La española que quiere convertir Miami en el próximo Silicon Valley
Laura González-Estéfani, exdirectiva de Facebook, planea hacer de la ciudad latina un gran nexo tecnológico y exportar el modelo por todo el mundo
El aprendizaje fue brutal, rápido y con unos resultados pocas veces vistos. Laura González-Estéfani (Madrid, 1976) fue la primera empleada de Facebook en España. De hecho, trabajaba desde su casa, porque entonces no tenían oficinas. Su interés por impulsar el servicio marcó un hito, Mark Zuckerberg visitó Madrid por primera vez en octubre de 2008, cuando se comenzaba a traducir la red social, con voluntarios, al español. El botón de like —hoy, me gusta— por consenso entre los usuarios, pedían que fuese mola. Fue un Facebook Garage, un encuentro para desarrolladores a los que enseñaron a integrar sus aplicaciones.
A medida que creció la Red, reclamaron los servicios de González-Estéfani en la sede central. Se trasladó a Menlo Park, el pueblo donde hoy Facebook tiene su icónica sede. De aquella época mantiene una costumbre especial: las reuniones andando. El viejo método peripatético es uno de sus secretos. Cuando Facebook se mudó del dormitorio de Harvard que lo vio nacer a la Costa Oeste, el campus estaba distribuido entre varias casas convertidas en despachos y centros de programación. Las cafeterías de Palo Alto, la localidad donde está Stanford, servían de espacio de reuniones. Los propios empleados de la tienda de té de burbujas, les avisaban discretamente: “El tipo de la mesa de al lado está mirando vuestros ordenadores y tomando notas”. El espionaje industrial estaba, nunca mejor dicho, a la vuelta de la esquina.
Con el despertar latino, Facebook trasladó las operaciones de la región a Miami y le puso al frente del proyecto de expansión. Allí se fue y tuvo a su tercera criatura. La distancia con Ciudad de México, Bogotá y Buenos Aires es menor; el cambio cultural, más suave; y Sao Paulo, donde está la otra gran oficina pensando en el mercado latino, tiene más frecuencia de vuelos que San Francisco. Tras nueve años en Facebook y casi 20 de experiencia con multinacionales, dejó Facebook esta primavera. La directiva está inmersa en una nueva fórmula para crear startups de una manera más rápida, eficiente y equitativa. The Venture City es la gran apuesta para cambiar la forma en que inversores y startups se relacionan, invierten y crecen, en una simbiosis poco conocida pero que quieren popularizar.
Antes de la red social, González-Estéfani ya había pasado por Siemens y eBay, dos tech multinacionales que han apostado por la innovación como medida para paliar el paso del tiempo. En la primera conoció a Eduardo Montes, un directivo rompedor que llevó a la filial española a volar alto. Hoy, Montes forma parte del consejo de The Venture City, cuyo cuartel general arranca en Miami Beach, pero pronto se convertirá en un campus en Allapattah, un barrio en Miami en pleno desarrollo. Contemplan abrir un centro en México. Lisboa también está en el punto de mira. Antes de final de año abrirán en Singapur, uno de los polos más dinámicos de Asia.
El objetivo es crear empresas con la tecnología y el rápido crecimiento como puntos diferenciales. “Hay muchos expertos que te dicen: "Esto es lo que que tienes que hacer", nosotros te enseñamos cómo lo tienes que hacer. Una de las grandes diferencias entre las ideas que se transforman en Unicornios de Tecnología y las que no, es la mentalidad, explica González-Estéfani. "Sin datos no hay éxito, desde el comienzo. En nuestro equipo cada uno de nosotros hemos experimentado la transformación de los negocios en los que hemos trabajado cuando se toman decisiones en base a los datos y no a la intuición”, defiende. No es casualidad que estén contratando, precisamente, más expertos en big data para el equipo central.
En su ideario está dar con una figura mítica, ser capaces de crear el primer Iguanacornio. Una analogía en referencia a los unicornios, como se denomina en el argot a las empresas valoradas en más de mil millones de dólares.
González-Estéfani tiene dos cosas claras, dos puntos en los que no hace concesiones. El papel de las mujeres y el valor de los emprendedores. Mientras que muchos alegan que la ausencia de perfiles femeninos en el sector se debe a la ausencia de candidatas preparadas, en The Venture City están convencidos de que están ahí, pero hay que saber buscar. No se trata de bajar el listón, sino de visualizar el potencial de las candidatas.
El otro punto en el que no cede terreno es la valoración de las startups. “Hay que romper mitos. Uno de ellos es que las startups, solo por estar en Silicon Valley, valen más. Hay que usar otros sensores”, sostiene.
El equipo lo completan nombres como Jimena Zubiria, exGoogler; Guillermo Cortina, con más de 30 años de experiencia en inversión en Nueva York y adquisiciones en América Latina; y Patricia de Loro, responsable de transformación digital en Vodafone durante siete años. En el consejo se encuentra Adriana Cisneros, embajadora de la multinacional que luce el mismo nombre que su apellido.
El plan final, mucho más ambicioso, incluye una sección dedicada a la formación, de la mano del Miami Dade College, así como una parte dedicada a la inversión. Inicialmente van a centrarse en el programa de aceleración muy alejado de lo habitual en las incubadoras: “No se puede soltar al bebé sin saber andar. Los emprendedores tienen que sentir que no están solos y que tienen las herramientas para poder desenvolverse”. Su plan contempla un periodo de incubación de entre cuatro meses y tres años. Un punto diferencial. También lo es no tomar una parte de la empresa por adelantado: “No tenemos letra pequeña. Si no están contentos, nos salimos de la inversión y tan amigos. Eso no lo ha hecho nadie en la incubación, pero no pensamos en el corto plazo, sino en establecer relaciones sólidas”.
En su primera hornada de startups cuentan con algunas de las joyas del momento, como Playground, con un crecimiento social pocas veces visto; Woom, de fertilidad; 1Doc3, que ofrece consultas médicas desde el móvil en su Colombia natal; y, del mismo país, Hogaru; limpieza bajo demanda con una app. “La oportunidad es única. El momento es ahora. La presión es grande”, concluye, encantada por volver a sentir la ebullición del ambiente startup.
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