Nuet, el acusado singular del ‘procés’
La causa por desobediencia contra el diputado de ERC volverá al Supremo cinco después de ser enviada a Cataluña
Joan Josep Nuet siempre fue una pieza peculiar en la causa del procés: el único político procesado que no pertenecía a un grupo independentista y el único al que el juez Pablo Llarena nunca impuso medidas cautelares. Esa singularidad va camino de hacerse más evidente con un juicio en solitario en el Tribunal Supremo.
La elección de Nuet como diputado del Congreso por ERC le convierte en aforado e implica, según las fuentes consultadas, devolver su causa al alto tribunal, que le procesó por desobediencia con otros cuatro exmiembros de la Mesa del Parlament por admitir a trámites resoluciones a favor de la independencia a pesar de las advertencias del Tribunal Constitucional. Todo apuntaba a que Nuet y el resto de miembros de la Mesa serían juzgados junto a los líderes independentistas acusados de rebelión, pero el Supremo decidió a las puertas del juicio enviar esta parte de la causa al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
El tribunal catalán no ha abierto todavía juicio oral contra los seis acusados de desobediencia, por lo que tanto el Supremo como la Fiscalía y la defensa de Nuet entienden que el diputado debe ser juzgado en Madrid. Aunque ambas partes coinciden en lo engorroso de la situación.
Fuentes del ministerio público califican el caso de “galimatías procesal”. “Nos está generando unos problemas increíbles”, afirman. La Fiscalía del Supremo está estudiando opciones, pero, en principio, considera que no hay más remedio que llevar de vuelta el caso al alto tribunal: “El fuero es irrenunciable. Si eres diputado, tienes fuero. Si ya se hubiera abierto juicio oral a lo mejor se podía sostener que no hacía falta que viniera. Pero en el TSJC todavía no se han presentado los escritos de calificación”.
Las tres partes coinciden en que lo lógico es que, una vez que Nuet tome posesión de su acta el próximo martes, el TSJC remita la causa a Madrid. Una opción sería que el diputado de ERC arrastre con él a los otro cinco procesados del TSJC, pero fuentes del alto tribunal afirman que la causa por desobediencia es desgajable y, aunque la Sala no ha estudiado aún el caso, ven más probable que el Supremo solo juzgue a Nuet. Se produciría así una situación parecida a la que se vivió en el caso de la consulta independentista del 9-N: el expresidente Artur Más y las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau fueron juzgados en Cataluña y el exconsejero de Presidencia Francesc Homs, que pasó del Parlament al Congreso de los Diputados, se sometió a un juicio en solitario en el Supremo.
La situación de Nuet es paradójica porque fue el quien pidió, como hicieron otros acusados del procés, ser juzgado en Cataluña. El Supremo se opuso durante más de un año a desgajar la causa, pero acabó accediendo a la petición de las defensas.
Lo hizo casi en el descuento, apenas un mes antes de empezar la vista oral, para evitar que los seis acusados a los que solo se le atribuía el delito de menor envergadura tuvieran que desplazarse a Madrid durante varios meses para asistir a sesiones que ya se preveían “prolongadas”.
El viaje de vuelta de Nuet cinco meses después sería la guinda del culebrón que ha protagonizado en las últimas semanas. El ahora diputado electo era hasta hace poco miembro del grupo de Catalunya En Comú-Podem en el Parlament, pero fichó por ERC para las elecciones generales del 28 de abril. Los comunes reaccionaron suspendiéndole de forma fulminante de militancia y expulsándole del grupo.
Amenaza de inhabilitación
Nuet tomará posesión de su escaño con ERC el próximo martes, aunque su paso por el Congreso puede ser fugaz: una condena por desobediencia, un delito que la Fiscalía cree “consumado”, le supondría la inhabilitación. Pero en medio puede haber logrado el protagonismo que implica un juicio en solitario en el Supremo, una situación, que admiten fuentes de su entorno, le serviría para “reivindicarse” ante ERC.
El diputado podrá así resarcirse definitivamente de la situación que vivió en febrero de 2017, cuando la Fiscalía se querelló por primera vez contra los miembros de la Mesa que respaldaron una propuesta a favor del referéndum independentista, pero dejó fuera a Nuet, entonces miembro de Catalunya sí que es Pot, por su “trayectoria política”. Nuet mostró su disgusto con esa situación, que calificó de “discriminación ideológica”.
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