Sánchez explica su operación de diálogo en Cataluña frente al bloqueo de PP y Ciudadanos

El presidente del Gobierno protagoniza este miércoles en el Congreso de los Diputados un pleno monográfico sobre la complicada situación política y social en Cataluña. Sánchez podrá comprobar que el creciente clima de crispación se ha enconado de nuevo en la Cámara baja y que la división sobre cómo gestionar este problema sigue igual de vigente que hace meses. El PSOE y sus principales socios de moción de censura, ERC, PNV, PDeCAT y Podemos, mantienen que es "importante" recuperar la normalidad y el diálogo institucional con la Generalitat, pese a los últimos incidentes violentos y las acusaciones de dejación a los Mossos. Por su parte, PP y Ciudadanos exigirán otra vez a Sánchez una reunión de urgencia para activar la intervención del Gobierno catalán con el artículo 155 de la Constitución y la convocatoria de elecciones.

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El pleno comienza a las 9.00 con la comparecencia del presidente, solicitada por los grupos parlamentarios Mixto y de Esquerra Republicana de Cataluña con el objetivo teórico de informar sobre las iniciativas del Gobierno "para encauzar aquellas soluciones políticas que permitan una solución democrática a las demandas de la sociedad catalana". El jefe del Ejecutivo aceptó a finales de octubre esta sesión tras rechazar una semana antes una petición similar de Ciudadanos.  El problema posterior ha sido encontrar una fecha entre el elevado número de viajes institucionales y oficiales del presidente y la campaña electoral en Andalucía.

La exposición de Sánchez coincide con un momento de máxima crispación en Cataluña tras los incidentes del pasado fin de semana en algunas carreteras catalanas y por la dejación de funciones de la que se ha acusado a los Mossos, además de la crisis interna del Gobierno catalán por las discrepancias del presidente, Quim Torra, y el consejero de Interior, Miquel Buch, por la polémica de las cargas de los Mossos d’Esquadra del pasado jueves en Girona y Terrassa.

Torra, por su parte, ha provocado el malestar del Gobierno central y de la mayoría de los partidos representados en el Congreso por su alusión, el sábado pasado, a la vía eslovena para solventar la crisis social y política de Cataluña. PSOE, PP, Ciudadanos, ERC, PNV, PDeCAT y Podemos cuestionaron este martes en el Congreso, y así lo repetirán este miércoles, la opción planteada por el president por su deriva violenta. Incluso los portavoces de los partidos nacionalistas catalanes abogaron por continuar con la vía "cívica, pacífica y democrática" mantenida hasta ahora.

El pleno sobre Cataluña llega, además, en medio de otra polémica entre ambos Gobiernos, el central y el autónomo, por las cartas oficiales enviadas el lunes por la vicepresidenta, Carmen Calvo; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el de Fomento, José Luis Ábalos, en las que requerían a sus homólogos en el Ejecutivo catalán la recuperación del orden público y les advertían de una posible intervención estatal si los Mossos no aseguraban ese restablecimiento, especialmente pensando en la celebración del Consejo de Ministros del 21 de diciembre en Barcelona. El Govern ha empezado ya a matizar su rechazo inicial a ese Consejo precisamente tras el creciente clima de crispación de los últimos días. El Ejecutivo de Sánchez ratificó ayer que la reunión gubernamental se desarrollará en Barcelona en cualquier caso y ha programado su propio dispositivo policial.

Lo que no ha variado en absoluto, sino más bien al contrario, es la oposición del PP y Ciudadanos a cualquier gesto del Gobierno central hacia el catalán. Quieren que Sánchez les llame ya a La Moncloa, "recupere" el pacto entre los que llaman partidos constitucionalistas, active el artículo 155 de la Constitución y fije fecha para convocar elecciones.

Dolors Montserrat, la portavoz popular, volvió a criticar este martes lo que considera una rectificación permanente del Ejecutivo (por la desautorización que La Moncloa hizo por la mañana a las dudas de Ábalos sobre la conveniencia de esa reunión) y planteó la necesidad de que comparezca el titular de Interior para explicar la dejación de funciones de los Mossos y los planes que tiene al respecto. También exigió a Sánchez, como hacen a diario su líder, Pablo Casado, y otros dirigentes populares, que se apruebe el requerimiento previo para aplicar el 155 y la convocatoria de elecciones ya. Fue lo mismo que planteó, con toda contundencia, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que piensa que Sánchez no tiene autoridad, además, para gestionar a posteriori la futurible intervención de la Generalitat.

Consejo de Ministros en Barcelona

El PP registró en el Congreso una proposición de ley para incluir Cataluña entre las autonomías y zonas de España (como Euskadi, Navarra, Ceuta y Melilla según una ley vigente desde 2003) donde los jueces y fiscales disfrutan de un complemento de casi 500 euros a su salario por ejercer su profesión. Y justificó la medida por las presiones y escraches que están sufriendo. Montserrat añadió que no es normal que 27 jueces y fiscales que ejercían en Cataluña hayan pedido su traslado en 2017 y que medio centenar lo hayan hecho también en lo que va de 2018.

Por su parte, el portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, dijo que no comprendía qué sentido tenían las cartas amenazantes del Ejecutivo, que le parecieron poco responsables, porque, según su opinión, cuestionan la capacidad del Gobierno catalán de poner orden y generan incertidumbre entre la población. Los representantes de ERC y del PDeCAT en el Congreso no quisieron incidir en estos días previos al pleno en las actuaciones de los Mossos del pasado fin de semana y justificaron su inacción ante determinados comportamientos (como el levantamiento de peajes en autopistas por parte de radicales) en criterios técnicos y profesionales de la cúpula de los Mossos.

Campuzano sí manifestó que no le parecía oportuno en este contexto de crispación la celebración de un Consejo de Ministros el día 21 en Barcelona. Y llego a decir que "los gestos simbólicos, si no van acompañados de políticas y soluciones, son gestos inútiles que provocan irritación en la sociedad catalana". El portavoz nacionalista matizó luego que Sánchez y Torra deberían verse y hablar, pero no en el contexto de la cita del día 21, y pidió al Gobierno central planteamientos más de fondo sobre el origen del problema.

Joan Tardá, de ERC, no quiso profundizar en si es positivo o negativo que se celebre un Consejo de Ministros en estos momentos en Cataluña, pero sí subrayó que los incidentes de estos días no fueron tan graves como las manifestaciones del pasado verano de taxistas en Barcelona y Madrid. El republicano concluyó que con las supuestas exageraciones actuales se intenta crear una tensión irreal y se desligó de la vía eslovena de Torra al reafirmar que la única vía para la república catalana es la "cívica, pacífica y democrática".