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Siete años de vacas flacas

El periodo de las 'Diades' de movilización soberanista/independentista ha empeorado el bienestar de los catalanes

Xavier Vidal-Folch
Quim Torra, en uno de los actos de la Diada 2018.
Quim Torra, en uno de los actos de la Diada 2018.Miguel Oses (GTRES)
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¿Qué han conseguido las multitudinarias manifestaciones de la Diada? Mucha movilización, generoso entusiasmo, lemas imaginativos, sonrisas a raudales (ya tirando a menos) y contundentes imágenes de magnífica plástica, encuadradas al milímetro en gigantescos platós urbanos.

Eso han sido sus siete celebraciones de formato claramente secesionista (2012 a 2018). Pero el balance práctico de lo que ha cosechado tanto esfuerzo es menos que romo. Políticamente gestionado por los Gobiernos de la Generalitat de Artur Mas (incluye el primer ejercicio soberanista, 2011), Carles Puigdemont y Quim Torra, el procés –en un contexto de severo revés económico global y en responsabilidad compartida con un Gobierno centralista en España– ha sido negativo para el bienestar de los catalanes. Para su vida institucional. Y para su prestigio. Primero fueron los campeones de la austeridad; y luego redujeron la gobernanza al priorizar la agitación. Los datos cantan.

Con información de Josep Catá y Jessica Mouzo

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