Greenpeace recurre al Supremo británico para impedir un transporte nuclear
El barco, cargado con 100 toneladas de material radiactivo, parte desde Japón hacia Gran Bretaña rodeado de fuertes medidas de seguridad
Un barco cargado con 100 toneladas de material nuclear ha salido esta mañana desde Japón a Gran Bretaña, rodeado de fuertes medidas de seguridad y a pesar de la oposición de grupos de activistas antinucleares, como Greenpeace, que temen que la carga sea objeto de un ataque terrorista o de un robo. El barco ha zarpado ya a pesar de que Greenpeace ha recurrido al Tribunal Supremo de Londres, que se pronunciará sobre el caso para impedir el transporte de la carga.
La salida del Pacific Pintail (Ánade del Pacífico) desde Takahama -con la bodega llena de un carburante que es una mezcla de óxido de plutonio y uranio (MOX) y que se podría usar para la fabricación de armas- ha resultado especialmente tensa al coincidir con el Día de la Independencia de EE UU, que se celebra bajo la amenaza de ataques terroristas.
Un dispositivo de vigilancia rodeaba el muelle donde el buque estaba atracado, bajo la amenazadora sombra de la central nuclear de Takahama, a unos 300 kilómetros al oeste de Tokyo. La policía, acompañada por perros, rodeaba dos grandes contenedores, cargados con las 100 toneladas de material nuclear, mientras que alrededor de 20 guardias de seguridad permanecían en la cubierta del barco. Entre tanto, los miembros de seguridad de la planta retenían a las personas que estaban protestando en las cercanías.
Momentos antes, el carguero y una escolta formada por 12 lanchas guardacostas japonesas habían atravesado la Bahía de Uchiura junto al barco de Greenpeace, Arctic Sunrise, para recoger el cargamento. A su paso, Greenpeace ha desplegado dos barcas inflables y ha volado 12 cometas con el lema Stop Plutonium.
"La seguridad preocupa a los países que se encuentran en los 10.000 kilómetros que separan Japón y el Reino Unido", dice un comunicado de Greenpeace, que añade que "los barcos son lentos y muy vulnerables a ataques armados" y que "con el plutonio que contiene se podrían para fabricar 50 armas nucleares".
Una ruta secreta
Kansai Electric Power, que pretendía usar el carburante en reactores comerciales, devuelve el MOX a la compañía British Nuclear Fuels (BNFL) después de que la empresa japonesa descubriera que los datos sobre un cargamento de 1999 de Gran Bretaña habían sido falsificados deliberadamente.
Aunque la ruta que seguirá el carguero se ha mantenido en secreto, los líderes de los países por los que podrían pasar los barcos han expresado su preocupación. El lunes pasado, en Londres el cargamento obtuvo el visto bueno de la Agencia de Medioambiente Británica, que dijo que BNFL puede clasificar el MOX como carburante y no como residuos y que, por lo tanto, no necesitaban una licencia especial.
Sin embargo, los activistas medioambientales han argumentado que es poco probable que el MOX se pueda usar como carburante, dado la existencia de material parecido que ya está almacenado en Gran Bretaña, pero BNFL asegura que el material es carburante y que tiene un valor comercial.
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