¿Puede evitarse o prevenirse la muerte súbita?
La enfermedad coronaria, en la mayoría de los casos, se puede prevenir y diagnosticar antes de que llegue a causar un fallecimiento
La respuesta es que algunas muertes súbitas sí pueden evitarse. La muerte súbita se puede definir como aquella que se produce tras la primera hora desde el inicio de unos síntomas determinados o como el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana y que se encontraba bien las 24 horas previas.
Las causas que provocan una muerte súbita son muchísimas, pero la gran mayoría, alrededor de un 80%, son enfermedades del aparato cardiovascular, del corazón o de los vasos sanguíneos: infartos de miocardio, hemorragias cerebrales, etc. Se estima que en Europa se producen unas 300.000 paradas cardíacas extrahospitalarias al año. En España hay datos del Ministerio de Sanidad, de 2007, que hablan de entre 20.000 y 25.000 anuales, eso es una cada 20 minutos.
La muerte súbita no solo es un importante problema de salud, es que además puede generar mucha alarma social, como cuando ocurre a la vista de una gran cantidad de gente (en un estadio de fútbol, por ejemplo).
El 80% de esas muertes se debe a problemas cardiovasculares. Y dentro de ellas, las enfermedades del corazón y, en concreto, los infartos de miocardio son la causa más frecuente. Así que, respondiendo a la pregunta, la enfermedad coronaria sí que en la mayoría de los casos se puede prevenir y diagnosticar antes de que llegue a producir una muerte súbita. No siempre es posible porque algunas veces no avisa, pero en muchas ocasiones sí se puede. Es muy importante que si una persona tiene síntomas que puedan sugerir un problema cardíaco consulte con su médico de familia y que éste le haga un electrocardiograma. Y es muy importante también el control de los factores de riesgo que deterioran la función del corazón: la tensión alta, el colesterol alto, la diabetes o el tabaquismo. El control de todos esos factores puede evitar el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. El apoyo de la atención primaria es esencial, ya que los médicos de familia pueden identificar a los enfermos que están empezando a tener síntomas relacionados con una angina de pecho, por ejemplo. Cuando eso ocurre, los pacientes son derivados a los especialistas y así podemos diagnosticarlos y empezar a tratarlos antes de que sobrevenga una muerte súbita.
Hay otras enfermedades también causantes de muerte súbita que son más difíciles de prevenir. Por ejemplo, algunas enfermedades cardíacas congénitas (enfermedades que están presentes desde el nacimiento). Estas son más difíciles de diagnosticar porque muchas no presentan síntomas, el primer síntoma puede ser la muerte súbita. Algunas de estas enfermedades podrían diagnosticarse o al menos sospecharse con un electrocardiograma. Afortunadamente, no son frecuentes, pero el problema es que causan muerte súbita en gente joven. Y también, en este caso, el apoyo de la atención primaria es fundamental. Es recomendable que a partir de los 40 años el médico de familia comience a hacer revisiones periódicas con toma de tensión, análisis de sangre y, si se considera oportuno, electrocardiograma. Así, sería posible detectar algunas de estas enfermedades que de otra manera no podrías haber sospechado.
Por edad, la muerte súbita en gente joven es mucho más rara. Es más frecuente después de los 40 o 50 años, ya que, a partir de esas edades, es cuando empieza a aumentar el riesgo de desarrollar un problema cardiovascular. Se estima que, a partir de los 50 años, el riesgo puede llegar a crecer hasta un 10% anual. Sin embargo, por debajo de los 40 años el riesgo se calcula en torno a un 0,1% anual.
Por lo que respecta al sexo de los afectados por muerte súbita, siempre se había considerado que los hombres tenían más riesgo que las mujeres. Sin embargo, hay algún trabajo reciente en el que no se confirma esta relación, incluso se describen determinadas circunstancias en las que la afectación en las mujeres podría ser predominante.
En cuanto a la muerte súbita del lactante, es un problema diferente. En la mayoría de los casos no llega a saberse la causa del fallecimiento. Afortunadamente es poco frecuente. Algunas de estas muertes súbitas pueden estar provocadas por enfermedades congénitas relacionadas con alteraciones del sistema eléctrico del corazón, pero hay otras causas: enfermedades respiratorias, metabólicas... Muchas veces no llega a saberse la causa de la muerte del bebé. En estos casos la prevención es muy difícil. Hay algunas recomendaciones como la de que el bebé no duerma boca abajo, que el colchón sea firme, evitar fumar durante el embarazo... Cuando, por el motivo que sea, se sospecha que el recién nacido pueda tener alguna enfermedad congénita (porque estén afectados padres o hermanos, por ejemplo) se pueden hacer análisis y estudios específicos dirigidos a una enfermedad concreta, pero hoy día no es posible descartar con un único test todas las enfermedades que pueden inducir una muerte súbita.
Paula Awamleh García es doctora en medicina, cardióloga en el Hospital Universitario de Getafe. Su investigación se centra en la muerte súbita producida por las enfermedades que afectan al sistema eléctrico del corazón.
Pregunta enviada vía email por Jaime García
Coordinación y redacción: Victoria Toro
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