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Euforia en el PP tras el encontronazo de Casado con Sánchez

El PSOE cree que el choque refuerza el “perfil institucional” del presidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, durante el pleno del Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, durante el pleno del Congreso. Zipi (EFE)

Ni el PSOE ni el PP están preocupados por el anuncio de “ruptura” entre sus líderes después de que Pablo Casado acusara a Pedro Sánchez de ser “responsable del golpe de Estado” en Cataluña. Ambos llevaban sin hablar desde agosto y su rifirrafe el miércoles en el Congreso beneficia a socialistas y populares, según fuentes de ambos partidos. Para el PSOE, el “radicalismo” de Casado refuerza el “perfil institucional y moderado” del presidente. Para el PP, el enfado de Sánchez obedece a que “perdió el debate” y el tono duro de su líder ha demostrado “quién es el líder de la oposición”. “Y así es como le vamos a ver a partir de ahora”, advierten fuentes de la dirección popular. 

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El secretario general del PP, Teodoro García Egea, recibió decenas de mensajes de felicitación por la intervención de Casado, que actuó como pegamento para unir a las filas en un momento en el que empezaban a abrirse las primeras grietas en su liderazgo. A los populares les preocupaba que Ciudadanos acapararse la atención y les restara minutos y protagonismo en la oposición, como cuando Albert Rivera se llevó todos los titulares al enfrentarse a Sánchez por su tesis. “Pero eso se acabó. Se van a quedar sin hueco”, relataba este jueves un alto cargo del partido. La aparente ruptura de relaciones con Sánchez ha traído la euforia al PP. Apenas unas pocas voces advierten del riesgo de que su líder “se pase de frenada”.

El propio Casado, lejos de disculparse, como le pedía la vicepresidenta Carmen Calvo y el PSOE, acusó este jueves al presidente del Gobierno de tener “la piel muy fina” y sumergirse en una “victimización que nadie se cree”. “A la política se viene llorado”. “¿Por qué Sánchez no rompe con Puigdemont, Torra y Otegi? ¿Por qué se pone tan digno por que nosotros exijamos que ponga freno al desafío secesionista?”, añadió.

El PP, que sugirió que la ruptura con Casado era “otra exigencia de los independentistas”, tiró de su propia lista de agravios y colgó en su cuenta de Twitter el vídeo del debate en el que Sánchez llama “indecente” a Mariano Rajoy. “Yo con el PSOE nunca romperé relaciones, por responsabilidad. Y eso que nos han llamado cosas mucho peores que las que dicen que nosotros dijimos. Que consulten el diario de sesiones y que interpreten si es lo mismo llamar a un presidente del Gobierno golpista o decirle, y además, en interrogación, si se es consciente de que se puede ser responsable del golpe de Estado que están perpetrando otros. La responsabilidad en política es por acción o por omisión. Que expliquen los aludidos por qué se ponen del lado de quienes quieren romper España”, dijo, antes de burlarse de la interpretación “semántica” del término “golpe de Estado”: ¿Tiene que ser armado?”, preguntó.

En la misma línea, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, criticó la “sobreactuación” de Sánchez: “No es un golpista, pero todo el mundo entiende que llegó y se mantiene en el poder gracias a quienes dieron un golpe de Estado”, informa Efe.

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La crispación política por las declaraciones de Casado beneficia al bipartidismo, según fuentes de ambas formaciones, pero no a Ciudadanos. Los focos se centraron en la bronca entre Casado y Sánchez y Albert Rivera quedó fuera de esa fotografía con un discurso en un tono más constructivo y que se centró en los temas que motivaban la comparecencia del presidente: el Consejo Europeo y la venta de armas a Arabia Saudí, informa Elsa García de Blas. El secretario general, José Manuel Villegas, lamentó el “teatrillo” del bipartidismo y desde la dirección de Ciudadanos criticaron el discurso del líder del PP por estar “fuera de tono” y ser demasiado crispado. Algunos diputados se felicitaban de que su partido adoptara un estilo más serio y menos agresivo. Pero Casado acaparó los titulares de la sesión de control, lo que antes había logrado Rivera. El partido estaba hasta ahora tranquilo porque veía a Casado flojo, según fuentes de la cúpula. El miércoles esa tranquilidad se alteró.

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