

P. Hoy mismo [por ayer] le han entregado casi un millón de firmas contra la reforma. ¿Va a escuchar? ¿Hay marcha atrás?

R. Yo escucho siempre. Lo que se está pidiendo al Gobierno regional es que no haga nada, es que teniendo un presupuesto inferior, queriendo mantener el nivel de calidad, que hagamos como Zapatero, o sea, como si no pasara nada, hasta dejar que esto se hunda, que es lo que él hizo con España. Eso yo no lo voy a hacer, porque me parecería una irresponsabilidad.

P. Si lee la petición, verá que lo que le están pidiendo es que retire el plan de medidas…

R. O sea, que no haga nada.

“Le recuerdo que somos el Gobierno apoyado por el 53% de los madrileños”

P. … y discuta con los profesionales antes de tomar otras medidas consensuadas.

R. Esas otras medidas… A mí me encantará conocer cualquier propuesta que me hagan de reducción de costes, manteniendo la calidad y las características del sistema. Cualquier persona, no me hacen falta 900.000, con que me venga uno con una propuesta la estudiaré con el mayor interés.

P. Entonces podría retirar el plan a la espera de hablar con…

R. En absoluto, en absoluto.

P. ¿Dónde está la negociación entonces?

R. Si es que no hay negociación posible. La negociación consiste en que vamos a hablar sobre cómo algo se puede hacer o aplicar. Le recuerdo que nosotros somos el Gobierno apoyado por un 53% de los madrileños.

P. En su programa electoral no hablaban de privatizar la gestión de los hospitales públicos.

R. No, pero en nuestro programa tampoco había una previsión de que se nos fuera a reducir la financiación autonómica en 1.000 millones de euros.

P. ¿Le ha molestado la respuesta del Gobierno central a su anuncio del euro por receta, más agresiva que con Cataluña?

“Me están pidiendo que no haga nada y eso es una irresponsabilidad”

R. Bueno, no me ha molestado. Hubiese preferido otra, desde luego. Lo que me parece es que tenemos una situación presupuestaria que nos obliga a tomar medidas como el euro por receta, que pensamos que entra absolutamente dentro de nuestras competencias. La tasa no es tanto recaudatoria como disuasoria.

P. Por primera vez un Gobierno del PP cierra un hospital, el Instituto de Cardiología.

R. No, no es un hospital, es una unidad asistencial que procedía de la Escuela Nacional de Estudio del Tórax. Estaba haciendo una tarea de apoyo, no tenía población de referencia y creemos que será más eficaz integrándola en el Hospital Clínico.

P. La Consejería lo considera hospital [modificó la página web oficial para eliminar la palabra hospital días después de que se conociera su cierre] en todas sus publicaciones.

R. No estamos hablando de un hospital.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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