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Una anemia infecciosa amenaza la población de salmones canadienses

La enfermedad puede ocasionar una mortandad del 90% de los ejemplares de una piscifactoría

La Agencia de Inspección Alimentaria de Canadá (CFIA) ha registrado un brote anemia infecciosa (AIS) en la población de salmones de la provincia canadiense British Columbia. Esta enfermedad es ocasionada por un ortomixovirus que está relacionado con los virus causantes de la gripe, por lo que algunos científicos canadienses como Rick Routledge, un profesor de Estadística en la Universidad Simon Fraser de Burnaby conocido por su trabajo con poblaciones de peces, ya han comparado este mal con la gripe H5N1, que se convirtió en una pandemia mundial en 2006 y en un serio problema para la industria avícola. "Este tipo de virus reviste una importante gravedad para los animales, pero no es una amenaza para los seres humanos", ha declarado Routledge.

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El Jefe del Area de Acuicultura del Instituto Español de Oceanografía, Ignacio Arnal, explica en que consiste el AIS: "Esta enfermedad, registrada en nuestro Código Sanitario para los Animales Acuáticos, produce anemia, letargia y debilidad. Esto puede ocasionar una considerable mortalidad". Eso fue lo que sucedió en Chile hace cuatro años. Un brote de anemia infecciosa supuso una bajada del 0,5% de la producción total de salmón (3.400 toneladas, de una producción anual de 630.000. La industria perdió 15, 3 millones de dólares, si tomamos como precio de promedio 4,5 dólares por kilo.

"El impacto potencial del AIS no puede tomarse a la ligera. Tiene que haber una respuesta inmediata para evaluar la magnitud del problema", ha advertido Routledge. Sin embargo, la CFIA todavía está investigando los mil casos de síntomas similares a la anemia infecciosa que se han dado en salmones cultivados de Columbia British Columbia desde 2006.

El doctor Fred Kibenge, de la Facultad de Veterinaria Atlantic de Isla del Príncipe Eduardo, dio la voz de alarma después de encontrar síntomas de un nuevo brote en las granjas salmonicultoras de la costa noreste Vancouver. Los peces presentaban branquias pálidas, abdomen dilatado, petequia -manchas de sangre- en los ojos y edemas en las escamas.

"La mortalidad puede alcanzar el 90% en un vivero ya que, aunque inicialmente es baja, aumenta con el tiempo. La enfermedad empieza a gestarse en una jaula y pueden pasar varios meses antes de que se desarrolle en las jaulas vecinas. La vigilancia es fundamental para que no se expanda porque, una vez que la anemia infecciosa del salmón aparece, no existe un tratamiento eficaz", señala Arnal basándose en un informe del Instituto Español de Oceanografía. Un dato preocupante si se tiene en cuenta que las granjas de salmón representan una parte importante de la economía de British Columbia, que exporta este pescado fresco y congelado a Japón (mayoritariamente), Europa y Norteamérica.

El virus también puede infectar a otros miembros de la familia de los salmónidos como la trucha, la trucha alpina y el arenque, aunque solo se han observado brotes en el salmón atlántico cultivado. La propagación de la enfermedad está vinculada al movimiento de peces y de embarcaciones o desechos desde las plantas de procesado de pescado, aunque se desconoce su origen. Solo hay constancia de que el primer caso se registró en Noruega en 1984, aunque tardó más de una década en aparecer en Canadá por primera vez, en 1996.

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