El Gobierno regional cierra uno de los 33 hospitales madrileños
El Instituto de Cardiología, en Medicina de la Complutense, se clausura a finales de año Sanidad devuelve el edificio a la universidad
"El Instituto de Cardiología de Madrid es un hospital perteneciente al Servicio Madrileño de Salud”, reza la descripción que de él hace la página web del Gobierno regional. Cuenta con 38 camas de hospitalización, con una sección especializada en pacientes cardiológicos y otra de pacientes de medicina interna, continúa el texto. Hizo 2.400 intervenciones quirúrgicas en 2011, según la memoria del centro. El año pasado atendió también más de 10.400 consultas y realizó casi 6.000 ecografías cardiacas. La Comunidad de Madrid ha decidido cerrarlo el próximo 31 de diciembre. La partida que le correspondía ha desaparecido entera de los presupuestos de 2013. El programa 772 ya no existe: la numeración salta del 771 al 773. Este año las cuentas regionales le destinaban 8,7 millones de euros. Para el próximo, cero.
Entre los muchos anuncios de cariz sanitario que hizo el presidente, Ignacio González, cuando el 31 de octubre presentó su proyecto de presupuestos —euro por receta, privatización total de la gestión de los nuevos hospitales, transformación de La Princesa en centro para mayores de 75 años, conversión del Carlos III en centro de media y larga estancia...— no mencionó que pensaba cerrar el Instituto de Cardiología, un hospital de apoyo que resultó el mejor valorado de su categoría en la encuesta de satisfacción de 2011 hecha pública por la Consejería de Sanidad. Tampoco en la rueda de prensa que ofreció el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty al día siguiente, 1 de noviembre, apareció el cierre del Instituto de Cardiología. El Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público, que enumera los recortes y privatizaciones que se llevarán a cabo en los próximos meses, no hace ninguna mención a este hospital en sus 11 páginas.
Las cifras
- El Instituto de Cardiología no tiene asignada área sanitaria, (es un centro de apoyo), por lo que recibe enfermos de toda la región.
- En los últimos tres años, el 85% de los ingresos llegan derivados de la urgencia del hospital Clínico.
- El centro tiene 44 camas instaladas y 38 en funcionamiento actualmente.
- Alta tecnología: cuenta con una gammacámara.
- Realizó 2.400 intervenciones quirúrgicas en 2011 y atendió más de 10.000 consultas de rehabilitación cardiaca
Los trabajadores se enteraron hace unos días. Muchos, a través de la intranet corporativa. Otros se encontraron con un documento colgado en el tablón de anuncios. “De: gerencia. Para: todo el personal”, iba encabezado el texto, fechado el 2 de noviembre, al que ha tenido acceso este diario. El gerente les comunicaba que la viceconsejera de Sanidad le había convocado el 31 de octubre para informarle de que, “dentro del marco de los recortes establecidos en el ámbito sanitario en la Comunidad de Madrid, el Instituto de Cardiología cesará en su actividad con carácter definitivo el próximo 31 de diciembre de 2012”. El gerente añadía: “Las previsiones que me han sido comunicadas por la viceconsejera son que, a partir de esa fecha el personal fijo será adscrito al hospital Clínico San Carlos”. Y concluía señalando que le habían encomendado con la gerencia de este centro “para realizar este proceso de la mejor manera posible”.
El Instituto de Cardiología cuenta, según los últimos datos disponibles, con 172 trabajadores. De ellos, 94 son sanitarios (médicos, enfermeros, técnicos especialistas, auxiliares y fisioterapeutas) y 76 no sanitarios (administrativos, celadores, personal de hostelería, un “capellán”, etcétera). Dos más son directivos. Según el presidente del comité de empresa, José Antonio Rivero, entre 50 y 60, es decir, una tercera parte, son eventuales o interinos. “Serán despedidos”, lamenta. La Consejería de Sanidad evita usar la palabra cierre y asegura que “dentro de las medidas adoptadas para la sostenibilidad del sistema sanitario, se va a proceder a la integración del Instituto de Cardiología en el hospital Clínico San Carlos, del que hasta ahora es un centro de apoyo, a partir del 1 de enero”.
