La justicia belga desoye a Puigdemont y elude anular la euroorden

La justicia belga ha rechazado este lunes atender la petición de la defensa de Carles Puigdemont y Toni Comín. El expresidente catalán y su exconsejero de Salud pretendían que el tribunal anulase la euroorden mientras se tramita en la Eurocámara la petición de suplicatorio en su contra para despojarles de la inmunidad como parlamentarios. La respuesta de la corte belga ha sido negativa.

Eso no significa que el proceso de euroorden vaya a proseguir su curso normal. Mientras el Parlamento Europeo se pronuncia sobre si les retira la protección, el tribunal de primera instancia de Bruselas ha optado por mantener la orden de entrega suspendida. Sin embargo, la defensa de los dirigentes independentistas aspiraba a ir un paso más allá y lograr su cancelación, lo que habría supuesto la devolución de la euroorden a España, y habría obligado al Tribunal Supremo a emitirla de nuevo una vez acabe el suplicatorio en el Parlamento Europeo, con el consiguiente retraso en el litigio.

En su lugar, la euroorden contra Comín y Puigdemont, huidos en Bélgica desde hace casi dos años y tres meses, quedará congelada, en contra del criterio de sus letrados. El argumento esbozado por la defensa de ambos era que, tras haber sido reconocidos como eurodiputados retroactivamente, con efecto desde el pasado 2 de julio, en el momento en que el juez Pablo Llarena remitió las euroórdenes ya gozaban de inmunidad, y por tanto, mantenerla activa vulnera sus derechos.

La justicia belga no lo entiende así, con lo que el suplicatorio aparece en el horizonte como clave para desbloquear el caso. La petición del Tribunal Supremo de que se les quite la inmunidad se encuentra ahora mismo en manos del Parlamento Europeo. Será examinada en la Comisión de Asuntos Legales de la Cámara, que deberá remitir una recomendación, y finalmente, el pleno, formado por 705 eurodiputados, tendrá la última palabra por mayoría simple. Populares y socialistas dan por hecho que sus miembros darán luz verde al suplicatorio. De ser así, devolvería la pelota a la justicia belga para que decida si envía a España a Puigdemont y Comín, y a la justicia británica para que haga lo propio con Clara Ponsatí, residente en Escocia.

El caso del exconsejero de Cultura Lluís Puig, también fugado en Bélgica, es diferente. Al no haber sido elegido eurodiputado y no contar con inmunidad, la euroorden en su contra seguirá su curso.