Puigdemont y Comín retiran su petición de entrada en Los Verdes
Los líderes independentistas desisten antes del probable rechazo en la votación de este miércoles
Carles Puigdemont y Toni Comín seguirán su camino en solitario en el Parlamento Europeo. Los eurodiputados de Junts per Catalunya han anunciado este miércoles que retiran su solicitud de ingreso en el grupo parlamentario de Los Verdes, lo que les relega al ostracismo de los no inscritos. La decisión llega pocas horas antes de la reunión de los eurodiputados ecologistas que debía determinar si se les admitía, tras semanas de discusiones sin acuerdo.
Los líderes independentistas han desistido de sus intenciones anticipándose al más que probable rechazo de los ecologistas a su entrada. Y su aislamiento político y físico —mantendrán su lugar en el gallinero— no solo supone un primer varapalo apenas tres semanas después de su incorporación al hemiciclo, donde se verán obligados a deambular sin compañía. Además, conlleva notables inconvenientes prácticos. En un Parlamento con 705 eurodiputados tras el Brexit, donde gran parte del trabajo se desarrolla en los grupos, Puigdemont y Comín se arriesgan a quedar diluidos y no contar con una formación que les respalde en un momento delicado, semanas antes de que se vote el suplicatorio que debe decidir si se les retira la inmunidad para que pueda continuar el proceso de extradición a España.
No son las únicas desventajas. Los miembros no inscritos intervienen menos tiempo, quedan fuera de las presidencias de comisión, no pueden realizar preguntas orales a la Comisión, no tienen posibilidad de ser ponentes y tampoco acceso a los fondos que se destinan a los partidos para sus actividades. Más allá del beneficio palpable, también es síntoma de una realidad más simbólica: su acogida en la Eurocámara no ha sido todo lo cálida que ambos esperaban tras su intensa lucha para acceder al Parlamento, y la cuestión independentista sigue sin formar parte de la agenda de los eurodiputados.
La petición de Puigdemont y Comín, lejos de generar consenso entre los ecologistas, abrió una brecha interna que largas reuniones no han conseguido cerrar. El copresidente de la formación, el belga Philippe Lamberts, fue el más rotundo en expresar públicamente los recelos que generaba su adhesión, que tildó de incongruente con el ideario verde por su falta de pedigrí ecologista y su cercanía con los nacionalistas flamencos de la N-VA, a los que Lamberts, nacido en Bélgica, conoce bien y sitúa cerca de la extrema derecha por sus restrictivas políticas antinmigración.
El minoritario sector nacionalista presente en Los Verdes no se dio por vencido pese al incidente, que molestó profundamente a Puigdemont. La eurodiputada de ERC Diana Riba, esposa de Raül Romeva, en prisión tras ser condenado en el juicio del procés, encabezaba el sector favorable al ingreso de ambos, pero su empeño había resultado insuficiente: las dos últimas reuniones habían concluido con sendas negativas. Y ni siquiera hizo cambiar de idea a Lamberts la perspectiva de sumar tres nuevos eurodiputados al grupo —Clara Ponsatí también se habría incorporado una vez tome posesión de su escaño tras el Brexit—.
Este miércoles estaba prevista que se celebrara la reunión definitiva, e incluso estaba sobre la mesa la posibilidad de una votación, pero la renuncia de Puigdemont y Comín ha cancelado ese paso. "Lo último que querríamos es entrar en un grupo después de un proceso que haya provocado serias discrepancias entre sus miembros y que nuestra aceptación sea un elemento de discordia en un espacio político que sentimos como propio", han señalado los eurodiputados independentistas en la carta enviada a la dirección de Los Verdes. La forma de comunicarlo no ha gustado en Esquerra, que tras dar la cara por los europarlamentarios de Junts en el grupo, se han enterado de la noticia de su renuncia a través de los medios de comunicación.
No está claro que la marcha atrás haya llegado a tiempo para apaciguar los ánimos. Puigdemont contaba con el respaldo de eurodiputados verdes franceses y checos, algunos miembros del Partido Pirata y los componentes de la Alianza Libre Europea, la corriente más pronacionalista. Juntos suman en torno a un tercio del total. Y su malestar, expresado a la dirección en el encuentro de este miércoles, amenaza con abrir una crisis interna en el grupo.
La reunión ha durado más de una hora y media, y según fuentes presentes en la misma, ha habido voces críticas con el rechazo a Puigdemont, máxime después de que vayan a perder siete eurodiputados por el Brexit. La presidenta de Los Verdes, la alemana Ska Keller, ha zanjado el debate. Recordó que el partido del expresidente catalán estaba integrado en los liberales en el pasado, alegó que los valores son diferentes, e insistió en que su estrategia en el asunto catalán, enfocada en el diálogo, es incompatible con la línea dura defendida por Puigdemont.
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