El centro tiene 172 trabajadores, de los que una tercera parte son eventuales o interinos; los fijos se integrarán en el hospital Clínico
Esa integración “implica una reorganización del personal que se incorporará al Clínico”, señala, sin precisar qué sucederá con el medio centenar de interinos y eventuales. Sanidad no aclaró si las 38 camas de este hospital se pierden. Cuenta también con un quirófano. “Los pacientes que atiende este centro, derivados desde el Clínico San Carlos, serán asumidos también por este hospital, dentro del marco de libre elección sanitaria”, concluye la respuesta escrita enviada por la consejería.
El edificio que acoge el hospital pertenece a la Universidad Complutense de Madrid. Está en uno de los pabellones de la Facultad de Medicina, en la Ciudad Universitaria. Según la consejería, se lo devuelve a finales de año. Desde 2006 el Gobierno regional ha ido haciendo reformas y reparaciones en el centro, como aseos nuevos en todas las habitaciones o la sustitución de la obsoleta instalación eléctrica. El año pasado se cambiaron todas las ventanas de las habitaciones. “Sorprende que decidan cerrarlo con la hospitalización casi nueva”, se extraña el cardiólogo Antonio Ibáñez. Le preocupa más, sin embargo, el futuro de la tecnología con la que cuenta el Instituto: “Tenemos cinco equipos de ecocardiografía y me consta que en el Clínico no tienen espacio para ellos”. Según la consejería, el equipamiento irá al Clínico y a “otros centros”, sin más precisión.
“Los enfermos están tan sorprendidos como nosotros. Más de uno, que llevaba muchos años como paciente aquí, se ha echado a llorar al enterarse del cierre”, explica este médico, que trabaja en el Instituto desde su época de residente. Ibáñez se pregunta también qué pasará con las intervenciones quirúrgicas de Dermatología del Clínico que actualmente se realizan en el quirófano del Instituto de Cardiología. Pronostica que, sin sus instalaciones, las listas de espera de otros centros se incrementarán. Ahora, afirma, les llegan pacientes derivados de hospitales con listas de espera de un año para hacer un ecocardiograma. “Aquí se espera menos de un mes”, señala.
“Con las derivaciones, quitamos un volumen significativo de pacientes al hospital Clínico, y eso descongestiona su actividad diaria. Me parece un auténtico disparate el cierre. Y, más aún, tal y como se ha hecho, sin previo aviso, sin crear ninguna mesa de negociación que analice la viabilidad del centro”. La propia Comunidad de Madrid reconoce el papel del Instituto de Cardiología en su página web: “Destaca por ser un centro de importante apoyo en la disminución de lista de espera en estas exploraciones en el conjunto de la sanidad madrileña, con atención rápida y personalizada, y por disponer de un personal sanitario con un alto grado de experiencia en el diagnóstico y tratamiento del paciente cardiológico”. También el gerente, en la memoria de 2011, destaca la contribución a aligerar listas de espera de la Comunidad.
El plan sanitario del Gobierno regional señala que la reducción que tiene que afrontar en el gasto sanitario “es el equivalente al presupuesto actual de dos hospitales madrileños”. Y añade: “El camino más directo hubiese sido el cierre de hospitales, como ya se hizo en los años ochenta (nueve hospitales). Pero este Gobierno cree que hay alternativas”.
Los trabajadores del Instituto de Cardiología acordaron en una asamblea el miércoles pasado iniciar un encierro como los que ya se estaban produciendo en otros hospitales afectados por el plan sanitario del Gobierno regional. El jueves a las 8.30 cortaron la avenida Complutense, y tienen previsto hacer lo mismo hoy. También están recogiendo firmas de apoyo. Ayer a última hora de la tarde, 16 personas participaban en el encierro. Una sábana en la verja de entrada daba la bienvenida: “No al cierre. No a los despidos”. “Este es un hospital muy peculiar. Tenemos pacientes muy mayores que llevan 30 o 40 años viniendo y preguntan qué será de ellos ahora”, explica Rivero. “Lo que pasará es que entrarán en largas listas de espera en otro hospital”, pronostica.
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