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Colaboración, innovación abierta y el poder de los ecosistemas

Hay que reseñar cómo ha crecido la innovación abierta y en particular la colaboración con startups por parte de grandes empresas

Allá por 2015, David Drummond, vicepresidente sénior de Google, inauguraba el flamante Campus Madrid de su compañía. Entre sus declaraciones, destacó esta: “En Google sabemos que la mayoría de la innovación que revolucionará el mundo saldrá de fuera de nuestras oficinas.” Esta frase sintetiza una sabia reflexión sobre la industria 4.0: que tener y ejecutar ideas en el mundillo tecnológico se está democratizando. Debido a esto, se ha visto un cambio radical en la relación entre grandes empresas y startups que acaban de salir del cascarón. El cambio ha llegado incluso a cómo se comunica tal relación. Si antes se hablaba de David y Goliat, hoy se habla de simbiosis, de hibridación, de sinergias. Esto es, de dependencia mutua.

Hania Angelina, Airbus.
Hania Angelina, Airbus.Lino Escurís

Este año, la Comisión Europea publicó un informe sobre el estado de la innovación abierta en Europa, destacando que las empresas que apuestan por ella crecen el doble de rápido: “Una tendencia a reseñar es cómo ha crecido la innovación abierta y en particular la colaboración con startups por parte de grandes empresas. Esto es especialmente observable en industrias de alta tecnología donde el ratio de innovación es veloz y el conocimiento se distribuye a través de múltiples organizaciones, haciendo que innovar solo sea más difícil”.

Airbus es buen ejemplo de este tipo de gran empresa. Hania Angelina (Madrid, 1982), responsable de la incubadora de Airbus Defence and Space, explica qué significa innovación abierta en una metáfora: “Es abrir una ventana al exterior, a lo que está más allá de tu negocio, encontrar la diversidad”.

El esfuerzo de olfatear el talento se hace también en universidades. Pero el beneficio, opina Angelina, es recíproco. “Los estudiantes pueden desarrollar capacidades que les van a venir bien en su futuro puesto de trabajo. Como, por ejemplo, la capacidad de presentar y defender un proyecto en público”, apunta la experta.

¿Hay desafíos? “Los tenemos, por ejemplo, en cómo afecta esta colaboración a las funciones soporte —el lado financiero, de adquisiciones e incluso de IT— y cómo podemos ser más ágiles al integrarlos. Tenemos todo el tema de patentes y propiedad intelectual cuando las ideas te vienen del exterior, que se lidia sobre la marcha, porque es nuevo. Y tenemos la ciberseguridad, cómo asegurar que estamos protegidos para poder colaborar externamente”, resume Angelina. Múltiples desafíos para una máxima que nadie pone en duda: hay que innovar entre todos porque solo ya no se innova.

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