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España es el país de la UE con más trabajadores en plataformas digitales

Desde los 'riders' de Deliveroo y Glovo a los que buscan tareas en páginas como Freelancer o Wisar: estos trabajadores no dejan de crecer en España, ¿por qué?

Un repartidor de Glovo en bicicleta en el centro de Madrid.
Un repartidor de Glovo en bicicleta en el centro de Madrid. Jaime Villanueva

Su símbolo distintivo es una caja embozada con los colores de la empresa que les proporciona los encargos. La imagen de una persona encima de una bicicleta, que sube las cuestas de Madrid o agota la Diagonal de Barcelona a golpe de pedal, se ha convertido en un elemento familiar del paisaje urbano. Estos obreros del siglo XXI son los más visibles. Pero existen otros, desde la limpieza del hogar a tareas freelance de programación o de tradución, que también se encuadran dentro de los trabajadores de plataformas digitales o la llamada gig economy. Este sector amalgama es lo que ha intentado medir el informe de la Comisión Europea Digital Labour Platforms in Europe. Y España se ha posicionado como el primer país de la tabla, donde más trabajadores de plataformas digitales hay. Un 12,5% de los adultos ha trabajado alguna vez con ellas. Países como Reino Unido (12%) o Portugal (11,5%) quedan por detrás. Aunque entre los británicos hay un 3,6% que considera esta actividad su principal empleo. Es la tasa más alta. En España son un 2,7%.

"Ha habido una implantación muy grande de plataformas digitales que lo que hacen es intermediar entre productores y consumidores", apunta Ricard Espelt, investigador del programa Digital Commons de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya). Hay muchos elementos que favorecen la implantación de estas plataformas en España. Entre ellos, este especialista en el sector digital cita un mundo laboral precarizado, la necesidad de encontrar empleo, así como la existencia de personas que quieren conseguir recursos extra, o de aquellas que acceden a su primer trabajo. También destaca que algunos inmigrantes tienen en estas plataformas un primer acceso al mundo laboral.

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Es difícil saber a ciencia cierta cuántos ciudadanos trabajan para estas empresas. La Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), patronal que agrupa a empresas como Deliveroo, Glovo y Uber Eats, defiende que el sector ha creado más de 14.000 empleos. Desde UGT creen que la cifra es mayor. El problema está en la calidad de esos puestos y la alta tasa de rotación que sufren estos trabajos. La dificultad para obtener estadísticas claras tiene que ver con el modelo de relación laboral que impulsan las plataformas, que no responde a un contrato de trabajo convencional por cuenta ajena. En este punto, además, se encuentra el origen de la desprotección de estos trabajadores, una cuestión que cada vez atrae más atenciones.

"Por su forma de ser, las plataformas digitales se plantean como intermediarios. Externalizan toda la actividad. Solo te encuentras dentro a los trabajadores que tienen que controlar la aplicación", expone Rubén Ranz, coordinador de Tu Respuesta Sindical Ya, una iniciativa de UGT que trata de resolver dudas laborales a estas personas. Normalmente la situación laboral de los ciclistas repartidores, así como otros usuarios de plataformas, suele ser la de autónomos que facturan a las empresas propietarias de la aplicación. Después de que los jueces pusieran en entredicho este modelo, hormiguean algunos cambios. "Ahora [las plataformas] lo que hacen es poner a una empresa intermedia, que es la que contrata a todo el personal. Pero ellos siguen organizando todo el trabajo desde la aplicación", sostiene Ranz. Son empresas multiservicio, que florecieron tras las últimas reformas laborales. Aplican convenios de empresa con múltiples categorías, por encima de los sectoriales.

"Esta es la evolución de las plataformas digitales. Como han sido puestas en evidencia por su situación fraudulenta con la relación laboral, ahora van a contratar a multiservicios", señala el dirigente de UGT. "Por ejemplo, Uber Eats utiliza esta estrategia. Tienen flotas que contratan a trabajadores. Les aplican el salario mínimo y se dedican a repartir para Uber Eats, que es quien organiza todo el trabajo". Una de las empresas que ponen las flotas es Quepidohoy, denunciada por el sindicato.

En el informe de Cotec El mercado digital a debate de junio de 2019 se recoge que el número de profesionales que trabajan por cuenta propia sin emplear a otros ha crecido en Europa un 45% desde 2005. En España el ascenso es aún mayor: un 51%. El mercado sopla en esa dirección, que es la misma que abanderan las plataformas digitales. Freelancer o Wiser son dos de los nombres que han circulado entre un buen número de profesionales independientes, como programadores, diseñadores o traductores, con el fin de buscar pequeños trabajos. El informe de Cotec destaca también que la mitad de las empresas aumentaron la contratación de freelances desde 2011.

"No vamos a parar el fenómeno de la economía digital", reflexiona Espelt. "Lo que sí que hay que hacer es generar espacios de regulación para que las personas que quieran trabajar en una plataforma digital que no sea colaborativa tengan asegurados sus derechos laborales". Las opciones sobre la mesa las explica Víctor Canalda, abogado y profesor de Derecho Laboral de la UOC. Las plataformas digitales buscan la creación de una figura llamada TRADE digital. Sería la adaptación del ya existente TRADE (Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente), nacido en 2006 para regularizar algunas prácticas en el sector del transporte motorizado.

"A estas empresas les vendría de perlas", razona Canalda. "Porque tener que laboralizar a estos trabajadores supondría muchísimo dinero. Ahora están trabajando con unos márgenes a la hora de crecer que no se podrían permitir de otra forma, porque es una actividad muy intensiva en mano de obra. Además, tener trabajadores todo el rato trabajando en la calle implica que los riesgos para estas personas son muy grandes".

La otra alternativa que manejan los especialistas implicados es una relación laboral especial para trabajadores colaboradores de plataformas digitales. Ahora bien, estas regulaciones especiales se han establecido anteriormente por Real Decreto. Se trata, por tanto, de un asunto que se resuelve sin pasar por el parlamento, entre despachos, un espacio que deja más cancha a la presión de los grupos con intereses en la norma.

En todo caso, una regulación que impulse la contratación por cuenta ajena, como sería una relación laboral especial, evitaría algunos abusos que denuncian los riders. Uno de los más recurrentes, según UGT, es una forma de despido velado: no hacer más encargos a un usuario. "No te doy trabajo, no te comunico que ha finalizado tu actividad y entonces te mato de inanición, por decirlo así", argumenta Ranz. "Llega un momento que entiendes que ya estás fuera de la plataforma. Esto es lo que hace que muchas veces podamos hacer una demanda por despido".

El sindicato prevé nuevas demandas en el sector de la economía de plataformas. Por su parte, la Unión Europea acaba de establecer un marco mínimo sobre el que legislar. La Directiva 2019/1152 considera que a estos trabajos hay que darles una relación laboral ordinaria. "Lo que la directiva viene a decir es que estos trabajadores no pueden quedar en un segundo orden ni se les tiene que dar una figura para mermarles sus derechos", remata Canalda.

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